Nicolás (EDITADO)

Lo mejor que podía hacer para distraerme era prepararme para cenar, iba a bajar al restaurante y comer sola. Eran casi las 8 de la noche y tenía mucha hambre. Un vestido blanco y unos zapatos era lo que había elegido para ponerme. Había una mesa desocupada cerca de la entrada y uno de los camareros dejo la carta y se fue.

Era agradable, no había mucha gente y se escuchaba la música de fondo, mire a mi alrededor y ahí lo vi. Unas cuantas mesas más al fondo Demian cenaba con una rubia muy Bonita y una Morena, los tres parecían tener una charla entretenida, ellos se reían. Me parece que vi a las mujeres en el gimnasio un par de veces, siempre están juntas. Se me fue el apetito en segundos. Me levanté de mi asiento y me dirigí al bar con un nudo en el estómago.

—Señorita que va a tomar.—Pregunto el chico que atendia detras de la barra.

—Bourbon, doble sin hielo. Gracias.

Tonteaba con mi celular mientras subía fotos de hoy y revisaba mis redes sociales. Cinco días más y volvería a casa.

—Hola.

Un chico guapo de unos 25 años, con acento Italiano se sentó al lado mío mostrándome una hermosa sonrisa.

—Hola.

Respondí cortésmente y devolví la vista a mi celular.

—Mi nombre es Nicolás, soy de Italia..

Me dio su mano después de presentarse.

—Agostina, de Argentina, pero mi país natal es Estadounidense.

—Se nota el acento Argentino.. Y ¿que haces bebiendo tan temprano?.

—No sabía que había un horario en específico para tomar una copa.

Solo sonreí ante mi respuesta tan cortante, él no tiene la culpa de mi frustración.

—No te preocupes, no vine a tratar de seducirte con el cuento del buen caballero y atento. Te vi sola y yo al estar solo también, decidí hablarte. Si quieres que me aleje solo tenés que pedirlo que lo haga y te dejo tranquila. Lo que menos quiero es incomodarte.

Guau, es directo.

—Debe ser normal para ti hablar con desconocidos pero para mi no.

Tome mi trago de un tiron y pedí que vuelvan a llenarlo.

—No, en realidad no. Mi esposa hoy me pidió el divorcio y baje para distraerme un poco.

—Lo siento. Debe ser duro.

—Así es. Tres años juntos tirados a la basura. Espero que su nuevo novio le dé la felicidad que aparentemente yo no pude darle.

El pidió lo mismo que yo. Acerque mi vaso a él y brindamos.

—Por nuestra propia felicidad.— Propuso el chico. Desues de observarlo mas, note que de verdad estaba triste.

—Salud.

Nicolás también tonteaba con su celular, borraba fotos de su galería y la nube. Por lo que pude ver su esposa era hermosa y se notaba en su cara la aflicción que sentía.

—No te amargues, esta noche no es buena para ninguno de los dos. Mejor distraigamonos charlando y bebiendo.

—Parece un buen plan ¿A ti que te pasó?

—Me enamoré de mi esposo.

—Eso es bueno, muy bueno. Pero no estoy entendiendo el porqué estás triste.

—No es un matrimonio normal. El y yo nos conocimos el día de nuestra boda. Nos casamos hace tres semanas...

Nicolás estaba sorprendido. Se sentó mirándome con atención.

—¿Una boda arreglada? Eso es muy anticuado.

—Así es. Pero el no es malo, es un buen chico. yo solo tuve que hacerlo y al conocerlo más comencé a sentir cosas por el.

—¿Y donde esta el ahora?.

—Cenando con dos mujeres en el restaurante.

—No entiendo.— La expresion de desconcierto de Nicolas lo decia todo.

—No hay mucho que entender, él esta cenando en una mesa con dos mujeres y yo estoy bebiendo con un desconocido en el bar.

—Quiero entender. ¿El demostró interés en ti?

—Si, lo hizo, todavía a su forma lo hace. Yo quería saber si lo decía sentir por mi era real y decidí no ceder a sus encantos, entonces el se alejó de mi. Lo aburri.

—Ahora entiendo porque estás triste. Lo que no entiendo es por que el esta con dos mujeres en ves de estar contigo, de verdad eres una mujer hermosa.

—Lo harté. Eso pasó.

—¿Y ahora? ¿No lucharas por tu amor?

—Ahora nada, es muy evidente que la noche para ellos va a terminar entre sábanas.

—Eso no lo sabes. Esos son tus celos hablando. Vas a tener que esperar a ver cómo termina la noche, si vuelve a tu habitación o no

—No lo sé. No debí permitirme esto. Lamentablemente nuestras familias tienen sus propios intereses y nosotros tenemos que estar juntos, voy a admitir que no va a ser fácil para mí.

—Habla con el y dile lo que te pasa. Eres una mujer muy hermosa. Mira a tu alrededor y observa cuantas miradas estas robando sin darte cuenta. A cualquier hombre. Es muy obvio, todos te miran. Si el no reacciona  y te deja ir, es un idiota.

—Gracias por escucharme, no me conoces y estás escuchando todo mi drama justo cuando tu estás pasando un mal momento.

El apenas mostro una sonrisa.

—Mi vida amorosa se fue al carajo, si la tuya todavía tiene solución estoy más que encantado en escucharte y darte una mano para ayudarte. ¿Él sigue en el restaurante?.

—No lo sé. Ahí estaba hace 45 minutos.

—Te invito a cenar. Si el no está al menos no vas a irte a la cama solo con whisky en el estómago y si el esta ahí nos vamos a sentar cerca de el para llamar su atención. Tambien soy hombre, y se cual es la reacción de uno enamorado. Puede que esas chicas solo sean amigas y nada mas.

Demian solo se dedico a ahuyentar a los hombres que intentaban acercarse a mi y si me ve con Nicolas, temo que haga lo mismo y me haga pasar la pena del siglo.

—No sé si es lo correcto Nicolás. No te molestes.

—Lo es, y no es ninguna molestia. Me gustaría que seamos amigos. Me recuerdas mucho a mi mejor amiga, ella ya no está con nosotros. pero von sos tan parecida, hasta lo dulce que era como persona. ¿Cenamos?

—Me encantaría.

El tomo mi celular y dejo su número agendado, y me dejó un link su perfil en Facebook.

—Amigos, a partir de hoy. Vamos a cenar.

—Vamos.

Ya más animada y con unas copas de más nos dirigimos al restaurante. Me tence al verlo todavía con las dos mujeres.

—¿Así que él es afortunado que esta haciendo una estupidez?

Me guío a una mesa cerca de la de Demián con una mano en mi espalda baja. Nicolás me sonreía ampliamente mientras corría mi silla para que tome asiento y el frente a mi, donde podia ver a mi esposo. Un camarero, el mismo que me había atendido antes se acercó y nos dejó una carta.

—¿Que vino querés tomar hermosa?

Su voz era unos tonitos más altos y le sonreí. Se acercó más a mi y dijo en voz baja...

—Ya nos vio y no le gusto nada.

—Cabernet, tinto. — Sonrei nerviosa despues de lo que me dijo.

—Oh si, esta cabreado, su sonrisita se Borró de su rostro en cuanto me sonreiste. Sonrie mas, que vea que tu tambien disfrutas la velada.

El miro en dirección a Demián y le sonrió.

—No hagas eso.

—El es el chico del gimnasio, lo veo todas las mañanas, solo hablaba con esas dos chicas esta mañana y por la tarde. Entreno muy duro, parecia enojado. Ellas, son pareja, las vi besarse un par de veces y siempre se toman de la mano. Son encantadoras.

—Oh.

Mire a Demián, y vi su enojo. El camarero volvió para traernos el vino, y pedimos nuestros platos. Era ligero, después de lo que bebimos no era muy sensato cargar nuestro estómago con comida.

Los minutos pasaban y cada vez que Nicolás me sonreía y charlaba conmigo como si me conociera de toda la vida hacía que el aire en mis pulmones cueste en entrar y salir.

—La cena va muy bien querida Agostina, el esta muy interesado en ti y me sorprende que siga en su asiento.. Espero que después de esto tu esposo reaccione y no te deje ir.

—Me sorprende que no se haya levantado para ahuyentarte. Lo hizo con todos los hombres que se acercaron a hablarme, es un poco posesivo.

El solto una sutil carcajada, y yo me reí de mi propio comentario.

—Es celoso, que bien.

Se acercó a mi y acomodo detrás de mi oreja un mechón suelto y luego tomo mi mano.

—Esto es demaciado. ¿Que tal si lo pierdo definitivamente?

Así es, ahora voy a sacarte de aqui para volver al bar. Si de verdad tiene pelotas va a ir tras tuyo y de seguro mi nariz sufrira los daños colaterales.

Y eso hizo, se levanto y corrió mi silla tomando mi mano para ayudarme a levantarme, se comportaba como un caballero, realmente lo era y me estaba ayudando sin siquiera conocerme. Puso su mano en mi espalda y la bajó a mi cintura, si el estaba viendo seguramente se molestaría de eso.

—No te des vuelta pero el se levantó y dejo a las chicas. Viene detrás nuestro, camina más rápido hasta que lleguemos al bar.

—¡Ay Dios, y ahora que hago!— Mis nervios iban a matarme.

—Nada, confía en mi.

El corrio un asiento en la barra para que yo me siente a su lado y antes de que termine de sentarme Demián me tomo del brazo. No bruscamente, fue delicado aunque su cara mostraba todo lo contrario.

—¿Que crees que estás haciendo?— Del susto las palabras no salieron de mi boca, fue Nicolas quien le respondio con voz brusca.

—Caballero, ¿podría retirar la mano del brazo de mi cita?. No es apropiado y ella está conmigo pasando un buen rato.

—Ella es mi esposa estupido. De todas maneras no deberías estar coqueteando con una mujer casada.

—Ella me dijo que es tu esposa, en el momento en que nos conocimos, al parecer no te importo dejarla sola para cenar con otras mujeres. Si nos haces el favor de perderte, ella y yo la estamos pasando bien.

Como si yo fuera una toalla me tomo de la cintura y me dejo sobre su hombro. Tomo mi bolso y el mopvil que estaban sobre la barra y miro muy mal a Nicolas. O eso creo por que solo lo escuche decir...

"VETE A LA MIERDA, ES MI MUJER Y NO LA DEJARE CONTIGO"

Dio media vuelta y me llevaba al ascensor como si fuera un cavernicola Yo mire a Nicolás y el me guiño un ojo. Su plan fue un exito

—Bajame animal, me haras vomitar. — Me queje mientras golpeaba con mis puños su espalda.

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