La Enemiga De Mi Amiga

Capítulo 8.

Llegando al campamento, Amanda bajo tomando su mochila, mientras dejaba a Dante y Justin dormidos en el autobús, sacando su maleta del compartimiento se llevó también las de Dante y Justin.

Eran lo suficientemente pesadas para hacer que batallara un poco hasta que Lance se acercó a ayudarla con las maletas.

—¿Dónde están Dante y Justin? No deberías cargar con sus cosas—Toma ambas maletas de sus amigos—.

—Lo dice el que cargo las de Saida, solo son tres días, ¿por qué traer tres maletas?

—No es lo mismo, ella es mi novia y debo cuidarla—Lance ríe soltando las maletas de golpe cuando llegan donde están todos—.

—Lance… por favor deja de fingir, se que no amas a Saida.

—Si había algo en ese diario que quemaste, ¿verdad?—Logan cambia de expresión—.

—No. Ella me lo contó hace mucho, yo solo quería que lo supieras ya—Amanda miente evadiendo mirarlo—.

—Gracias. Realmente me gustaría saber quien asesino a Natalia, yo la amaba.

—Yo creo que pronto lo sabremos…

Amanda ve a Justin y Dante caminando hacia ellos encontrándose con Saida que se dirige también para reunirse y escuchar las instrucciones que les darán.

En poco tiempo un hombre con vestuario de campista aparece frente a todos los estudiantes para indicar cómo se dividirán las habitaciones.

—Bienvenidos, alumnos. Mi nombre es René y seré su guía en este lugar, cualquier cosa estaré en la cabaña de radio que es color azul. Hay suficientes cabañas para que se dividan en grupos de tres, pero será medio sorteo, así que tomen un papel y diriganse a la cabaña de su color, ahí se quedarán por tres días desde mañana.

Amanda sacó un papel de color morado, como el color favorito de Natalia, dirigiéndose a la cabaña dejó sus cosas en una cama y espero a que sus compañeros de cabaña llegarán.

Por la puerta entró una chica que siempre fue la peor enemiga de Natalia y por detrás venía Justin; un mal presentimiento le dio a Amanda, pero eso no impidió que le diera poca importancia y se recostara en la cama.

—Tú debes ser Natalia, espero no seas una molestia y entiendas tu lugar desde ahora—La chica pone su maleta sobre la cama pegada a la ventana—.

—¿Qué dijiste? Mi nombre es Amanda, y se mejor que tu cual es mi lugar, ignorante—Se sienta en la cama tomando sus audífonos—.

—¡¿Cómo me llamaste?! Ah, eres la amiga de esa tonta que se suicidó.

—Deja te pongo algo claro, Violeta—se levanta acercándose a ella—Ella era mucho mejor que tú en más sentidos que tu increíble ego. Si vuelvo a escuchar alguna palabra más sobre ella morirás y haré a todos creer que te suicidaste.

Amanda se colocó sus audífonos, tomó su mochila y salió de la cabaña azotando la puerta; caminando por el bosque sentía que ya se había perdido.

Fue en ese momento en que llegó a una colina que sobresalía no tanto, al subir a la cima sentía el viento en su rostro; sacando el diario comenzó a leerlo.

'Amanda siempre buscó lo bueno de todo, quisiera ser como ella y valiente como suele ser, de seguro si sintiera el mal presentimiento que tengo cada vez que salgo de casa le diría a todos que la ayuden o enfrentaría a quien la hace sentir así.

No todo es flores y chocolates, eso me decía Amanda cuando sabía que estaba algo mal conmigo, nunca entendí, ¿acaso significa algo?

Quiero suponer que no siempre tengo que fingir estar bien. Hoy demostré eso, le di un golpe en la cara a Violeta, no puedo creerlo, vaya chica tan insoportable.

Desde que entre a la escuela fue un dolor de cabeza porque le gusta Lance y también Justin; Amanda es valiente y feliz, pero demasiado ingenua, deja que Violeta se haga como chicle a zapato con Justin.

Yo soy la única que impide todo esto, si tan solo pudiera quitarle esa mirada de felicidad de su rostro cuando se acerca a Logan y Justin.

Algo que aprendí este año y medio es a no confiar en Violeta, víbora traicionera desde que estuvimos en primero'.

—Parece que el odio con ella es mutuo, Natalia. Ni siquiera sabiendo que estas muerta cierra la boca.

Amanda cerró el diario metiendolo de nuevo en la mochila, cerrando sus ojos por un momento escuchó la voz de Justin por detrás.

La había estado buscando desde que salió de la cabaña, aunque no parecía contento, Amanda descubrió que quería regañarla por lo que le dijo a Violeta.

—No lo digas. Se que vienes a decirme sobre lo que le dije a Violeta.

—Bien. No diré nada—Justin se acerca sentándose a un lado de Amanda—El brazalete… no puedo creer que sean huesos.

—Que locura…—Amanda ríe junto a Justin—El teléfono solo tiene música, además de una conversación en el chat grupal con nosotros.

—¿Qué dijiste?—Darse cuenta—.

—Dije que sólo tiene música y una conversación en nuestro chat grupal, ¿por qué?

—Nosotros seguimos hablando en ese chat, ¿no se te hace raro que sigue igual?

—Cierto. Como no pude recordarlo antes…—Amanda saca el teléfono de su mochila prendiendolo—.

—¿Qué fecha tiene en que se salió?

—Fue…—checar—Un día después de su muerte…

—Amanda, alguien debió borrar conversaciones, por eso no encontramos nada.

—¿Hay alguna forma de recuperarlo?

—No lo creo—Justin suspira mirando abajo—.

—Regresemos. Ya mero anochece.

Amanda tomó su mochila bajando la colina con cuidado, algo que se le hizo extraño a Justin como si ocultara algo.

El único problema que tenía ella en ese momento era que estaba frustrada, no podía creer que siempre que lograban algo había alguien un paso delante de ellos.

Llegando a la cabaña Violeta no estaba, algo que se les hizo extraño a Amanda y Justin, ya que parecía odiar salir por los mosquitos.

Ambos le avisaron al guía y les pido esperar en su cabaña, algo que Amanda no planeaba hacer, puesto querían buscar a Violeta; tomó sus teléfono para la linterna y se adentro al bosque tan pronto como Justin la perdió de vista un segundo.

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