Reloj de arena I

Capítulo 6

-¿Tu eres lady Harris?

En un vestido color lila el cuerpo de Samantha asemejaba un reloj de arena ante los ojos del Duque, aquel hombre que nunca se asombraba por el aspecto físico de una mujer tenía un destello de brillo en sus ojos mirando la silueta de aquella mujer cuya piel se perdía con el paisaje de blanco invierno

Ninguna respuesta…

Acercó la distancia con cortos pasos y sujetándola por el antebrazo la giró hacía él

-Hice una pregunta… ¿Eres la hija bastarda del Conde Wilson Harris V?

Un nudo en la garganta se formó con solo escuchar esa palabra, que anhelaba no escuchar nunca más y que en los meses viviendo en el castillo del Duque nadie se había atrevido a utilizar con ella

Samantha alejo su mirada evitando el contacto visual y delicadamente sujetando la tela del vestido con sus manos enguantadas, se reclino en reverencia ante él

-Soy Lady Samantha Harris, hija mayor del Conde Harris V- Su voz, aunque deseaba con todo su furor que sonara fuerte y segura, temblaba con cada silaba pronunciada

James detalló a la mujer como cazador mirando a su presa, grandes pechos, cintura estrecha y anchas caderas

Debe ser tan zorra y presuntuosa como las de la capital, no me interesa

-Bien, veo que te has adaptado adecuadamente a vivir en mi castillo… nuestro, mientras dure nuestro matrimonio

¿Acaso piensa en el divorcio de solo verme? ¿Tan fea le parezco?

-Alza la mirada Samantha

Su espalda empezó a erguirse y sus ojos lentamente buscaron los de él, por fin el par de ojos morados se encontraron con los fríos ojos grises

Electricidad

Corrientes eléctricas recorrieron el cuerpo de aquella jovencita al ver por primera vez a su esposo, llenando de rubor sus pálidas mejillas

-Perdona mi señor

¿Por qué es tan fría su mirada? Es peor que el invierno y aun así, es precioso

El Duque en todos los sentidos era un hombre apuesto, alto, fornido con anchos hombros y cabello largo castaño que recogía en batalla, pero prefería llevarlo libre como en ese momento, tenía un suave bronceado producto del tiempo en el campo de batalla, y sus ojos grises tan claros y brillantes como el metal

-Vamos a comer

Dando la espalda a Samantha, se encaminó hacia el comedor

-Fueron lindos los meses de tranquilidad…

Bastián había preparado el comedor impecable. Las sillas cubiertas con terciopelo negro, del techo colgaba una gran araña de delicados cristales que reflejaban la luz armoniosamente y la comida, era un festín que podría alimentar a todo el pueblo del Ducado

El ambiente estaba tan tenso que podía palparse. James concentrado en la comida, tragaba cada bocado como bestia. Después de todo hacían meses que no se sentaba confortablemente a comer buena comida

-¿Te has adaptado bien?- Preguntó sin alzar la mirada

-Hmm si, eso creo

Hasta ahora que llegaste, después de esto no lo sé

-Mañana vendrán algunos soldados de la capital y traerán sus respectivas doncellas, organiza el té

-¿Yo?

-¿Quién más? No es un favor, es una orden. En el ducado se hace lo que yo ordeno

Asintió sin más. Cada bocado caía pesado al estómago de Samantha quien comía lo más rápido que podía hasta el punto de querer vomitar

Ya no puedo comer más

-Mi señor, ¿Puedo retirarme?

-Tu…- Señaló a una de las sirvientas – Lleva a la señora a la habitación en común y prepárala

¿Prepárala? Oh Dios…

Samantha había entendido perfectamente la referencia, él quería consumar el matrimonio lo antes posible. Era comprensible, James a diferencia de la juventud de Samantha, tenía ya 30 años, durante el tiempo viajando y batallando perdió muchas temporadas para conseguir esposa, era la edad para tener herederos

La habitación común era preciosa, delicadamente decorada en la cama había decenas de pétalos rojos sobre seda blanca con detalles dorados. Cuatro columnas de pilares y listones de telas entrecruzados en el techo

-Mi señora, hemos preparado el baño, venga por favor

-Gracias Lía ¿Dónde está Ana?

-Está del otro lado calentando su ropa mi Lady

Agua tibia con dulces esencias llenaban la tina, el nivel de agua aumento mientras Samantha dejó su cuerpo sumergirse en ella

Se siente tan bien, deseo poder siempre tener estos baños

Lía frotó cada parte del cuerpo de Samantha, fregaba la piel como si no hubiese mañana, la orden del Duque era clara, prepararla para el acto como lo había hecho anteriormente con otras mujeres, odiaba las mujeres que tenían perfumes artificiales

-Lía…

-Si mi señora

-¿Tienes novio..?

-Tuve mi señora, para entrar aquí abandoné nuestra relación… Pero necesito el trabajo por mi familia

-Entiendo… ¿Cómo es tener ya sabes… intimidad?

Las mejillas de Samantha se tornaron rojas al igual que las de Lía quien no soporto y tras la vergüenza de la pregunta soltó la carcajada

-Mi señora, eso es diferente para todos… Pero con el duque, he escuchado muchos rumores, por favor no sé niegue… el duque es

Justo antes de terminar la frase la puerta se abrió dando paso a Ana quien traía el camisón de la noche. El silencio se instauró en la habitación y ambas dejaron la conversación. Los nervios de Samantha estaban a flor de piel

-Mi lady, hemos preparado una ropa preciosa para usted

Ana se mostraba emocionada a diferencia de las otras dos, la inocencia de la chica creía que el amor abundaría en esa habitación, nada más alejado de la realidad

Sin más, vistieron y peinaron a Samantha para dejarla sentada al borde de la cama esperando por el Duque

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Sin duda alguna, en mi mente así serían los personajes reales

Samantha

James

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