Capítulo 12: Revistas inesperadas.

OLIVER POV

—Bien, aquí voy. Concéntrate, velocidad. Soy veloz, un ganador. Cuarenta y dos perdedores, yo desayuno perdedores...

Unos fuertes toques en la puerta me hacen saltar del susto.

—¡Oliver, deja de hacerte pasar por un carrito de carreras en el espejo y apresúrate! ¡Una chica también necesita el baño!

Ruedo los ojos.

—Una chica también necesita el baño, mimimi —la imito descaradamente y lo que recibo es otro golpe fuerte en la puerta— ¡Está bien, ya voy! Lunática —murmuro lo último.

—¡Escuche eso Oliver fresita de las Mercedes!

A pesar de la poca imaginación de Olivia al inventarme un nombre poco creíble, me miro en el espejo arreglándome por última vez. Abro la puerta y la cara amargada de la cereza del pastel me recibe abiertamente.

¿Entienden? Cereza del pastel, Little Cherry ¡Ja! Se va a la lista de mejores chistes de la historia. Eso sí, es tener imaginación.

Paso por su lado mientras me mira feo. Antes de que pueda seguir mi camino, me detiene.

—Y deja de fingir la voz, no te hace más lindo poner la voz más gruesa.

¿Disculpa?

Abro la boca para preguntarle, pero cierra de un portazo la puerta.

¿Ya...?

Haré como si esto no hubiera pasado.

No entiendo la obsesión de Olivia por querer verse bien en cada lugar al que va. Yo también me preocupo por mi imagen, pero lo de ella es mucho peor.

La otra vez casi me lanza un cepillo por desaparecer su crema para la cara. ¡NO ME ARREPIENTO DE NADA!

Bajo las escaleras y papá está sentado en el sofá con expresión aburrida. Me mira y me acaricia la cabeza.

—¿Listo para visitar a la familia? —me pregunta.

—Vaya, que no se note tus grandes ánimos —me río un poco.

Su suspiro pesado me hace dudar si ir o no ir, ya que me está dando flojera.

—Ya sabes que mi familia suele ser más desastrosa que la de tu mamá —hace una mueca como si recordara algo— pero a pesar de todo, no los puedo separar de ustedes, ya que tenemos que mantenernos unidos, todos.

—¿Cuánto te pagó mamá para que nos dijeras eso en vez de convencernos de quedarnos?

—Tres noches con pizza sin rechistar —dice con simpleza.

Papá era muy vendible.

Lo bueno de ir con la familia de papá es que tenemos a un primo mayor y nos presta a nosotros, los pequeños, su Play, con la condición de que no toquemos nada más que los controles.

—Muy bien chicos. ¿Ya están arreglados o les tengo que esperar otros cuarenta minutos? —Se nota que mamá estaba algo irritada.

—Sí, ya vamos porque si no se hará muy tarde para ir. Solo falta Oliv. ¿Dónde está? —Otra vez papá pregunta.

—Sigue en el baño. Vayan avanzando al carro que yo le aviso que se apure.

Se miran entre ellos y alzan los hombros. Caminan juntos hasta la camioneta mientras yo tengo un perfecto plan.

—Olivia, ya nos vamos. Decidimos que te vamos a dejar —alzo la voz para que me escuche.

—¡¿QUÉ?!

Ay, me encanta irritar a la gente.

Sus pasos resuenan hasta llegar a las escaleras y no puedo evitar una carcajada porque su cara está blanca por la crema.

—¡No me pueden dejar! —Baja las escaleras y hubiera sido lindo ver cómo se caía.

Se da cuenta de que es una broma y las ganas de matarme se reflejan en toda su cara.

Ahora sí parece la cereza del pastel ¡JA!

¿Entienden? Pastel en la cara, tiene crema y parece el merengue. ¡Otro gran chiste! Estoy arrasando hoy.

—¡Uy! Creo que me equivoqué. Nos vamos todos ¡Ups! —Me hago el inocente y procedo a salir corriendo hacia el carro.

Cuando entro, mamá me mira con rareza por el retrovisor.

—¿Qué hiciste...? 

El grito de Olivia resuena en toda la casa y sale hecho una furia, tirando la puerta e intentando desaparecer los restos de crema.

—Opino que no preguntaré al respecto.

Entra al auto y tal vez no medí las consecuencias de mis actos porque ahora tengo a una asesina al lado mío.

Enciende el motor y empezamos el recorrido hacia la familia de papá.

La atenta mirada de Olivia hace que me sienta incómodo. Puede que me haga el loco viendo por la ventana, pero se siente que en este carro hay un gran ente del mal que se quiere comer el alma de cada uno.

—Olivia... —Carraspeo la garganta y noto cómo el párpado de su ojo tiembla, dando ese toque terrorífico— Este... Yo... Je, je, te quería decir que...

—¡Mamá Oliver no deja de fingir la voz!

—¡¿Qué?! —Mi confusión se refleja en mi cara.

¡Yo tratando de disculparme y ella me sale con esto!

Mala.

Mamá, al detenerse en un semáforo, gira hacia nosotros con una ceja alzada.

—Parece que esos chicos que están un grado mayor que nosotros, hablando como si tuvieran algo atorado en las gargantas.

Su comparación hace que abra la boca ofendido.

—Ay, mi niño ya está creciendo —acaricia mi mentón con una sonrisa y vuelve a su lugar acariciando el muslo de papá.

—¿Cómo que ya estoy creciendo? —Pregunto desconcertado.

—Sí, como dijo tu madre, tú, al igual que Oliv, estás entrando en fase de pubertad —algo en la mirada de mi melliza cambia.

Ah, pubertad.

La profesora nos habló de eso, pero no creí que me pasara tan pronto.

—Tu voz cambia, como en este preciso instante está pasando, sudarás más, tendrás sueños húmedos, entre otras cosas —explica brevemente mamá.

—¿Qué son sueños húmedos? —De nuevo pregunto, esto está interesante.

Mamá abre la boca para responder con una sonrisa, pero se congela de inmediato, traga saliva y empieza a balbucear.

—Opino que esa parte le toca a tu padre —dice finalmente.

—¡¿Yo?! —Al parecer no estaba al tanto de la conversación hasta que se dio cuenta de que lo nombramos.

—Sí, tu querido —habla mamá con los dientes apretados.

Papá, al igual que mamá, se queda en shock. Traga saliva intentando buscar las palabras correctas hasta que suspira y sacude su cabeza.

—Los sueños húmedos son la expulsión de espermatozoides mientras solemos estar dormidos.

Sus mejillas están algo rojas de la vergüenza.

Seguiré preguntando.

—¿Y por qué se produce esto?

—Por cosas.

—¿Qué cosas?

—Cosas que te explicaré después.

—¿Por qué no ahora?

—Porque ahora me siento incómodo. Fin de la discusión y del tema por ahora.

Lo dice un poco brusco, así que hago caso a la parte racional de mi cabeza y mejor me callo.

Giro mi cabeza para ver a mi hermana y ella parece haberse quedado en su mundo, ya que está mirando a un punto fijo, pensativa.

Otra vez giro mi cabeza y veo a mamá que acaricia el muslo de papá mientras conduce.

—Esto me hace sentir como una mujer de compañía —los dos se ríen, pero quedo de nuevo confundido.

—¿Dama de compañía?

—¡Señor Jesús, dame paciencia que es lo que más necesito en este momento! —Papá mira al techo alzando las manos para luego pasarlas por su cara.

Y así nos pasamos en el viaje, yo pregunto y ellos responden. Llegamos a una casa grande de dos pisos de color azul, dos niños juegan afuera en el patio y los reconozco.

Son mis primos Sam y Diego.

Sonrío al verlos jugando con los legos que les dio mi tío. Sin esperar ninguna señal, me salgo del auto y corro hacia ellos. Cuando notan mi presencia, ellos también corren hacia mí.

Al parecer, no nos damos cuenta de la velocidad a la que vamos porque cuando queremos detenernos, chocamos entre sí, provocando que rebotemos y caigamos.

Nos reímos a carcajadas y Olivia pasa justo al frente de nosotros poniendo los ojos en blanco.

—Neandertales —murmura.

—¡Oye! —Reclama Sam—, no sé qué significa eso, pero suena muy ofensivo.

Sí, eran algo tontos. Pero aun así, los quiero.

Los tres éramos inseparables, lo malo es que no estudiaban en nuestra escuela porque si no, siento que haríamos una revolución.

Entramos todos a la casa y para nada está callada. Se oyen gritos, risas y todo lo que signifique ruido.

—¡Mamá, ya llegaron mis tíos! —Dice Diego.

La tía Verónica se asoma desde la cocina y aumenta su sonrisa.

—¡Hermano, al fin llegas! —Se acerca a nosotros y le da un fuerte abrazo a papá.

Después de ella, siguen mis otros dos tíos, mis abuelos y mi primo mayor Iván.

Sí, somos una familia numerosa y eso que faltaron algunos.

Los abuelos se van a una esquina a hablar entre ellos, los tíos y mis padres van a la cocina a terminar de hacer el almuerzo, Olivia se va corriendo a seguirle a mi mamá para pedirle el celular y, por último, nosotros vamos a ir a pedirle a Iván que nos deje jugar en su habitación.

—Primo querido, primo amado, mi primo favorito, ¿cómo estás? —le hablo con una gran sonrisa mientras lo abrazo por la cintura.

—Si piensas que con esa estúpida sonrisa me vas a convencer de que jueguen en mi habitación, estás muy equivocado, pequeña sanguijuela.

Sí... Digamos que no era el más amable que digamos. Iván tenía diecisiete, casi dieciocho años. Según él, era guapo para las chicas y hasta tenía una novia, lo cual no nos interesa en absoluto, ya que sus videojuegos ni se juegan solos.

—Oh, vamos Iván, queremos jugar en tu cuarto, será algo sumamente tranquilo.

—¿Al menos sabes el significado de sumamente?

—No.

—Entonces no —sonríe complacido con su respuesta.

—¿Qué tenemos que hacer para que nos dejes? —pregunta Diego.

Su mirada maliciosa se dirige a Sam, su hermano.

—Oh, no —lo escucho susurrar.

—Ordenar mi cuarto todo el mes, darme la mitad de tu mesada y, además —se acerca y le susurra algo al oído.

Los ojos de Sam se abren lo suficiente y lo mira cuando se separan, abre la boca para protestar, pero Iván habla primero.

—Es eso, o nada.

Sam cierra la boca y parece considerarlo hasta que suspira y asiente con la cabeza.

—Perfecto niños, fue un gusto hacer un trato con ustedes —señala las escaleras con las manos— solo no rompan nada o sino los rompo a ustedes —su amenaza lo dice en un tono tan serio que asusta— Si no hay nada más que decir... ¡Mamá, me iré a ver a Julia!

Y así se va, como perrito persiguiendo un premio, nada más que, en este caso, es novio persiguiendo a su novia.

—¿Qué te dijo? —El chismoso de Diego le pregunta.

—Que le cubra las salidas cuando esté castigado —infla sus mejillas y nosotros negamos con la cabeza como si estuviéramos decepcionados.

Subimos con rapidez a su cuarto y empezamos a jugar, saltar, a poner música. Era una mini fiesta entre nosotros.

Entre la música se reproduce Aqua de Barbie. Nos miramos entre nosotros y nos preparamos para cantarla a todo pulmón como si fuera un himno.

—I'm a Barbie girl, in the Barbie world —comienzo yo.

—Life in plastic, it's fantastic —sigue Daniel.

—You can brush my hair, undress me everywhere —y de ahí Sam.

—Imagination, life is your creation —de nuevo yo.

—Come on, Barbie, let's go party —Daniel hace una voz gruesa.

—I'm a Barbie girl, in the Barbie world!!! —Los tres cantamos al mismo tiempo mientras saltamos.

En un momento dado, choco con un armario y caen algunos juguetes. La música se detiene y nos reunimos para mirar hacia arriba como tontos.

—¿Eso es una caja? —Achico los ojos para ver mejor.

—Parece que sí —me responde uno de los dos.

Con ayuda de una silla, bajamos esa caja con cuidado.

¿Qué? Somos curiosos y chismosos.

Al abrirla, nuestras esperanzas de que sea algo interesante se hacen añicos al darnos cuenta de que solo hay relleno de papel.

—Qué aburrido es tu hermano Sam.

El rostro de Sam es de pura confusión.

—Qué raro, él normalmente tira la basura de su cuarto cada semana. ¿Por qué tendría más basura aquí?

—¡Tal vez sea un acumulador compulsivo! —fruncimos el ceño y giramos nuestras cabezas hacia Daniel— ¿Qué? A mi mamá le gusta ver esos programas y me obliga a verlos.

Giro los ojos negando con la cabeza.

Estiro mi brazo para verificar que todo sea papel, pero mi mano toca algo, algo como libretas.

—Esperen, hay algo.

Sonreímos y cuando lo sacamos y vemos, gritamos al mismo tiempo tirándolo a un lado.

—¿Eso era...? —Comienza Sam.

—No, definitivamente no creo que sea —empiezo a negar con la cabeza.

—Supongo que sí lo era —Daniel no deja de mirar lo que tiré.

Me acerco lentamente y lo agarro de nuevo, la portada de una mujer desnuda hace que trague saliva y me sonroje.

No pasa mucho tiempo hasta que mis primos están a mi lado igualmente curiosos conmigo. Abro la revista y abrimos la boca sorprendidos por lo que estamos viendo.

Siento un extraño cosquilleo entre mis piernas y trato de controlarlo.

Seguimos viendo toda la revista, pasando las páginas como si hubiéramos encontrado un tesoro.

—Oye fresita, ¿qué dice papá que...?

La puerta se abre y nos volteamos lentamente hacia Olivia, quien queda paralizada al notar lo que estamos observando. La cierra abruptamente la puerta y escuchamos cómo grita:

—¡Mamá, Oliver y su pandilla están viendo nopor!

—¡¿Qué?! ¡Aceite de Oliva, ven aquí ahora!

Me apresuro a ir tras ella y todo se vuelve un caos. Mamá y una de las tías nos regañan de manera sutil, papá y los tíos están cargadísimos de risa, y la última tía está mandando al diablo a Iván. Oh, oh, ya no habrá diversión en las habitaciones nunca más.

Ahora que estoy repasando a la familia, alguien falta. ¿Dónde está Olivia?

Me las arreglo para poder escaparme de mamá y sus regaños para buscar a mi hermana. A pesar de que estoy enojado con ella, me preocupa que esté tan callada. Paso por el cuarto de Iván y, por el rabillo del ojo, noto un movimiento. Regreso por mis pasos y abro la boca haciendo ruido sorprendido.

¡ESTÁ VIENDO LA REVISTA NOPOR!

Oooh, la venganza es dulce y se sirve fría. ¿O cómo era la frase? ¡Como sea!

—¡Mamá, Olivia está viendo nopor!

Y sí, se vuelve a armar un caos en la casa. Mamá y la tía nos regañan, la mamá de Iván manda al diablo al mismo, papá y los tíos aún más cargadísimos de risa...

Ahora que lo pienso, tenía un cosquilleo que me ha mantenido incómodo desde hace un buen rato. Me escabullo de nuevo y voy al baño.

Llego a él y reviso dentro de mis pantalones, lo vuelvo a cerrar sonrojado y tratando de quitarme esa imagen mental.

Ok...Hagamos como que nada de esto ha sucedido.

 

*********************************

SÉ QUE MEREZCO LA MUERTE.

Pero prometo actualizar más seguido. No todos los días, pero no les haré esperar tanto por un capítulo. Sé que estuvo mal y muy egoísta de mi parte hacerles esperar tanto. Tal vez sean una o dos personas que lo leen, pero aún así quiero darles lo que les gusta, o sea, más capítulos de esta historia. En serio, lo siento mucho por no haber actualizado en casi más de un mes. Bueno, más de un mes. Y sé que este capítulo es muy diferente a lo habitual. Sé que este capítulo hasta puede llegar a incomodar en el sentido de la revista, la escena de la revista, pero es una anécdota que me contaron y me gustó bastante para poder escribir. Obviamente, con permiso de la persona que me contó, a quien quiero mucho. Y eso, espero que les haya gustado. Muchos besos.

•Hasta pronto, personita•

Más populares

Comments

María Saori 😎🤫

María Saori 😎🤫

incomoda por que? jejejejeje realmente son cosas que pasan no a menudo pero suceden. ademas estamos leyendo el cambio de niñez a pubertad que es un cambio abismal de preguntas y cuestionamientos 😏(claro es mi humilde opinion jeje )

2023-04-06

1

María Saori 😎🤫

María Saori 😎🤫

pff jajajajajjajajajajajja

2023-04-06

1

María Saori 😎🤫

María Saori 😎🤫

jajajajaj see asi son los hijos haciendo preguntas que sin querer nos sacan de nuestra zona de confort.

2023-04-06

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play