Capítulo 15: Un nuevo comienzo.

2 años después.

Olivia POV

—Señor Jules ya le dije que no es necesario —repito lo que le he dicho durante los últimos cinco minutos.

—Y yo dije que si lo es, deja de ser necia y deja concentrar a mi hijo.

Ruedo los ojos y me quedo callada mientras Nicolas se ríe con mi teléfono en manos.

Han pasado dos largos años desde que él se fue. Si, no diré su nombre. Le tengo rencor al muchacho ya que se fue sin despedirse de mi, de Mary y Oliver lo hizo, pero al parecer de la que gusta de él se olvidó.

Si, también acepte que me gustaba. Bueno, tiempo pasado ¡Pasado!

Y tampoco es que se ha comunicado mucho. Al parecer ni siquiera contacta a Oliver. Desapareció del mapa completamente.

En fin, ya no me interesa. En estos dos años he tratado de ser más productiva en otras cosas

No has hecho más que estudiar y llorar.

Productiva.

Me han crecido demasiado los pechos, pero de un tamaño que supera a todas las chicas de mi clase. Suele ser incómodo cuando hacemos ejercicio y brincan.

Por suerte tengo a Mary, ella me defiende de los babosos que me quedan viendo. Oliver también lo hace, siempre está al pendiente que yo esté cómoda.

—Listo niña, tan solo tienes que apretar este botón en el momento en que necesites ayuda, una vez si quieres que un policía te ayude, dos si necesitas una patrulla y tres, yo iré contigo personalmente ¿Entendido? —Asiento ante las instrucciones de Nicolas.

Al fin tengo celular, ya no lo tengo que compartir con el tonto de Oliver, ahora es completamente mío, y el señor Jules al enterarse de esto llamo de inmediato a su hijo y le obligó a instalarme el botón de emergencia.

Le agradezco a los dos y salgo de su casa para dirigirme a la mía. En cuanto cruzo la entrada escucho el sonido de una guitarra. Oh, el tonto ha intentado tener nuevos pasatiempos, dejo el fútbol y ahora esta buscando algo mas artístico. Ya intento con la batería, la armónica, la trompeta y muchos instrumentos más.

Hoy le toca a la guitarra, aunque no le tenía fe, de verdad esta avanzando.

Sin querer interrumpirlo voy a mi habitación para poder hablar con Mary mientras ordenó un poco las cosas. La llamo y la pongo en altavoz. Hablamos por unas cuantas horas hasta que escucho el llamado de mi mamá y me levanto de mi cama para dirigirme a la sala.

La relación con mis padres ha sido... Como un nudo. Un nudo muy complicado de desatar, hemos tenido peleas continuas que nos han dejado sin hablar por días, pero al final de cuentas empezamos a hablar como si nada. No es sano hacer eso, lo se perfectamente, me lo dijo el psicólogo del instituto que, a pesar de no ser el mejor del mundo es gratificante poder hablar con alguien que sabe un poco sobre el tema.

En cuanto llegó veo a todos sentados y serios.

Oh, oh.

Alguien hizo algo.

—¡Fue Oliver! —El nombrado me mira como si fuera una lunática.

—¿Perdona?

—Lo siento hermano, pero si me ponen a elegir entre que el castigo lo pongan a mi o a ti, la respuesta es muy simple.

Rueda los ojos y yo me siento en el mismo sofá que esta el. Miro a mis padres y estos andan más nerviosos de lo normal.

—Ok muchachos —comienza papá— ya que están aquí debemos decirles algo que puede cambiar el rumbo de esta familia y además...

—Estoy embarazada —mamá le interrumpe completamente sería.

—¡¿QUE?! —Decimos al mismo tiempo Oliver y yo.

¿Acaba...?

No, no. Escuche mal, de seguro escuché mal.

¿Embarazada?

¡A penas logro soportar a Oliver! ¡¿COMO LOGRARE SOBREVIVIR CON OTRO?!

No es hasta que escucho la risa de mamá lo que me hace dar cuenta que es una simple broma.

—¡Debieron ver esas caras pálidas suyas! —Y seguía riéndose.

Miro a papá en busca de explicaciones y el alza los hombros con calma.

—Tu madre quería quitar la tensión que se iba a formar en el momento que ustedes estuvieran aquí.

Miro al tonto y al parecer no se recupera del shock inicial, le doy un pequeño golpe en la espalda y sacude su cabeza mirando a todos lados.

—Linda forma de hacerlo ¿Eh? —Una risa tensa y nerviosa sale de sus labios.

—Ok chicos, la cosa va así, ustedes saben que en mi familia solemos ser más liberales en muchos sentidos ¿verdad? —Asentimos—, perfecto, pero en la de tu madre... —con tan solo nombrarlos rodamos los ojos—, son estrictos.

—Y criticones —murmura Oliver y no puedo estar más de acuerdo con él.

—Sí, lo sabemos todos, incluso tu madre que es su sangre lo reconoce. Con eso aclarado le tenemos que comentar que su tia Janna tiene en construcción su nueva casa y nos pidió de favor que si se puede quedar en nuestra casa por unos meses ¿Qué les parece?

Trago grueso por esta nueva bomba que nos acaban de explotar en la cara.

La tia Janna nunca fue una persona cariñosa, al igual que todos en la familia de mamá critica hasta mas no poder, pero en este caso ella pone a La Biblia de por medio, es muy religiosa y nos hace sentir inco

modos a Oliver y a mí con sus comentarios.

Un ejemplo de ello fue en una parrillada que hicimos hace unos meses.

Estamos comiendo tranquilamente, Oliver y yo parecemos animales comiendo ¿Y como no hacerlo? Las costillas están para chuparse los dedos. Todos los demás hablan con alegría excepeto la tia Janna, ella me mira con desaprobación y la verdad no entiendo por qué ya que no he hecho nada malo. Ella se aclara la garganta y todos hacen silencio y la miran con confusión.

—Debo decir que esta es una maravillosa velada, sino fuera por que Olivia come como si fuera una muerta de hambre, Olivia eres una niña, tienes que comer bien —Miro a todos los demás y por primera vez siento vergüenza.

—Pero Oliver come igual que yo, ¿Por qué me nombra solo a mí? —Pregunto con molestia y por el rabillo del ojo puedo notar como mamá hace un puño con su mano como si se estuviera aguantando.

—¿Cómo puedes compararte? El un hombre, él puede, tu no, eres mujercita.

—Y empezó a sonar The woman —murmura Oliver negando con la cabeza.

—Osea ¿que por el simple hecho de que tenga un pene en medio de sus piernas significa que puede hacer lo que le gana? —Contraataco con todo.

—¡Olivia! No puedes ser tan vulgar estamos en la mesa, tienes que respetar.

¿Cómo pide respeto ella cuando estábamos tan tranquilos comiendo?

Miro a mis padres y se notan molestos, papá la fulmina con la mirada y mamá tiene una cara de querer arrancar cabezas.

—Hermana, mi hija puede comer como quiera porque la estamos pasando bien en familia y no creo que sea necesario que coma como una "señorita" como nos dices.

—Ay, mejor no digo nada, pero ya verán, el fin se viene y vendrán cosas peores para los pecadores.

Con eso dicho vuelve a su comida. Miro la mía y ya siento un peso en mi estómago que hace sentir llena, ya no quiero comer, esperaba tener una buena tarde junto con mi hermano y esto hace que se vuelva triste. ¿Está mal que quiera devorar mi comida? ¿Qué quiera disfrutarla? Solo porque Oliver es un niño puede comer como quiera ¡Eso no es justo! ¡Quiero chuparme los dedos como yo quiera! ¡Quiero poder comer con mi familia en paz! Pero al parecer no es mi momento de hacer eso.

Sin pensarlo dos veces me levanto de la silla, agarro mi plato, doy las gracias. El silencio incomodo que se había formado no lo había notado hasta que fui a la cocina y sentí que podía respirar en paz. Guardo mi comida y tomo un vaso de agua para relajarme un poco.

Esto en definitiva fue un horror.

Y eso fue apenas la punta del iceberg, en muchas ocasiones suele hablar de los cuerpos de los demás y desde lejos se nota su incomodidad. Me parece una mala idea que se mude aquí, sino la soportamos las dos horas que suele estar aquí cuando la invitan, ¿Cómo la soportaremos unos meses?

—La verdad no estoy de acuerdo, todas las veces que ha venido ha sido una pesadilla, genero muchas inseguridades a casi toda la familia ¿Qué nos deparara a nosotros? —Pregunto, estando mas seria que nunca.

—Cabeza de tomate tiene toda la boca llena de razón —ruedo los ojos.

—Sí, estamos conscientes de eso, pero hay una buena noticia, su tía Janna ha ido a terapia todos estos meses y esta cambiada, o bueno, eso dicen sus otras tías. Así que, como está yendo a terapia no pienso que sea tan mala idea.

Mandela al psiquiátrico mejor.

Terapia y tía Janna. Dos palabras que no esperaba escuchar en una misma oración. Esto me sigue sin convencer nada de nada, como que algo de la historia no me cuadra, hay algo, me parece extraño que ella mandara a construir una casa cuando tiene dinero para comprar una nueva. Quiero decirlo pero siento que daría muchas vueltas al tema y me verán como una lunática.

Miro a Oliver y le comunico a través de mi rostro que ¿Qué hacemos? El sube y baja sus hombros sin saber que decidir. Creo que me toca a mí hablar, de nuevo.

—Creo no hay problema alguno que se quede algunas semanas si ella está cambiando. Tal vez podemos soportarlo.

El rostro de mis padres parece relajarse y sonríen un poco.

—Recuerden, si les dice algo, lo que sea, ella estará agarrando sus maletas y yéndose a otro lugar ¿Entendido? —Asentimos— les suplico que aunque sea me digan a mí, como no es mi hermana podre darle dos patadas por su retaguardia y adiós.

Nos reímos por la broma de papá y mamá le da un codazo divertida. Ya terminada la conversación nos dirigimos cada uno a sus respectivos cuartos, cuando llego al mío me acuesto en mi cama y miro el techo por un buen rato pensando si fue buena idea aceptar a la señora aquí.

Tal vez le estoy dando muchas vueltas al tema, tal vez si está cambiando y de verdad puede llegar a ser una tía cariñosa, o simplemente nos está engañando y quiere hacer nuestras vidas un infierno, cualquiera de esas dos opciones pueden ser, nunca se sabe con ella, nos puede sorprender de buena o de muy mala manera.

Suspiro y por casualidad mi mirada cae en mis pechos, con mi mano derecha toco uno de ellos y lo aprieto con suavidad, juego un poco con el mientras mis dedos rozan mi pezón, el aire lo siento denso y la presión más abajo inicia, muevo mis muslos para poder calmar la molestia pero se hace más fuerte.

¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué se siente tan bien? ¿Y si alguien entra?

Nadie entrara… Tú sigue…

Miro mi puerta nerviosa mientras inconscientemente subo mi otra mano al pecho y lo masajeo igual como el otro. No entiendo como todo esto se siente tan bien, mi corazón late a mil por hora y no solo porque tengo miedo de que me descubran sino porque son nuevas sensaciones que tengo en todo mi cuerpo. Todo en mí alrededor se siente pesado, los escalofríos son cada vez mayores al igual que la presión.

¿Y si esto está mal? ¿Y si escuchan los jadeos que salen de mis labios?

Todas esas preguntas aparecen en mi cabeza y la presión empieza a irse pero sacudo mi cabeza y alejo todo tipo de inseguridades que llegan. No quiero que se vaya la presión, es divertido de alguna extraña forma. Es por eso que aprieto un poco mis muslos con más exigencia, pero por desgracia todo se esfuma, así como vino se va.

¿Qué pasa? ¿Por qué ahora solo siento que simplemente toco mis pechos? Ya no siento nada.

Es como que si forzarlo hace que se quite más las ganas, ósea que esto que experimente fue o es algo espontaneo.

—¡Olivia!

Doy un brinco y me levanto de un salto, miro a los lados desesperada.

Ay no, ay no.

Si me escucharon, esperaron a que terminara, no no no. Estoy muerta, tendré que vivir en el sótano ¡Y LO PEOR ES QUE NO TENEMOS UNO! Me echaran de la casa, luego tendré que buscar un trabajo, ¿Quién contrataría a una chica de mi edad? ¡Me echaran de inmediato! Viviré en el abandono y comeré sobras con las ratas, que de seguro tendré que pelear por ella como si fuera un animal.

—¡Olivia!

Otro brinco doy.

No estoy preparada para enfrentarlos, tengo que evitarlo pero no sé cómo. Cuando necesito a mi cerebro parece que se va de vacaciones a Dubái junto con un suggar y ni me invitaron. Quiero llorar.

Por el rabillo de mi ojo veo la toalla y sonrió con una gran idea.

—¡Olivia! —Vuelven a insistir.

—Ah ¡Si ya voy solo que me daré una ducha rápida, ya bajo! —Les respondo al fin y parecen satisfechos con la respuesta porque ya no insisten.

Agarro la toalla y voy corriendo al baño esperando no encontrarme a nadie en el pasillo y por fin la suerte esta de lado ya que no me consigo a ninguno. Entro al baño, me quito la ropa y en tiempo record ya estoy dentro bañándome.

Recuesto mi cabeza en la pared mientras el agua cae.

Creo que estuvo mal tener ese momento, pero todo se sentía tan bien y caliente, ¿y si mamá se entera? Repito, me mataría. Aunque, no tiene por qué enterarse, si no le digo creo que no pasara nada, en ese caso no me mataría.

Perfecto, está decidido, no le diré. Ni ella, ni a nadie.

Termino de bañarme y me voy a mi cuarto a ponerme ropa, como ya no saldré me pondré la pijama, me peino un poco mi cabello y salgo a ver qué era lo que necesitaban allá abajo, todavía no se quita la presión en mi pecho por el miedo de que sepan lo que hice pero si hablan sobre el tema solo me negare completamente.

A medida que voy bajando escucho voces, no esperábamos a una visita que yo recuerde, y yo en pijama, bueno, ya no subiré a cambiarme, es una pena para la persona que me vea así pero llego después de mi gloriosa ducha así que no me importa lo que digan.

En el momento en que estoy en la entrada de la sala me quedo petrificada.

Ese cabello negro.

Esos ojos marrones.

Su falda larga junto con su camisa de manga corta.

Ay no.

La tia Janna.

—Que gusto en verte sobrina.

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BAJEN ARMAS Y TODO COSA FILOSA QUE TENGO EXCUSA DE MI PEQUEÑA AUSENSIA.

Hey! qué tal? Este capítulo da un buen giro, ya Olivia no es una pequeña niña curiosa, ahora es una niña curiosa que experimenta. Tome este tiempo como para... darle suspenso a la historia, me entienden? Como cuando tardan en subir la parte 2 de una película, solo en este caso en el mismo libro :3

Espero que les guste este nuevo comienzo porque así serán las etapas de Olivia ^-^

NO olviden que los quiero!

Hasta pronto personita~

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