CAPITULO 10 – CONFESIONES

Cuando Matt terminó de desahogarse, Cam no lo pudo resistir, se levantó bajo su mirada, se colocó enfrente de él, le apartó las piernas, se acercó y lo abrazó con toda la fuerza que tenía, a lo que él correspondió, mientras lo consolaba

- Nunca hubiera imaginado que alguien como tú había sufrido tanto, lo siento mucho

Rompió el abrazo y mirándolo a los ojos tomó su rostro entre sus manos dándole suaves caricias, agregó

- No estás solo, de ahora en adelante cuentas conmigo ¿Si? Aunque no lo necesites, estaré para ti – y le brindó una sonrisa reconfortante

Él motivado por el momento y la cercanía le dio un pequeño beso en sus labios, los dos quedaron asombrados

- Gracias – le dijo Matt en un cálido susurro

- No hay de qué – ella respondió

Y se quedaron mirándose un rato largo. Luego Cam volvió a su lugar, Matt le tomó el brazo y lo enredo en el suyo. Cam reposó su cabeza en el brazo de él y así se quedaron un tiempo largo, observando la noche y el mar.

Disfrutaron en silencio de la hermosa vista que la naturaleza les brindaba

- Quiero que éste sea nuestro lugar Cam, quiero compartirlo contigo. Incluso si quieres venir sola, quiero que lo quieras como tuyo.

Cam se levantó de su hombro y se miraron fijamente por unos momentos. Sonrojada y con una sonrisa dulce en el rostro le dijo

- Está bien, lo tendré en cuenta Matt. Gracias

Matt le sonrió de vuelta

- Creo que ya deberíamos irnos – le puso su abrigo en los hombros a Cam – se está empezando a poner frío

- Si, gracias. Aunque haga calor, cerca de la playa siempre se pone fresco

Matt se levantó y le extendió las manos a Cam para ayudar a levantarla y ella las tomó. Comenzaron a caminar hacia donde se encuentra el auto y Matt, nervioso, le tomó la mano, a lo que ella accedió.

Llegaron al auto y como de costumbre le abrió la puerta del pasajero a Cam, luego se subió al asiento del conductor y la llevó hasta su casa.

La acompañó hasta la puerta y se despidió de ella

- Buenas noches Cam. La pasé muy agradable ésta noche y espero que tú también

- Si Matt, la pasé divino. Gracias por una noche tan hermosa.

- Emm.. Cam.. ¿Puedo…?

Él no se atrevía a terminar la pregunta. Si, aunque ya la había besado una vez ésta noche, había Sido más por impulso y por el momento pero ahora solo tenía ganas de besarla.

Ella se puso roja como un tomate y solo pudo asentir con la cabeza.

Él se fue acercando despacio mientras le acunó la cara en sus manos, rozó sus labios y le dio un beso corto y suave.

- Tienes unos labios deliciosos – dijo Matt y Cam se mordió el labio inferior – Dios, cada vez que haces eso quiero besarte – agregó en un susurro y la volvió a besar pero más profundamente

Cuando dejaron de besarse y cada uno recuperó el aliento, Cam le dijo mirándolo a los ojos

- La verdad es que…. nadie me ha tratado tan bien cómo tú

- Y yo nunca me he sentido tan bien con alguien como contigo – y le brindó una sonrisa – pero…

- ¿Qué?

- Perdón que pregunte esto pero ¿Tu ex nunca te ha tratado bien?

- Si, algunas veces si pero solo era amable como si fuera una amiga

- ¿Y cuando te besaba? ¿No demostraba cariño siquiera? – preguntó un poco irritado

- Eemmm… - Cam lo miró nerviosa y avergonzada

- ¿Qué sucede? – Matt se estaba asustando, pensó que algo malo había sucedido

- La verdad es que nunca me besó – dijo en un susurro Cam – tú fuiste mi primer beso – dijo apenas audible

- ¿En serio? – él se sorprendió, era el primero en besar esos hermosos labios, se sentía afortunado

- Sip – contestó ella sonrojada

- Que hermoso regalo, soy muy honrado por eso

Hablaron unos momentos más y luego se despidieron, Matt no se fue hasta que ella entro en la casa

Al entrar no había nadie, pensó que sus padres ya estaban durmiendo. Fue hasta la cocina por un vaso de agua y se encontró con su padre, ella saltó del susto ya que estaba sentado en la isla de la cocina con las luces apagadas.

- ¡Ay! papá, me has asustado ¿Qué haces en el oscuro?

- Espero a mi hija – dijo tomando un poco de agua del vaso que tenía delante - ¿Cómo te ha ido?

- Muy bien papá, pero no debes preocuparte

- Me preocupo porque no quiero que te encuentres con un idiota como tu ex prometido – espetó algo furioso pero sin gritar

- Papá, cálmate. Sé quién soy y lo que valgo, tú y mamá me lo han enseñado y educado toda la vida

- Y espero que no seas engañada por un niño rico como ese

- Papá ¿Te ha pasado algo malo hoy? Jamás hablas así de la gente. Sé que no lo conocemos bien ni a él ni a sus padres y no voy a defenderlos pero tú me enseñaste a no juzgar a las personas sin conocerlas. Puedes contarme si te ha pasado algo pa

- No mi niña, nada ha pasado. Lo siento, solo me preocupaba por ti pero si dices que estás bien, te creeré

- Bien. Ahora ve a descansar. Te quiero pa

- Y yo a ti – le da un beso en la coronilla y agrega – tú también ve a descansar, ya es tarde

- Si papá, voy a tomar agua y subo

Daniel se va a su cuarto a descansar, Camille toma su vaso de agua y también sube a descansar. Se pone su pijama favorito y se acuesta luego de lavarse y quitarse el maquillaje. Toma su celular y decide mandarle un mensaje a Matt

- Por favor avisa cuando llegues

Luego de mandarlo tiene que esperar unos 40 minutos por la respuesta

- Acabo de llegar bonita. Gracias por esta noche preciosa y espero que se repita

- Y yo igual – de siente contenta por la hermosa noche que tuvo

- Me quedaría hablando contigo toda la noche pero tanto tú cómo yo tenemos que descansar hermosa

- Si claro, que tonta. Mañana trabajas, lo siento

- Jajaja no pidas perdón. Descansa, mañana te llamo

- Bueno, descansa tu también

- Te mando un beso

- Beso de vuelta

Terminaron de hablar y los dos se fueron a descansar.

Al día siguiente Camille se levantó con el sonido de llamada de su celular, cuando atendió reconoció la voz de inmediato

- Ornella, que sorpresa. Buen día ¿Cómo estás?

- Buen día Cam, muy bien. Te llamo porque tengo algo que hablar contigo ¿Nos podríamos ver en el restaurante?

- Si claro ¿A qué hora?

- Para el almuerzo si te parece bien

- Claro, mándame la dirección y allí estaré

Cam pensaba “¿Qué pasará? ¿Habrá algo de mí que no le guste? ¿Querrá cancelar el trato?” y millones de preguntas más pero se decidió a no pensar más ya que no podía responderlas hasta que la viera.

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