capítulo 11:Una patinadora nata —inserte sarcasmo—

Estoy. En. Shock.

¿Se acuerdan de la mini Megan Fox? ¿Cómo olvidarla? Si estuve a punto de contarle la mano con una ramita de un árbol.

Nuestra querida —que se note el sarcasmo por favor— y preciosa Emma, nos acompaña en la víspera de año nuevo ¡Siiii!

La gran idea la tuvo la señora Jenna porque a pesar de ser amiga de nosotros también es amiga de la familia de ella.

Al siguiente día de Navidad ya estábamos planeando que hacer en la víspera de año nuevo, se nos ocurrió a todos ir a la pista de patinaje de hielo que está en el centro. La cosa es que en el camino nos encontramos a la familia de Emma que casualmente también iba a la pista.

¡Grandioso!

Ahora están los adultos pagando la entrada mientras nosotros estamos en un silencio un tanto incómodo. Me dedico a mirar a la chica que está justo al frente de mí. Es linda y parece que no hay que recordarselo, ya que lo sabe.

Sus ojos.

Son aún más lindos, un azul despampanante, ¿quién no le diría un cumplido? Seria mentira si alguien dijera que es fea. Yo tengo apenas un ojo de color azul y no es precisamente por genética.

Su cabello.

Sedoso y brillante, yo lo tengo brillante pero eso es por la grasa. Ella se peina al menos, yo ni siquiera recuerdo donde está el cepillo para peinar.

Y parece que va a tener una linda figura con unos lindos pechos.

No lo digo por morbosidad sino que cuando crezca más ser literalmente una Megan Fox junior.

Yo estoy empezando a ver los rollitos en mi barriga y no veo mucho crecimiento en mi pecho, en cambio, mis muslos, esos si están creciendo bastante y no sé por qué...

Esperen.

¿Me estoy comparando con ella? ¿Enserió lo estoy haciendo? ¿Desde cuándo hago eso?

Siento unas ganas inmensas de llorar al pensar que no seré tan bonita que ella.

¿Por qué hago esto? ¿Por qué me estoy autodestruyendo yo misma?

—Bien niños, ya pagamos la entrada y nos dieron los patines para ustedes ¡Es hora de divertirse! Mientras que los viejos nos tomamos una tacita de café en la cafetería.

El señor Marcos es igual de extrovertido que la señora Jenna, son tal para cual, yo creí que iba a estar triste todo el día pero al parecer el papá de Ian tiene como una personalidad que no te deja estar triste, su felicidad es contagiosa.

Ian si tu algún día te portas mal con ellos y ellos no tienen la culpa ¡Juro que te daré un golpe!

Me cambio los zapatos rápidamente y no espero a nadie más para ir a patinar. No soy la mejor patinadora del mundo, es más, solo sé dar vueltas por la pista chocando con niños, niñas, padres entre otros seres, pero es una de las tantas actividades que me encanta hacer.

Hay poca gente por la festividad así que hoy no hay riesgo de chocarte.

—¡Ten cuidado Olivia! —El grito de papá hace eco por toda la pista.

Deslizó un pie y luego el otro tratando de mantener el equilibrio cuando lo consigo empiezo a dar vueltas alrededor dejando atrás a todos.

Tal vez este exagerando un poco.

Ian y yo somos amigos a fin de cuentas me siguen surgiendo dudas del porqué me estoy comparando con Emma, ella dudó que lo haga conmigo, porque, vamos, ella es linda y yo...

¡No! ¡Olivia deja de compararte ella no es igual a ti!

Estoy tan centrada en la pelea de mis pensamientos que no me doy cuenta de que alguien está al frente de mí hasta que siento el frío hielo golpeándome en la cara.

—¡Olivia! —El llamado se escucha lejano.

Por el impacto había cerrado los ojos fuertemente y cuando los abro lentamente, una mirada de preocupación está en mi campo visual.

—Estas bi...Wuou —La chica cambia su expresión a una asombrada.

Me ayuda a levantarme y ve si no tengo algo roto.

—¡Ballolet! ¿Ahora que hiciste mujer? —Un chico se acerca a ella.

Los chicos jóvenes están frente a mí una asombrada y el otro con una cara de "¿Enserió? ¿Otra vez?"

La chica es baja, su cabello es oscuro, con rulos y unos ojos color grises, en cambio, el chico es como más alegre, es rubio de ojos marrones, con pecas.

—Parece que chocarte con desconocidos es lo tuyo —la tal Ballolet le fulmina con la mirada.

—Cállate y mira —me señala con la mano— sus ojos, son... preciosos —el chico me mira con curiosidad.

Quedo paralizada por lo que dice.

—¿Q-qué? —Balbuceo.

—¡Eso! Tus ojos son increíblemente hermosos —Da mini saltos y por poco se cae si no fuera por el muchacho ya estuviera en el piso igual que yo.

—No des saltos te vas a caer igual que ella y sí, tienes unos ojos preciosos.

—Es heterocromía ¿Verdad? —Sus ojos brillaban con saber la respuesta.

La sorpresa me traspasa a un nivel que ni Dios se da cuenta. Normalmente, soy yo la que tiene que explicarles sobre esto, pero que ya lo sepa ella me reconforta bastante. Estaba a punto de afirmarle pero las palabras se atoran en mi garganta porque me llaman.

—¡Olivia! Olivia hija, ¿estás bien? —mamá se acerca a mí con los patines que al parecer se puso ahorita y me agarra de los cachetes para mirarme la cara.

—Mmm si ma, tranquila —le respondo de manera sutil.

—Dios, me preocupé cuando te vi en el suelo, pensé que te empujaron o algo —por lo que veo mamá está lo suficientemente preocupada como para entrar en crisis.

Abro la boca para tranquilizarla pero se me adelantan.

Hoy están con ganas de interrumpirme.

—¿Usted es la madre? —Mamá voltea para ver a Ballolet— la chica está bien, choco conmigo y la revise en cuento la levante.

Suspira aliviada.

—Muchas gracias.

—No se preocupe, más bien le preguntaba a su hija la cualidad que tiene en sus ojos, quería saber más sobre el tema, es superinteresante.

Todos los pares de ojos van hacia mí, incluso el chico que se ha mantenido callado y serio en cada momento.

En tan solo unos minutos me he dado cuenta de que la chica tiene una apariencia seria pero en realidad es muy parlanchina, en cambio, el chico tiene cara de niño inocente pero es el más centrado de los dos.

Vaya, diferentes apariencias, diferentes actitudes. Digna de una historia.

Sacudo mi cabeza para dejar de pensar tanto para volver a la realidad.

—Mmm si, la heterocromía solo lo tiene el uno por ciento de la población y no solo existen tipos, también existen síndromes o enfermedades que afectan al color del iris. A veces suele ser genético o lo vas desarrollando con el tiempo.

En cuanto termino mi explicación me sonrojo un poco por cómo están sorprendidos de lo que dije.

—Todo lo investigué desde muy pequeña.

—¡Eso es fantástico! ¿Oíste eso Asher? —Le pregunta Ballolet al chico que ahora me entero de que se llama así.

—Sí... bastante interesante la verdad —escuchamos un sonido y saca su celular del bolsillo y en cuanto ve lo que le llego agarra a Ballolet de la mano—, vamos hay que irnos antes de que se haga tarde.

—¡Uy si! Fue un gusto enserió, tus ojos son preciosos no lo olvides —dice eso mientras el la arrastra a la salida.

Mamá y yo quedamos ahí viendo como los dos locos van corriendo a la salida devolviendo los patines.

—Bueno... Creo que será mejor dejarte sola, al parecer estás bien y no te quiero —se aclara la garganta—, incomodar —se da vuelta y comienza a deslizarse pero se detiene— cuídate Olivia por favor.

Y se va.

Al menos nos hablamos ¿no?

Estoy a punto de retomar mi patinaje pero un tonto se choca justo al lado de la pared que nos separa del suelo.

Supongo que ya sabemos cuál tonto es.

—Ay, el pequeño Strawberry no puede hacer algo simple, pobre —le digo en modo de burla mientras patino en círculos con el en centro.

Me mira como si me quisiera asesinar en este instante.

—Yo queriéndome preocupar por ti y tú ni lo agradeces —se levanta muy digno.

Otra vez, empezamos una pelea que hasta Ian y Emma se tuvieron que meter en medio.

—Chicos... opino que lo mejor será dejar de pelear e ir...

—¡Cállate! —Le cortamos el discurso rápidamente.

—¡Eres un grosero! —Le grito.

—¿Ah si? Pues tú eres una odiosa de pies a cabeza —abro la boca ofendida.

—¡No es cierto!

—¡Si lo es!

—¡Que no!

—¡Que si!

—¡Que no!

—¡Que si!

—Uff pero que peleones son tus amigos Ian.

Detenemos la pelea al mismo tiempo para mirar lentamente a Emma que rueda los ojos descaradamente.

—¡TU NO TE METAS! —Al mismo tiempo le gritamos.

—¿Por qué te metes en peleas que no son tuyas? —Le pregunta Oliver.

—¿Por qué sigues aquí parada si ni siquiera eres parte del tema? —Esta vez le pregunto yo.

Otro dato curioso de mi hermano y yo es que podemos estarnos diciendo las cosas más horribles que un hermano no debería decirse pero en cuanto se meten con los dos, unimos fuerzas para contraatacar a quien nos está molestando.

En este caso Emma.

La muy buena actriz se dirige hacia Ian y pone su carita de cachorro abandonado.

—¿Viste como me gritaron?

Su intento de manipulación me hace vomitar. Oh querida niña créeme que en este instante Ian ni te podrá salvar.

Miro a Oliver y el asiente con su cabeza como dándome el poder de destruirla con una frase.

—Oh, ¿la nena no se puede defender sola? —Hago un puchero falso.

—Ya le traeré a su mami para que le dé teta.

Somos muy destructivos cuando queremos.

Nos artamos de la pelea al mismo tiempo y nos vamos juntos a jugar por el otro lado de la pista. Por lo que veo por mi rabillo del ojo Ian habla con ella y al parecer a Emma no le parece lo que dice porque se nota furiosa.

Bien, mi cometido está hecho.

—¿Unas carreras? —Pregunto cuando estamos en una esquina.

Oliver al ser muy competitivo se le ilumina la mirada.

—¡Va! ¿Qué quieres apostar?

—Mmm déjame pensarlo —algo que necesite o algo que quiera ¿Qué puede ser? ¡Uy! Creo que ya sé—. Me darás todos los chocolates que te dará papá este año —de inmediato niega.

—Mis dulces están fuera del trato —bufo.

—Está bien —le digo de mala gana— Entonces... Te quiero hacer una pregunta, pero si yo gano al final ¿Vale? —Confundido, asiente con la cabeza.

—Ok, entonces si yo gano, harás lo que te pida, ¿trato? —Estira su mano y yo la estrecho con el.

Nos ponemos en posición y está de más contar que estuvimos como por tres minutos peleando porque o estaba un milímetro más adelante o yo estaba ya saliendo apenas contaba.

—Esta es la última Olivia, ¿lista para perder?

—¿Listo para lamer hielo? —Lo provocó mientras miro el objetivo que era la otra parte de la pista.

—A la una, a las dos ¡Y a las tres!

Salimos al mismo tiempo e íbamos de par en par ninguno se cansaba, cada uno tenía unas ganas inmensas de ganar, de tener el poder de ser el jefe.

Bueno, no tanto así pero entienden el punto.

Todo iba en cámara lenta, era el fresita contra la cerecita, el tomate contra la manzana, el idiota contra la dramática.

La tensión era palpitante para los hermanos Wilson, cualquiera podía ganar. Cualquiera... Olvídenlo, gané yo.

Cruzo el lugar de meta y le presumo en la cara a mi hermano.

—En your face beach  —le saco el dedo índice mientras trato de detenerme.

Él se para pero en mi perspectiva yo sigo andando.

Espera, ¿por qué no me detengo?

Vuelvo a tratar de pararme pero lo que consigo es enredarme con mis pies, y no sé cómo, pero con la pared doy una voltereta que me hace caer a otro lado.

—¡¡AUUUU!! —Chillo de dolor.

—¡Deja que se coma el barrio antes de irte a dormir! —El estúpido canto de Oliver me hace rodar los ojos, seguido de eso se escucha su risota.

Quede como estrella en el suelo, me duele la cabeza y por cómo no escucho mi nombre con sonido preocupado al parecer, nadie —además de Oliver— vio esa estúpida caída.

Yo diciendo que sé patinar y me he caído dos veces en el día ¡Genial!

Me levanto de un salto y aparto un mechón de cabello enfadada.

—¡Igual te gané! —Le apunto con el dedo mientras se limpia una lágrima de la risa.

—Es que... Es que... Te caíste... como en los videos de... Si te ríes pierdes...—Ruedo los ojos y espero que pare de reír— Ay... Mis costillas... Ya me duele...

—Ojalá te duelan más —murmuro.

Sus últimas risas cesan y cuando ya terminan es cuando me doy la vuelta caminando para poder acercarme a él.

—No te pego porque sé lo doloroso que es caerse en el hielo y además te tengo piedad —me cruzo de brazos mientras que su estúpida sonrisa no se quita de la cara.

—Diga lo que digas no se me quitara la mejor caída del mundo de la mente.

—Denme paciencia —suspiro—, vale, como te gané, necesito hacerte una pregunta —el asiente y yo me preparo mentalmente— ¿Crees...?Crees que soy linda? —aparto la mira por la vergüenza.

—Olivia, eres mi hermana, obviamente era hermosa ¿no me has visto? —Hace una pose diva.

—¡Hablo enserió! —Se pone serio y me pone una mano en el hombro.

—Cada chica que existe en el mundo es linda pero Olivia, tú eres la chica más hermosa que he tenido a mi lado. Además, ¡mírate! Tendré que protegerte cuando entremos a la secundaria —sonrío por sus palabras.

—Me sé proteger sola —le digo divertida.

—Y eso te hace una buena hermana.

El momento es muy lindo pero como siempre...

—Mucha cursilería, me repugna, casi me dan diabetes de lo dulce.

Tenía que mandar todo el momento por un barranco.

—Gracias Oliver, te quiero.

—Yo no, ¡Otra carrera hasta la odiosa de Emma!

—Quién la haga caer gana.

—¡Hecho!

Y empezamos a divertirnos como solemos hacerlo.

Más populares

Comments

María Saori 😎🤫

María Saori 😎🤫

🤣🤣🤣🤣

2023-02-17

1

María Saori 😎🤫

María Saori 😎🤫

jajajajajja la loba.

2023-02-17

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play