¡Qué bueno que eres mío y no de otra!

No pasamos más de dos horas en la oficina, pues Ivanov, considera que soy un factor de distracción y que será imposible concentrarse de esta manera. Lo veo hacer unos documentos a un lado, se levanta, me ayuda a colocar el abrigo y hace lo mismo con el propio, los últimos días es necesario abrigarse, ya que ha llegado el invierno y la mayoría de los días ha estado nevando, salimos del edificio y vamos a un bonito restaurante donde almorzar, Ivanov elige los platos para ambos, pues según él debo aprender más acerca de la gastronomía de Rusia, después de eso volvemos al auto y me dice que a partir de ese momento empieza nuestra cita, una amplia sonrisa se dibuja en mi rostro.

— ¿Así y a dónde me piensas llevar?

— Déjate sorprender, sé que te va a gustar.

— No seas así, muero de curiosidad, además para que la cita sea perfecta sería bueno que la planifiquemos juntos.

— No, no me vas a convencer con esos trucos baratos. No seas ansiosa llegaremos dentro de poco tiempo.

Efectivamente, poco después llegamos a un lago que actualmente está cubierto por una muy gruesa capa de hielo, a decir verdad sí no veo el aviso dónde se lee su nombre en grande, no sabría que hay un lago, pues no se distingue dónde empieza el mismo.

— ¿Qué hacemos aquí? — Le pregunto mientras caminamos.

— Ya lo verás. — En la distancia veo un par de autos qué se acercan.

— Sé que te apasiona sentir la adrenalina sobre un auto. — Los autos se acercan un poco más.

— ¡Oh por Dios, por Dios!, ¡te amo!.. — Lo abrazo del cuello y le doy muchos besos cortos en los labios, él sonríe y yo sigo besando su boca de esta misma manera. — ¿Estás seguro de que lo haré bien? Es que nunca he conducido un auto de Karting sobre hielo. — Estos autos se usan para conducir sobre lagos congelados, es un deporte muy extremo dónde vives la adrenalina al cien.

— Yo no tengo la menor duda.

— ¡No lo puedo creer, no lo puedo creer! — Vuelvo a gritar emocionada como una niña pequeña mientras doy pequeños saltos.

— ¿Qué te parece una carrera? — Pregunta mi entras me abraza por la cintura y me mira directo a los ojos. — Sé que tengo una novia competitiva, ¿no consideras que sería más emocionante? Y así vemos quién es mejor.

— ¿Me estás desafiando? — Frunzo un poco del entrecejo y una sonrisa ladina aparece en mi rostro.

— No te estoy desafiando, pero suena bien, ¿qué te parece si lo hacemos más interesante? Hagamos una apuesta.

— Me gusta esa idea, ¿qué quieres apostar?

— Aún no lo sé, podría ser un deseo libre,

— Está bien, de igual manera te voy a ganar.

— Qué confiada, pero déjame decirte que conduzco muy bien.

— Ya lo veremos, no creas que me he olvidado de la primera vez que subiste a mi auto, parecías una bebita asustada.

—Ni lo menciones, tú parecías una loca desquiciada. — Ruedo los ojos ante su comentario.

— Yo elijo aquel. — Digo dirigiéndome hacia el chico que tiene las llaves, él muy amablemente me las entrega.

— Bueno, eso me deja a mí el otro.

Entramos a un lugar donde hay habitaciones para cambiarnos con el equipo adecuado.

Después de salir, Ivanov inspecciona que mi protección esté bien y me coloca el casco.

— Por favor ten cuidado. — Me dice antes de acompañarme a subir al auto, espera a que lo haga y me coloca el cinturón, su aroma embriaga mis sentidos mientras lo hace, tanto que me quedo estática. — ¿Sucede algo? — Solo puedo negar con la cabeza. — observa que todo esté en orden y camina hacia su auto, ¿cómo es posible que tenga un trasero tan jodidamente perfecto?, verlo con ese traje de piloto fácilmente sería la fantasía sexual para cualquier mujer.

— ¡Ivanov! — Se gira y me mira. — ¡Qué bueno que eres mío y no de otra! — Sonríe de lado, se coloca el casco, y me guiña un ojo, luego sube al auto.

Ambos estamos en el punto de salida, hasta que uno de los chicos da la señal de partida, ambos estamos comunicados por auriculares.

— Prepárate Ivanov, no tendré contemplaciones.

— Ni yo bonita, hoy te demostraré quien es el experto en autos.

Ambos partimos, la rivalidad es evidente, y durante el trayecto la ventaja se alterna entre los dos, debo admitir que no creí que sería tan buen corredor.

— ¿Qué Dices ahora, bonita? — Pregunta al adelantar un par de metros en una curva.

— Digo que eres bueno, pero yo soy mejor. — Acelero un poco más y logro sobrepasarlo.

Estamos en el último tramo y la diferencia entre los dos es mínima e inestable, y justo al cruzar la meta lo hacemos al tiempo.

Ambos descendemos de los vehículos, en perfecta sincronía caminamos y nos quitamos los cascos los cual dejamos caer al tenernos frente a frente, mis manos viajan a su cuello y las suyas a mi cintura y como dos locos posesivos nos unimos en un beso cargado de esa adrenalina que aún nos corre por las venas.

Agradecemos a los chicos que nos acompañaron y que al parecer habían estado emocionados al vernos competir, lástima que ninguno ganó, ya que habían apostado también entre ellos.

Luego de despedirnos volvemos al auto de Ivanov.

— Gracias, eso fue alucinante.

— ¿Superé las expectativas para una primera cita?

— En un ochenta por ciento, sí. — Me mira mientras levanta una ceja, pero de inmediato sonríe, que bueno, ya lo tenía previsto, vamos.

— ¿A dónde? — Pregunto expectante.

— Por ese veinte por ciento.

— ¿Hay más?

— En efecto.

Cuando llegamos a la mansión ya pasan de las seis de la tarde. Ivanov, me conduce hacia el salón destinado para realizar eventos, al llegar hay una especie de cocina donde hay todo tipo de comida chatarra, por otro lado, una pequeña heladería y en el centro un bastón lleno de algodones de azúcar.

— Me hubiese gustado hacerlo fuera, pero el clima no favorece. — Comenta mientras se rasca la nuca algo apenado.

— Jajajajajaja — Solo puedo reír. Él me mira con el ceño fruncido, como si no entendiera mi actitud.

— ¿Por qué te ríes?

— Porque ni en mis sueños más locos imaginé encontrar a un loco igual a mí, te amo. — Lo veo suspirar aliviado.

— ¿Lo logré?

— ¿Qué cosa?

— El cien por ciento, ¿Lo he logrado?

— Luego de comer te lo diré.

— ¿Qué quieres? — Pregunta luego de darme un corto beso.

— Quiero muchas papas a la francesa, también pizza, la hamburguesa no puede faltar y de beber... ¿Hay cerveza?

— Por supuesto... — Dice señalando una pequeña nevera.

— En esta cita no hay champán.

— Eres perfecto.

— Solo trato de llenar las expectativas.

Nota autora:

Hola 👋

Estoy super contenta y agradecida, ayer esta novela recibió su primer regalo 🎁 gracias Arely Vazques, y Merlis por el voto y por acompañarme nuevamente en este proceso, son actos que me motivan a seguir escribiendo. Por cuenta de ustedes trataré de subir un segundo capitulo antes de que acabe la noche.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

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