Conozco a las de tu clase.

Había olvidado lo dulce de sus labios. "No te acerques a Konstantín Ivanov, él no es bueno, él hace daño, él no sabe amar, es un cobarde". Me repito mentalmente mientras mis labios responden a los suyos que se mueven sedientos y con gran destreza, su mano reposa en mi cintura atrayendo mi cuerpo hacia el suyo. Coloco mi mano en su pecho para separarlo, pero con la mano que tiene libre cubre la mía y puedo sentir los latidos de su corazón, su lengua se abre paso en mi boca y al sentir un leve jadeo de mi parte que se ahoga en su boca reacciono, lo empujó con toda mi fuerza y la palma abierta de mi mano choca contra su rostro. Respiro agitada al igual que él.

— Lo merezco. — Es lo único que dice antes de descender del carro, dejándome la cabeza hecha un maldito embrollo. Lo observo detener un taxi y subir en él.

Conduzco hasta el hotel donde me quedaré los siguientes días.

He decidido instalarme en Rusia, queremos crear una sede aquí teniendo en cuenta que transportar los autos de Ivanov nos ha abierto puertas en este país y cada vez son más nuestros clientes, de hecho sería la quinta sucursal a nivel internacional.

La idea no es quedarme a vivir aquí, pero soy consiente de que esto tomará meses, por tanto, compraré un apartamento, Clara solo me acompañará por unos días, ella debe volver a los Ángeles.

Subo a la habitación y entro a la ducha, son las cinco de la mañana, pero realmente necesito agua sobre mi piel, mientras lo hago, vuelvo a sentir la sensación de aquel beso sobre mis labios, con mis dedos los acarició, podría decir que quiero arrancar esa sensación de ellos, pero sería mentir, así es el amor, y aunque me cueste admitirlo, aun amo a Ivanov.

...Pov Ivanov....

Llego a la mansión, y una vez la observo en el exterior, me doy cuenta de lo grande que es, reencontrar a Elena solo me hace ver lo solo que estoy, a pesar de las mujeres que desfilan por mi cama noche tras noche.

Suspiro e ingreso, subo a mi habitación y voy directo a la ducha, mientras tomo un baño, únicamente puedo pensar en ella y en lo difícil que es sentir que alguien puede descontrolarme y adueñarse de mi voluntad, pero es que una vez he vuelto a probar sus labios no puedo pensar en otra cosa que no sea el cómo sería hacerla completamente mía, deshago esa idea al saber que si la busco terminaré por atarme a ella y en el proceso le haré daño.

...***...

— Misha, Por favor dígale al diseñador que traiga el diseño del nuevo modelo deportivo. — Le pido a mi secretaria.

— De inmediato señor.

Luego de un par de minutos este llama a la puerta y me lo entrega.

— Buenas tardes, señor.

— Buenas tardes.

— Este es el modelo con las modificaciones que solicitó. — Dice mostrándome en su tableta.

— Perfecto. — Observo al detalle las modificaciones. Una sonrisa se dibuja en mi rostro, al imaginar que podría ser ella quien lo use. — Te puedes retirar, envíamelo, lo revisaré con mayor detenimiento y cualquier cosa te la haré saber.

— De acuerdo señor, con permiso.

— Propio.

— Buenas tardes, ¿Cómo te acabó de ir esta mañana?

— Logre salir y no gracias a ti. — Respondo a Tony quien irrumpe en mi oficina sin previo aviso.

— Ah, eso. — Dice rascando su nuca. — No te vi y Elena dijo que iría por ti, después de todo te hice un favor.

— ¿A qué te refieres?

— No me dirás que no morías de ganas por tener un momento a solas con ella.

— Solo hablas estupideces, no hay razón por la que quisiera estar a solas con una mujer que tiene novio.

— Sí tú lo dices.

— A propósito, habrá una fiesta en la playa, ¿te animas?

— Ya tuve suficiente de fiestas.

— Elena estará allí.

— Ese no es mi problema.

— Si en realidad no te importa, entonces eso responde a mi pregunta de ayer. ¿Puedo acercarme a ella?

— No se te ocurra.

— ¿Por qué?

— Tiene novio.

— Eso no me importa, siempre y cuando no seas tú.

— No te atrevas, ella no es una mujer para jugar, y mucho menos una conquista de una noche.

— Ya veo, si te importa tanto ¿Por qué no te arriesgas? También le gustas, la conexión entre ustedes es más que evidente.

— Yo le hice daño, eso no me lo perdonará.

— Y ¿quieres su perdón?

— No lo sé, no quiero ilusionarla y volver a herirla, sería injusto con ella.

— A esa fiesta irán todo tipo de personajes, si quieres cuidarla deberías ir.

...Pov Elena....

En este momento me encuentro eligiendo la ropa que usaré en la fiesta de esta noche, vestiré un vestido blanco amplio que deja ver por completo mi espalda, cubierta solo por el delgado cordón de mi pequeño biquini azul marino de dos piezas.

— Es hermoso, serás la sensación. — Me dice Clara, quien me acompaña mientras hago las compras.

— Deberías venir conmigo, no conozco a nadie en Moscú.

— Me encantaría, pero mis tíos me esperan, no fui ayer y si no lo hago hoy, dejaran de dirigirme la palabra. — Clara me acompaña debido a que sus tíos viven hace un par de años en esta ciudad y ella viene a visitarlos.

— Sí lo entiendo, no te preocupes.

— Igual Tony me dijo que te acompañaría.

— No sé qué tan buena idea sea es muy amigo de Ivanov y no quiero volver a cruzarme con él, a menos que sea por trabajo.

— Jajajaja eso ni tú te lo crees.

...***...

Son las diez de la noche, al llegar me encuentro con varios de los corredores que hicieron parte de la carrera de autos.

La playa es hermosa, hay una enorme fogata con gente a su alrededor, otros bailan, la música suena a través de los parlantes instalados en vehículos, hay gran cantidad de mujeres bellas y hombres fornidos, he llegado sola, pero eso no es impedimento para que pueda disfrutar del lugar, la fiesta, el trago y la música. Me acerco donde hay un grupo de chicas bailando solas, tomo una cerveza de una de las cavas en el camino, una vez junto a ellas, levanto mis manos y empiezo a bailar.

Ya he tomado varias cervezas y siento como un cuerpo sólido se pega a mi espalda para bailar, no le presto atención y continuo.

— No pensé que una señorita tan delicada pudiese ganarme, suerte de principiante.

— No soy una principiante y no te gané por suerte, es talento. — Me parece arrogante de su parte creer que le gane por simple suerte, y aunque lo de las carreras es solo un pasatiempo, no me gusta que me quiten el mérito.

— ¿Serás tan buena tirando? — Dejo de bailar y lo encaro.

— Eso es algo que un patán como tú jamás podrá averiguar.

— Conozco a las de tu clase, que vienen con su inglés seductor en busca del mejor postor. Tu suerte sigue siendo buena, aquí estoy yo. — Me jala de la cintura. No me dio tiempo de alejarlo de mí. Una imponente figura que conozco muy bien tira de él y golpea su rostro dejándolo tendido sobre la arena.

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