capítulo 9: Vestidos con mucho estilo

OLIVIA POV

—¡Que te pongas el vestido Oliver! —Le reprimo a mi hermano mellizo por quinta vez consecutiva.

—Pero ¿Por qué?

—Oliver —cierro los ojos implorando paciencia, los vuelvo a abrir cuando ya no tengo tantas ganas de arrancarle la cabeza.

Esto de la pubertad me pone muy agresiva.

—Solo ponte el vestido, ya hicimos la ronda de la playa, la de invierno ¡Ahora solo falta la ronda final! —Mi pequeño berrinche hace que voltee la cabeza con los brazos cruzados—. Hasta Ian se lo ha puesto.

—A mí no me metan —dice el nombrado—, yo me veo diva —hace una pose muy provocadora.

—Exacto, ya te pusiste los tacones ¿Por qué peleas por un simple vestido? —La pregunta de Mary la tengo en la cabeza desde hace cinco minutos.

Al parecer él también está harto así que suspira, agarra el vestido y entra al cuarto para cambiarse. Nos miramos emocionadas y corremos a la sala para hacer de jurado.

Después de ver Desafío Fashonista, quisimos recrear el juego nosotros mismos, solo que Ian y Oliver iban a ser las modelos. Como Mary y yo sabemos más sobre moda mientras que el conocimiento de ellos se basa en la típica frase de Yo lo veo del mismo color, así que los pusimos como nuestras modelos.

Tiembla Kendall Jenner.

Cuando escuchó a lo lejos la puerta del cuarto abrirse pongo una música de fondo para poder hacerlo de lo más realista posible.

Los tacones resuenan y cuando pasan al frente Mary y yo nos aguantamos las ganas de reírnos porque uno está con pose de diva y el otro con cara amargada.

—Muy bien señoritas —ruedan los ojos al mismo tiempo— tengo entendido de que están empates, ¿verdad señorita Mary? Modelo de la última generación que ha modelado en las pasarelas más famosas del mundo.

—Es cierto Oli, el participante Oliver en la primera ronda perdió por su mala elección de accesorios —niega con su cabeza.

—¡Eso fue porque no sabía que iba a combinar el oro con la ropa! ¡No es justo! —reprocha Oliver sumamente ofendido.

—Y como el tonto que eres pensaste que la plata era mejor —ruedo los ojos.

No dice nada porque repite mi acción de los ojos. Ahora nos toca Ian, fue una tortura para mí tener que juzgarlo en estas rondas, no importa lo que se ponga igual se veía lindo y tierno, con sus mejillas rojas de la vergüenza, me daban ganas apretarle esos dos tomates.

Genial, ahora parezco mi abuela en Navidad.

—Ian, perdiste la segunda ronda por elegir mal los zapatos, ¿quién combina botas largas con un vestido igual largo? —Hablo con gracia y belleza.

O eso quiero suponer yo.

Después de unos minutos juzgando y analizando sus vestuarios, les pedimos que se vayan al otro cuarto para nosotras poder tomar una decisión. Yo ya tengo mi voto a cierto castaño que me doy cuenta de que le luce el blanco ¡Parece un ángel! Alguien que me dé un vaso de agua por favor.

Y por si no me hubiera dado cuenta, en Mary siempre le nace una chispa cada que Oliver está cerca, tengo que combinar sus nombres, me gustaría que cuando nos dejen tener novio, Mary se fije en mi hermano ¡Sería grandioso!

Mary... Oliver... ¿Olivy? O ¿Maryver?

Soy mala en estas cosas, de tan solo insinuantes un poco es raro. Ya tendré tiempo para esto.

—¡Que vengan las participantes! —Giro mi cabeza mirando a mi amiga.

—¿Ya?

Ella me devuelve la mirada confundida.

—¿Si no? Tú votaste y yo voté, supongo ya está listo la decisión.

No me había dado cuenta de que vote ¡Lo hice inconscientemente mientras planeaba una boda! Sería la madrina de honor eso sin duda alguna.

Los dos chicos se vienen empujando mientras murmuran cosas, al parecer estaban teniendo una pequeña pelea.

—Muy bien —hablo lentamente— hemos tomado una decisión, el ganador de Desafío Fashonista es...

Le meto suspenso para que se emocionen pero solo que Ian lo haga porque el amargado de mi hermano aún tiene cara de burro.

No, creo que es una ofensa para los burros, me disculpo.

Abro la boca para decir el nombre ganador y terminar con el minuto de tensión que cree, pero todo se arruina cuando siento algo de líquido allá abajo. Mi sonrisa desaparece al instante y pongo una cara de horror.

—Olivia —me llama mi hermano—, ¿sucede algo?

No le logro responder, ya que al mover mis piernas siento mojado.

Ay no.

¿Y si me bajo? ¿Cuánto paso desde mi primera vez? ¿Cuántos días me dijo mamá que tenía que esperar para qué pasará esto? ¿Y si manche el sofá?

—¡Olivia! —Mary me llama sacándome de mi crisis mental— ¿Estás bien?

No, si, no lose.

—Yo... ¡Necesito ir al baño! —Me levanto rápidamente y me voy sin darles en ningún momento la espalda.

¡No me arriesgaré en lo absoluto!

Me golpeó contra la pared y ellos están a punto de reírse.

Estos hijos de su mami.

Los miro con rencor mientras me masajeo la parte adolorida. Cuando ya no me ven, puedo girar sobre mis talones y correr rumbo a mi lugar seguro.

El baño.

Cierro la puerta de un portazo y me bajo los pantalones para poder sentarme en el retrete y revisar de que todo esté en orden. Por desgracias, eso no es así.

Hay un líquido color blanco en mi ropa interior.

¡¿Y esto que significa?!

Nunca me había bajado esto ¿Es dañino? ¿Es una infección? ¡No puede ser eso! ¿O si?

No, no puede, no he tenido comezón, tampoco huele mal, tuve que leer sobre esto porque igualmente mamá me lo mencionó.

Aunque, ¿si de verdad tengo una infección? ¿A dónde tengo que ir? ¿A dónde tengo que acudir?

Trago saliva con un poco de dificultad sin despegar la mirada de mi ropa interior. Intento pensar en una solución pero no se me viene nada a la mente.

Vamos... Piensa, piensa, piensa... ¡Lo tengo!

Me subo los pantalones y corro a mi habitación en busca de otra ropa interior. Tal vez no pueda hacer mucho y tal vez no tenga el conocimiento suficiente como para poder evitar algo así pero, al menos podré cambiarme para que no haya algún tipo de inconveniente.

Finalizó mi cambio lavando mi prenda y colocándola en un lugar específico para que se seque. Cuando ya me siento cómoda, bajo rápidamente a la sala en donde dejé al trío de locos.

—¡Oh por favor, ya cállate! —la voz enojada de Mary me hace pensar dos veces sobre mi decisión de dejarlos solos.

—¡Solo digo la verdad! —Nunca había escuchado a Oliver así de enojado.

—¡¿Y cuál según tú es la verdad?!

—¡Que te crees mejor que los demás!

El silencio abunda la sala, es incómodo incluso para mí. Oliver y Mary se miran fijamente con un odio que ni siquiera los adultos pueden controlar. Luego de unos segundos tensos, una sonrisa empieza a adornar el rostro de Mary.

—No me creo mejor que los demás ¡Soy! Mejor que los demás —mi boca se abre sorprendida.

—¡Tus frases de Google no funcionan conmigo Margarita!

—¿Tú qué sabes? Puede que esa frase venga de mi cerebro y no lo sepas ¡Claro! Como tú no tienes cere...

—¡Olivia! —despego mi vista de Mary para mirar a Ian. Me había olvidado completamente de su existencia—. Sé un ángel y detén este show que me estoy mareando en mirar al uno o al otro ¡Es peor que la segunda Guerra Mundial!

—Creo... que será mejor terminar por hoy.

Las miradas furiosas de los dos chicos giran hacia mí y provoca que de un paso atrás.

—Tienes razón Olivia —sorprendentemente Mary me hace caso y se levanta del sofá para dirigirse a las escaleras llevándome de brazo en el proceso.

—Pero ¿Quién es el ganador? No me vestí fabulosamente hermoso para nada —reclama Ian.

—¡El ganador eres tú! —logro gritar mientras vamos escaleras arriba.

—¡Ja! ¡En tu cara! —Logro escuchar como le presume Ian antes de encerrarnos en el cuarto.

Ella me suelta el brazo para poder relajarse sola, respira agitadamente mientras yo espero con paciencia que se calme.

—Es que es un idiota —le lanzó un peluche para que lo pueda aplastar a su antojo.

Mary cuando está hecha una furia puede dar miedo. La última vez que estuvo así fue porque un niño le empezó a molestar, les puedo asegurar que hubo una chispa de satisfacción en sus ojos en cuanto lo subieron a la camilla al pobre.

Lanza el muñeco a algún lugar en el cuarto y yo me arriesgo alcanzándole otro, lo aplasta, y lo vuelve a lanzar a cualquier lado, luego de un rato de estar irritada se sienta en mi cama y me sonríe.

Está loca, lo sé.

—Bien, ya que estamos al fin solas, necesito hablar contigo —eso capta mi atención de inmediato, el miedo se esfuma y me siento frente a ella.

Chismesito.

—¿Te acuerdas que dijiste eso... de que tenías la menstruación? —asiento y rápidamente capto la indirecta.

—¡Te desangraste!

Su rostro pone una expresión de horror y asco al mismo tiempo.

—¡No! Olivia déjame terminar —me regaña y yo con mala cara la dejo hablar— Yo no sabía mucho sobre el tema, yo pensaba que todos vivíamos normalmente.

¡Ja! Yo también. Que ilusas éramos, bueno, somos porque aún no sé mucha información de eso.

—A lo que quiero llegar, es que, estaba muy ciega, demasiado diría yo. Mi hermana casi todos los meses tiene que comprar lo que son toallas ¡Y yo ni cuenta!

Me identifico totalmente.

—Pero, tengo miedo, no quiero ser una a señorita, no quiero que me dejen de prestar atención, no quiero que me dejen de dar regalos por mi cumpleaños o por navidad.

La tristeza con la que lo ha dicho me lo contigia y me acerco a abrazarla, su cabeza queda contra mí pecho y nos quedamos un rato en silencio. A pesar de que se este aguantando las ganas de llorar la sigo consolando como si lo estuviera. Supongo que si fuera al revés también tuviera miedo y ella me estuviera abrazando.

—Lo que dices de eso de ser una señorita es una idea errónea que no tiene sentido alguno, mamá me explico que la menstruación no te hace una señorita, sigues siendo una niña, seguimos, siendo unas niñas mejor dicho. No importa lo que pase, estaré contigo para que no tengas miedo alguno tal y como tú estás conmigo cada que me molestan —siento sus brazos alrededor de mi cintura y la aprieto contra mi.

Escuchó un sonido lejano y estoy diez mil porciento segura que son Ian y Oliver haciendo algo que de seguro va a terminar mal.

¿Será que voy?

¡No Olivia! Tu amiga necesita apoyo ¡Mensa!

Decido ignorar olímpicamente el ruido y me concentro en Mary.

— ¿Por qué piensas que te dejaran de prestar atención?

Supongo que debe estar hablando de sus padres.

—Mi hermana que ya es adolescente y pelea constantemente con mis padres por la razón de que en muchas ocasiones la ignoran, y cuando sucede eso hago lo posible para poder hacer lo que ella desea, por ejemplo la otra vez recuerdo que ella estaba emocionada porque saco una buena nota en un examen súper importante, y cuando le dijo a mis padres lo único que le dijeron que era su deber y cosas así, yo me sentí molesta así que le prepare un sándwich de felicitación, fue poco para lo que se merecía, pero ella aun así se lo comió con una sonrisa.

Es increíble como Mary logra decir todo eso sin llorar, si fuera yo estuviera llenando un balde de lágrimas. Nos quedamos en silencio de nuevo, no puedo opinar sobre eso, no puedo darle un consejo sobre eso, pero lo que sí puedo hacer es prometer algo.

—Cuando seamos adolecentes, si en algún momento te llegan a ignorar, te prometo que estaré a tu lado, felicitándote, animándote, consolándote, e incluso si necesitas toallas yo te llevare —le acaricio su cabello y siento como se queda quieta por un instante, sube su cabeza y me mira.

—¿Lo prometes? —Esta vez los ojos se le llenan de lágrimas. Asiento con la cabeza ante su pregunta.

—Y no solo yo, estoy segura que Oliver e Ian —se separa de mí y con el brazo se limpia las lágrimas que estaban por salir—, no tengas miedo que aquí estaremos todos para apoyarte y cuidarte en lo que necesites —me mira y sonríe débilmente.

Otra vez, un día lleno de emociones y no solo mías, sino que también de Mary, estuvo muy explosiva al principio pero en cuanto entro a mi cuarto se derrumbó por completo, note su miedo y tristeza al mismo tiempo, eso me hace decir que confía en mi plenamente.

—Bueno vamos, de seguro tu hermano y su amigo ya hicieron algo malo o quemaron a sala —me rio un poco.

—Como que estas muy pendiente de mi hermano ¿Eh? —Subo y bajo las cejas con una sonrisa en el rostro.

Su expresión por segunda vez cambia a una de horror.

—No te niego que me gusta molestar a tu hermano pero…

—¡AJA! ¡Sabía que te gustaba Strawberry!

—¿Qué? ¿Strawberry? ¿En serio? —Parece que no escucho lo que dije y solo se enfocó en el apodo que por accidente se me salió.

¡Ojo! No lo negó.

Una sonrisa maliciosa se forma en su rostro y ya sé que decir ese apodo en voz alta fue una muy mala idea. Sale corriendo y yo voy detrás de ella gritándole que se detenga pero por obvia lógica no lo hace, en cuanto llega a la sala logro alcanzarla y veo que los neandertales han hecho un fuerte para guerras.

Los voy a matar.

Están todas las cosas regadas por todos lados y cuando estoy a punto de reclamarles Mary habla primero.

—Bueno parece que Ian y rosita fresita están jugando a las guerritas —quedo congelada por el apodo que le puso a Oliver.

El nombrado abre los ojos como platos y se pone como el color de su cabello.

—¿Qué dijiste? —Pregunta mientras se levanta lentamente.

—¿Sucede algo rosita fresita? —Lo dice con inocencia.

—¡Eres una… Una…! —Piensa en algo para contraatacar.

—Si intentas pensar en algo, creeme que es en vano por no hay nada malo en mi como para encontrar un apodo ridicu…

—¡Un panda! —La frase de Mary queda a medias por lo que dice Oliver.

—¿Un que?

—Un panda, tienes ojeras al igual que un panda —sonríe orgulloso— ahora te diré así, ya no será Margarita ahora eres un panda ¡Es igual de perezoso que tú!

Y así comienza de nuevo una guerra verbal. Otra vez.

Más populares

Comments

María Saori 😎🤫

María Saori 😎🤫

jajajaja cierto

2022-12-13

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play