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El Ceo Misterioso

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Capítulo 7

Derick Simpsons

-Cuál es tu problema Maya, no te voy a hacer nada, es sólo un paseo.

Maya Salvatore

-¿Mi problema?

Derick Simpsons

-Sube, sabes que en estos dos años he hecho de todo para conquistarte, me gustas Maya, no te haré daño, es sólo un paseo.

Maya Salvatore

-Derick, adelante, nos vemos en el salón.

Me dirijo hacia la universidad y oigo cómo acelera la moto y se detiene delante de mí.

Derick Simpsons

-No aceptaré un no por respuesta.

Maya Salvatore

-Hay una primera vez para todo.

Digo esto y me coge del brazo.

Derick Simpsons

La tomo del brazo y la acerco a mí y le digo:

-Como para todo hay una primera vez, ha llegado el momento de darle su primer beso.

Gael Bennet

-Ya puedes soltarte, tío.

Le digo al chico de la moto, que sostiene a la niña.

Derick Simpsons

-¿Quién te ha llamado?

Gael Bennet

-Chica, ¿es tu novio o te está molestando?

Se vuelve hacia mí cuando la suelta y no puedo creer a quién estoy viendo.

- ¿Maya?

Maya Salvatore

No podía imaginarme volver a verlo, nunca lo olvidé, siempre soñaba con que me tenía en sus brazos y verlo allí, en el mundo real y no en mi imaginación, me aceleraba el corazón.

- Gael, ¡gracias por tu ayuda!

Digo esto, ya que Derick se fue, cuando me soltó, después de que apareciera Gael.

Gael Bennet

-¿Qué es ese tipo, el tuyo?

Maya Salvatore

-Estudia conmigo, pero insiste en coquetear conmigo, quería que me fuera con él, pero como no acepté, se molestó.

Gael Bennet

-Siempre me haces pasar un mal rato y sigues necesitando la ayuda de Superman.

Maya Salvatore

No me importa lo que diga, sólo me siento feliz de estar a su lado y abrazarlo fuerte.

- Te he echado de menos, Superman.

Lo digo, pero se me escapa, no debería haber dicho que lo echaba de menos.

Gael Bennet

Me abraza y sigo pensando en el día que la conocí y en nuestro beso que casi le quita la virginidad, si no me lo hubiera dicho a tiempo.

Le toco el cuello y veo que aún lleva el collar que le regalé hace años.

- ¿Todavía lo llevas?

Maya Salvatore

-No me lo he quitado desde el día que me lo pusiste al cuello.

Gael Bennet

-¿A dónde vas?

Maya Salvatore

-a la universidad.

Gael Bennet

-Ven conmigo, te llevaré allí.

Maya Salvatore

Le seguí hasta el coche y me subí, estaba deseando besarle, pero no sabía si estaba soltero, así que no quería que mis deseos sobrepasaran sus límites, hacía dos años que no le veía, además de no saber nada de él, sólo su nombre y que estaba enamorada de él.

Esos dos años soñé con él varias noches y lo tuve para mí, como un amor platónico, sólo que en mis sueños, lo deseaba tanto que cuando no despertaba de un sueño que tenía con él, cerraba los ojos y regresaba mis pensamientos al día en que casi nos amamos.

Vuelvo a la realidad en ese coche, él me llama.

- Hola, Gael.

Gael Bennet

-¿Duermes despierta, Maya?

Lo digo porque estaba hablando con ella y no me contestó.

Maya Salvatore

-En realidad, estaba recordando un momento especial.

Gael Bennet

-¿Estás enamorado?

Maya Salvatore

-¡Lo estoy!

Digo, mirándolo fijamente, que se pone serio.

Gael Bennet

Oírla decir que estaba enamorada me enfadó, y no debería importarme, ya que no tengo nada que ver con ella, pero verla hoy despertó en mí el deseo de volver a besar su boca y el deseo de tener su cuerpo junto al mío no hizo más que crecer en mi interior.

- ¡Espero que te merezca!

digo, deteniendo el coche frente a la universidad.

Maya Salvatore

-También espero que se dé cuenta de que también está enamorado de mí.

Le agradezco que me lleve y, mientras abro la puerta, me tira de la mano, cerrando de nuevo la puerta.

- ¿Puedo dejar a Gael?

Gael Bennet

La miro y la beso, para mi sorpresa ella cede a mi lengua y nos quedamos en el coche besándonos, hasta que me empuja.

- ¡Espero que el hombre que te enamoró sea tan buen besador como yo!

Maya Salvatore

-Eres demasiado engreído.

Abro la puerta del coche y me bajo, hasta que me vuelvo hacia él y le digo: