Capitulo 16: Comidas confusas.

Convivencia.

Acción de convivir.

O bueno, eso es lo que dice el buscador.

Creo que estar con la tía Janna es un modo de convivencia forzado. Han pasado aproximadamente dos semanas y tres días desde que llego a la casa, no hemos notado un comportamiento extraño de parte de ella, pero todos estamos alerta, hasta incluso papá. Quiero suponer que quiere agarrar nuestra confianza y ¡BAM! Clavarnos la estaca en la espalda como la vil bruja que puede llegar a ser.

Llego de la escuela junto con Oliver y miramos a los lados esperando que ella no esté en casa y este en el trabajo, porque eso es lo bueno, ella paga por dormir aquí, nadie se queja de eso, aunque ya familia de mamá nos dijo:

Familia es familia.

Fue algo controversial porque no tengo ese pensamiento, siento que si una persona vive temporalmente en una casa tiene que contribuir al menos con la comida, claro, si es que tiene trabajo y tiene el dinero necesario, en este caso, ella sí lo tiene y paga por el cuarto de invitados, a mamá le ha servido bastante, ya que ha pagado varias deudas que tenía pendiente.

Pegamos espalda con espalda y giramos entre nosotros por toda la sala observando cada parte del lugar. Cuando nos damos cuenta de que no está, saltamos de alegría por todo el sitio.

—¡Qué lindo día! —Grita Oliver mientras va a la cocina— ¡Y se pone mejor! —Voy a donde él y veo su mirada iluminada— Mamá dejo la comida ya hecho, lo único que tenemos que hacer es solo calentarla ¡TE AMO DÍA PERFECTO!

Una sonrisa se expande por toda mi cara mientras hacemos otro baile de felicidad. Podríamos hacerlo todo el día.

O hasta que escuchamos que la puerta está siendo abierta.

La expresión de horror de Oliver me hace creer que tiene el mismo pensamiento que yo.

—¡Chicos! —La voz resuena por toda la sala— ¿están por ahí? Acabo de llegar de terapia.

Cierro los ojos fuertemente y con un gran esfuerzo pongo mi mejor sonrisa para nuestra querida tía. Ella entra a la cocina y deja su bolso en el mesón. No me atrevo a preguntarle qué tal le fue porque se me hace extraño y al parecer mi hermano tampoco se le ve las intenciones, así que se forma un silencio sepulcral en el que ninguno está dispuesto a quitarlo, ella no nota que nos sentimos incómodos a pesar de ser lo más visible del mundo.

Se mueve por todo el lugar hasta llegar a la cocina, al parecer solamente noto que estábamos hambrientos porque enseguida empieza a calentar la comida. Miro a mi hermano y él solo me alza los hombros sin entender muy bien que está haciendo.

Sí, lose, acabo de decir que va a calentar la comida, pero desde que está aquí casi no ha entrado a la cocina, así que tenemos justificación para sentirnos además de incómodos, raros.

—Bien chicos, les sirvo la comida y me voy a mi habitación porque tengo que hacer algunas cosas que me mando el psicólogo, entonces les pido de por favor que no molesten ¿Sí?

Nos deja algo pasmados, pero asentimos con la cabeza. Vamos a la mesa cuando ella nos da la comida, me siento junto a Oliver y me doy cuenta de un pequeño detalle. Bueno, un muy obvio detalle.

A Oliver le sirvió más que a mí.

Normalmente en la casa no hay preferencia, cada quien se sirve por igual a menos que alguien pida más o menos comida, dejando de lado eso, todo es así, ¿Por qué le sirve más que a mí, si yo, al igual que él, tengo mucha hambre?

—Aaah… ¿Tía? —La llamo.

—Dime querida, ¿Necesitas algo? —Sale de la cocina limpiándose las manos con un trapo.

—¿Por qué…? ¿Por qué le sirvió más a Oliver? —Me mira con el ceño fruncido y luego se aclara como si se hubiera acordado de algo.

—Oh, sí, eso, verás, te puse menos por la simple razón de que quiero que estés más delgada y más sana.

Abro y cierro la boca sin que salga nada de ella.

—¿Estoy gorda? ¿Eso trata de decirme?

Inmediatamente, miro mi abdomen y trago saliva, estoy consciente que estoy algo hinchada, pero no por grasa sino porque tengo mi menstruación. Eso se lo tuve que preguntar a mamá porque si no, me iba a dar algo, ya que de un día para el otro estaba con algo de barriga.

Aunque… También puede ser grasa ¿Y si, si lo es? ¿Y si de verdad me estoy descuidando? ¿Se nota mucho? ¿En el instituto ya se darían cuenta?

—Claro que no linda, solo que para que estés completamente sana tienes que estar delgada.

Frunzo el ceño, pero dejo el tema hasta ahí.

¿Hay que ser delgado para estar sano? ¿Qué acaso hacer ejercicio y comer saludable no es lo que te hace sano? ¿Tengo que empezar a hacer ejercicio? ¿Tengo que dejar de comer? No, eso no es sano, ¿o es parte de lo que llaman dieta?

Un sonido de una cuchara me despierta de mis preguntas, noto que mi plato está lleno, miro a Oliver y me mira casual.

—No pienses que es sano Little Cherry —me señala con una cuchara y con la boca llena—, créeme cuando te digo que ser sano no significa ser delgado, hay muchas personas que tienen algo de barriga que son mucho más sanas que personas delgadas, es más, hasta hay deportistas donde comen demasiado, pero hacen el doble de ejercicio para quemar las calorías consumidas, ejemplo, natación. Así que, come.

Me sorprendo por la información que me acaba de brindar el idiota, no tan idiota.

—Tenías tiempo si llamarme Little Cherry —murmuro con la cabeza agachada.

Y es verdad, hace mucho tiempo que no lo hacía y me hace sentir bien que al fin lo haga, me hace sentir que de verdad me lo dice.

—Come —dice sin mirarme.

Muerdo mi labio y agarro una buena porción y la meto a mi boca.

Cielos, amo la comida.

No me sorprende que la tía haya hecho este tipo de comentarios. Lo que me sorprende es la sutileza con la que lo hizo, ósea, usualmente es directa, demasiado diría yo, aunque siento que se ha contenido ¿De verdad se está preocupando? O ¿La terapia no le está sirviendo en nada?

No sé qué hacen con el psicólogo.

Fui al del instituto, pero, vamos, todos sabemos que lo máximo que va a hacer es buscar en su celular una solución. Yo también tengo el mío para hacerlo, pero la señora me da café con pan gratis ¡No me juzguen!

Así que en conclusión, volviendo al tema, tal vez solo lo estoy pensando demasiado, a fin de cuentas, ella va a terapia, yo no, ella tiene ayuda profesional, yo un celular y a una madre que a veces se harta de tantas preguntas que le hago.

Termino de comer, lavo mi plato y pongo algo de música para ordenar un poco la casa.

—Oliver, la basura te toca sacarla, también te toca lavar la ropa que tenemos acumulada, yo ordeno el suelo junto con los muebles.

Quisiera decir que mi hermano es obediente, que me hace caso, que no reprocha, pero…

—¡Oye, pero eso no es justo!

Estaría mintiendo.

—Si empiezas con tu típica pelea de ‘no quiero hacer nada, has todo tu Oliv’ —imito su voz moviendo mis brazos exageradamente—, créeme que hoy no te va a funcionar, tengo una lista en mi celular de todo lo que he hecho cada semana. Con un hermano vago como tú tengo que ser precavida —lo miro con la ceja alzada esperando su contra ataque.

Aprieta los puños y sé que quiere decir algo a pesar de que ya le gane.

—Está bien —dice con amargura.

Algo anda mal.

Él no acepta tan rápidamente. Este tonto algo quiere, y créanme amigos que no se lo voy a dar. Pasa a un lado mío para subir las escaleras, supongo que buscar la ropa. Doy pasos lentos por toda la sala, recogiendo las cosas cuidadosamente mientras pienso que es lo que trama.

Aunque, ahora que lo pienso, Oliver ha sido más limpio esta semana, y la anterior, y la anterior a esa. No es por un permiso porque ya hubiera lanzado su jugada maestra, lo que es persuadir a mamá, no es para cambiar de instrumento porque ya hubiera persuadido a papá.

¿Qué es?

Trato de recordar un detalle especial. Algo que lo hizo impulsarle a ser limpio y perfumado ¡Ah! Porque también eso, él no sale ahora sin echarse un poco de perfume, sutil, no exagerado, como cuando literalmente te drogas con el alcohol del perfume de un hombre, no, él al menos marca la diferencia en ese sentido.

Lo he criado tan bien, una lágrima de felicidad caería por mi mejilla si no fuera porque de verdad intento pensar una razón.

Mi celular se enciende y distingo desde lejos que es un mensaje de Mary. Lo agarro y lo leo.

M: Dile al gonorrea zarrapastroso de tu hermano que me devuelva los audífonos que me robo ayer que fui a tu casa. Te quiero bebe, no lo olvides, besos.

Un minuto.

Mary. Casa. Oliver. Mary. Casa. Oliver. ¡MARY! ¡CASA! ¡OLIVER!

¡OLIVER SE ARREGLA POR MARY! ¡OH POR DIOS ESTO AL FIN ESTÁ PASANDO!

¡JA! ¡Desperdiciar todas esas monedas en la fuente de los deseos en el parque fue una increíble inversión!

Ya soy toda una empresaria.

Oliver se dio cuenta de que le gusta Mary y es por eso que se arregla tanto.

Yo la verdad me esperaba que fuera a un futuro lejano todo esto, pero mientras más temprano mejor, mi mejor amiga y mi hermano ya quieren estar juntos y yo no podría evitar saltar de alegría.

Limpio con rapidez gracias a mi buen humor y voy a espiar a Oliver en su cuarto para poder comprobar si mi teoría es correcta. Me asomo lentamente y lo que veo me deja incrédula.

Oliver plancha su ropa.

¿Qué estoy apreciando?

Parpadeo tres veces pensando que es una ilusión, pero no, si es Oliver planchando su ropa.

Esto ya es otro extremo. En serio se lo está tomando a pecho. Siento una especie de orgullo que de verdad se esté esforzando por estar bien para ella.

Me asusto por el sonido de su teléfono y me escondo para volver a asomarme con cuidado.

—Hola Liam —se escucha una voz a través del celular— ¿ya la tienes?

¿Tener? ¿Tener a quién?

—¡Asombroso! Ahora podrás jugar con ella.

Mis ojos se abren a más no poder al escuchar a Oliver.

¿Ve a una chica como un objeto? No, no, este no es mi hermano. No puede ser, apenas tenemos trece, ¿Cómo puede tener ese pensamiento tan… idiota?

—No me presumas, sabes que yo la quería primero, pero me ganaste.

O sea que es uno de esos chicos.

Ven a la mujer como un objeto y además como un premio.

—Bah, ya no la quiero, tengo una cosita que me dejara satisfecho de por vida que ninguno de tus…

Dejo de escuchar alejándome lo más rápido que puedo de esa conversación tan asquerosa. Sigo sin creer que Oliver, mi propio hermano, que tiene una HERMANA MUJER, piense así.

No.

No puedo dejarlo así, tengo que hacer algo, tengo… tengo… tengo que llorar en la sala mientras pienso más cosas tristes de él. Sí, el nudo en mi estómago hace que las lágrimas se acumulen por todos mis ojos, esta noticia mi cayó como balde de agua fría.

Alto.

También puede estar viendo a mi mejor amiga de esta forma.

¡Claro!

Oliver se arregla para Mary porque la ve como un premio.

Oh, eso sí que no. Con mi mejor amiga no, ¿Qué hago aquí sentada? Debería darle una lección a ese patán y darle clases con presentaciones de PowerPoint de porque las mujeres no se usan.

Me levanto del sillón, y limpiándome las lágrimas con enojo puro, doy pasos largos hacia la habitación de Oliver. Siento como mi corazón late tan rápido que puede que en cualquier momento se canse y me mande al más allá. Llego a su puerta y antes de tocar, trato de calmarme.

Vamos respira, uno, dos, uno, dos. Piensa en los chicos más guapos que has visto en tu vida.

Ian.

¡CALLATE!

Cuando mis nudillos están a punto de derribar la puerta de dos fuertes toques, él abre como si nada. Me mira extraño y sin pensar en mi paz interior lo empujó hacia su cuarto para tirarlo en la cama y empezar a golpearle con una almohada.

—Oye, ¿Qué demonios te sucede?

No lo dejo hablar porque le sigo dando almohadazos.

—Eres un patán. Idiota. Estúpido. Condón roto.

—¡Pero si somos mellizos!

—¡ESTO NO SE TRATA DE MI OLIVER ALEJANDRO!

Me quita la almohada con más fuerza y sin remedio le jalo sus cabellos como hace años lo hacía. Él sin ningún tipo de escapatoria me jala a mí también aumentando más mi enojo.

—Ah, así que elegiste el camino de la muerte.

Para dejarlo K.O. le doy una cachetada que hasta a mí me dolió mi palma. Me suelta el cabello para acariciarse el rostro y mirarme con enfado.

—¡Suficiente! ¡¿QUÉ DEMONIOS TE SUCEDE DIABLO VERSIÓN MUJER?!

Limpiándome las lágrimas que habían caído por mi mejilla sin darme cuenta, sorbo mis mocos y hablo con el nudo que se había formado en mi garganta.

—Es increíble que tú, el chico que pensaba que era la dulzura en persona, quiera hacerle eso a una mujer. Oliver, tienes una hermana y una madre ¿Qué harías si alguien nos viera como un objeto? ¿O como un premio?

—Le rompería la cara, eso es más que seguro.

—¡¿Entonces porque tú haces lo mismo?!

—¿Me puedes dar contexto? Porque esto en serio me está mareando.

—Escuche cuando hablabas con tu asqueroso amigo Liam, ¿jugar con ella? ¿En serio? ¿Tienes unas cosas que te dejaran satisfecho de por vida? Explícame.

Su expresión de confusión pasa a una seria. Rueda los ojos para luego ponerse dos dedos en el puente de la nariz.

—Olivia, a veces de verdad te odio —abro la boca ofendida— no hablaba de una mujer, hablaba de un videojuego de zombis que Liam compro primero que yo.

—Ooooooh.

—Oooooh, y la cosa quedaría satisfecho de por vida es que por fin compre los boletos para ir a un concierto de Taylor Swift.

Si pudiera devolver el tiempo lo haría en este preciso momento.

—Bueno… Esto es… Incómodo.

—Sí, tú lo hiciste así, me ofende que creas que yo haría eso, no me criaron de esa forma Olivia, eres increíble, no quiero imaginar que cosas también pensaste.

—Bueno…

—Ay no.

—Pensé que te arreglabas para ver a Mary —murmuro con la cara completamente roja.

Su rostro se transforma en uno de terror inmenso.

—Olvidemos que dijiste eso y que a mí no me dieron ganas de vomitar —lo fulmino con la mirada—, Mary se cree superior y te lo digo una y otra vez, no soy su tipo. Además, yo me arreglaba para que mamá me dé permiso para ir SOLO.

—Oh.

—Sí, oh. Olivia, no puedes simplemente escuchar algo fuera de contexto y de la nada atacar, tienes que por lo menos preguntarle a la persona de que hablaba, si no lo haces en un futuro te ocasionará problemas masivos.

Tiene razón.

—Creo que te debo una disculpa suprema —agacho la cabeza evitando mirarlo.

—Prosigue.

—Yo… Lo siento mucho, Oliver, de verdad, no quería considerarlo al principio, pero el enojo y las suposiciones me hicieron actuar por impulso, y sé que eso no es justificación y espero que aceptes mis disculpas.

Suspira rendido y abre sus brazos.

Sí, necesito un abrazo.

Lo abrazo y me acaricia la espalda, me besa la cabeza y nos quedamos así por un buen rato. Otra vez él consolándome. A pesar de que lo insulto todo el tiempo, lo quiero tanto, demasiado, siento que si se fuera a algún lado me faltaría mi otra mitad, dejaría un vacío en mi corazón que nadie, ni la persona más amable del mundo, podría reemplazar. Tengo que aprender a escucharlo, a preguntarle, porque no puede salir lastimado sin razón alguna, como lo que paso en este instante.

—¡Olivia! ¡Ven un momento, por favor!

La voz irritante de la tía hace que ruede los ojos. Me separo de mi hermano y me mira con pena, esta vez quisiera darle el almohadazo a otra persona.

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Comments

María Saori 😎🤫

María Saori 😎🤫

en esos momentos agradeces tener a alguien de apoyo ❤️

2023-10-24

1

María Saori 😎🤫

María Saori 😎🤫

😠 quien dijo eso?

2023-10-24

1

María Saori 😎🤫

María Saori 😎🤫

prejuicios pff

2023-10-24

1

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