Estos días he pasado por un mar, y no, no el de la playa ¡Sino por un mar de emociones! He estado enojada, triste, feliz, indiferente y muchas más. Pero lo raro no es eso, lo raro es en que tiempo se da este cambio, por ejemplo:
Ayer Oliver y yo estábamos jugando a patear la pelota en el patio trasero, debo especificar que solemos ser muy bruscos cuando se trata de hacer algo y esa vez no sería la excepción. En un momento él la pateo muy fuerte lo cual provocó que me diera un golpe en el estómago, me enoje muchísimo, así que, con una fuerza sobre humana patee la pelota intentando apuntar justo en el lugar en donde me dio a mí.
Pero al parecer el viento o mi pie chueco, el que sea, total uno de los dos el culpable, hizo que se fuera un poquito más abajo y le diera en las joyas de la familia.
El alma de él dejó completamente su cuerpo dejándolo pálido y con una expresión de dolor pura. Sus rodillas tocaron el suelo y se dejó caer, no fue hasta unos segundos después que reacciono y empezó a llorar, no me arrepentía en ese instante porque él había empezado, pero al cabo de unos minutos me sentí de lo peor.
Y si, me puse a llorar.
¿Ven lo que les digo?
Competitiva, enojada, arrepentida y triste, todo en un combo. Esto me hace tener ciertos dolores de cabeza porque las reacciones son tan rápidas que no tiendo a procesarlas en ese instante.
Al menos eso fue ayer, ya que, ahora mismo estoy viéndome en el espejo notando algo... Peculiar. A través de mi camisa se notan dos puntos en mi pecho y no solo eso, también he notado más aumento en él.
Mmm funny. Yes, but not funny haha, funny weird.
—¡Mamá! ¡Necesito apoyo! — Alzó la voz para que me escuche desde abajo.
Los pasos de ella se hacen rápidamente presente y cuando menos lo espero la puerta es abierta de par en par.
—¿Qué necesitas? ¿Una pastilla? ¿Una toalla? ¿Un tapón? — Pregunta preocupada.
—Ok... No preguntaré que es un tapón porque tal vez termine algo traumatizada por eso, a pesar de que algún día tendré que saberlo, pero por ahora evitemos eso ¿Si? — Asiente. — La cosa es esto. — Le señaló con mis manos la zona del pecho. — Están creciendo y se ve feo cuando me pongo una camiseta.
—Oh, linda, para estos casos en específicos hay que usar los famosos formadores y justamente compre uno, el primer día en que te bajo, dame un momento. — Se retira de la habitación y yo me quedo esperando.
Formadores.
Por lo menos me ayudarán en este problema, pero ¿Qué pasará cuando aparezcan más cosas? No he podido investigar lo suficiente, tengo que ir a la biblioteca y buscar. Creí que solo sería la menstruación como me explico mamá, pero al parecer, es más que eso. Es como un mundo desconocido que estoy dispuesta a conocer.
Mamá regresa con algo en sus manos y me lo entrega, lo extiendo para poder ver su forma. Es blanco, de tela, que tiene un lazo en el medio.
—Este es blanco por tu uniforme, para que no resalte un color extraño, estas cosas sirven para dar forma a tu pecho y para que no sobresalgan los botones de gomita — nos reímos un poco ante la referencia.— No puedes dormir con ellos y necesitas lavarla de vez en cuando ¿Entendido?
—Entendido — afirmo ante su pregunta.
Sale nuevamente mientras que yo me quito la camiseta para poder colocarme el formador. Bueno, no me queda tan mal, es más, me gusta. Me miro de espalda y de frente apreciando el lindo diseño, cuando ya termino de hacerlo me pongo de nuevo la camiseta y esta vez, no se ve nada, aunque de la nada empiezo a tener un dolor justo en esa zona.
El dolor aumenta y con mis manos trato de masajearlo un poco para que se vaya. Trago un poco de saliva cuando ya se va calmando.
Esto es aún más raro, incómodo y raro.
Oigo como nos llaman para desayunar y agarro el pantalón para ponérmelo mientras camino a la puerta, pero como siempre me salen las cosas mal, caigo de cara al suelo.
De mi boca sale un quejido en cuanto levanto la cara. Termino de ponérmelo y salgo para poder desayunar antes de ir al colegio. Después de lo que pasó con Greace no me cruzado con ella y la verdad es reconfortante porque no recibido burlar acerca del incidente o de lo que siempre se burlan de mis ojos.
En cuanto llegó al comedor, a Oliver recién le están sirviendo la comida, a mi también me la sirven y me siento en una de las sillas al lado de mi hermano, doy los buenos días y procedo a empezar a comer el rico desayuno de mamá.
Siento algo incómodo tener esto a debajo de mi camiseta pero tal vez me acostumbre. Con mis dedos lo acomodo un poco y noto como Oliver se me queda mirando.
Oh no.
Esa mirada me dice que se le va a salir una idiotez de la boca.
—¿Qué? — Pregunto antes de darle un mordisco a mi sándwich.
—¿Ya usas sostén? — Su pregunta hace que quede en shock. Mi expresión horrorizada hace que vuelva a hablar, intentando arreglar lo que dijo —. Osea no te estaba mirando como un depravado, sino que te note incomoda y cuando lo intentaste acomodar solo uní cabos.
Su explicación tiene sentido pero ¡Dios! Cualquier persona normal te hubiera dicho disimuladamente.
—Es solo un formador — murmuro con algo de vergüenza —. Mamá dijo que me ayudara a darle forma a mis... Ya sabes... — Muevo mis ojos de abajo hasta el dándole una señal.
Frunce el ceño pero después de unos segundos capta la indirecta.
—Ooooh entiendo.
Mi atención vuelve a la comida y al terminarla camino al baño para poder cambiarme pero en cuanto me bajo los pantalones junto con mi ropa interior, noto como la toalla esta limpia.
Esta limpia.
¡Limpia!
Sonrió con felicidad y con un alivio la despego y la echo al tacho de basura. Salgo con una felicidad que mi hermano al pasar al lado mío queda extrañado por eso.
—Hoy llueve. — Ignoro olímpicamente ese comentario.
Después de este suceso nada puede empeorar mi día. Busco mi mochila y llego primero a la puerta, mamá aparece para poder acomodarnos el uniforme antes de irnos. Aprovecho el momento para contarle de que ya no tengo mi menstruación, a lo que ella pregunta:
—¿Contaste los días que te duro?
—¿Eh? — Pregunto asustada.
Otra cosa que tenía que hacer pero no sabía.
—Si, tienes que contarlas para ver cuanto te dura, ejemplo, a mi normalmente me dura tres días pero hay chicas que les dura cinco o incluso siete.
Mi expresión de horror vuelve a mi rostro.
¿Hay mujeres que aguantan esto durante siete días? Me arrodillo ante su fuerza.
—Creo que me bajo el jueves.
—Y hoy es martes.
Como no sé sumar al instante, uso mis dedos para poder contar.
—En total son cinco, cinco días me bajo.
—Ahí lo tienes, tienes que recordar eso y ¡Ah! — Saca su celular y empieza a teclear en la pantalla y luego me enseña algo marcado en el calendario —. También tenemos que recordar cuando te baja, ya que, esto nos sirve para saber si eres regular o irregular.
Otra vez, confusión total.
—¿Me explica?
—Regular es cuando te baja en una fecha en específico, ejemplo, digamos que te bajo el veintiuno y otro mes igual, entonces se le considera regular. Irregular, por otro lado, es cuando te baja un veintiuno, pero el otro mes te baja, no lose, un treinta.
Con esa explicación siento que mi mamá me sacó el cerebro e hizo un jugo de frutas y luego se lo tomo junto con una galleta.
Mmmm galletas.
—Gracias mamá, lo entendí todo.
Me perdí en muchas cosas, pero no lo iba a admitir. Oliver baja y nos despedimos de ella después de su revisión; vamos caminando y en el camino nos juntamos con Ian.
El sol brilla y su cabello se ve incluso más hermoso ¡Hasta uniforme le queda bien! Y eso que a nadie le queda bien, es como si fuera un modelo.
—Olivia, me incomodas un poco con tu mirada ¿Sucede algo? — Vuelvo a la realidad en cuanto me doy cuenta de que lo estoy mirando como un acosador.
El sonrojo es algo evidente en sus mejillas y la cabeza de Oliver gira su cabeza como un exorcista, mi corazón late a mil por hora que siento que se saldrá y se irá corriendo a casa.
—Ah bueno... Yo-yo-yo, de verdad no quería incomodarte e-e-en serio, lo siento mucho — ahora siento que la sonrojada soy yo.
—No te preocupes, solo me asustaste con tu mirada fija en mí, creí que ibas a atacarme como lo haces con el tonto de aquí — lo señala con la cabeza y ríe.
—¡Oye! — Le reprocha.
Y empiezan a discutir como suelen hacerlo. Fijo mi mirada al suelo y no puedo evitar sentir vergüenza por haber hecho semejante cosa. Usualmente, solo miro a Ian un poco y vuelvo a concentrarme en otra cosa pero hoy... Hoy se ve diferente y es ridículo porque lo veo todos los días, pero siento que está aun más lindo.
No sé que siento, me críe prácticamente con él y es como otro hermano, aunque poco a poco esa faceta de hermano se está esfumando de mi mente.
¿Será amor?
No, puede ser otra cosa pero ¿Amor? No, sería algo incómodo, ya que, es el amigo de mi hermano y no quiero que su amistad se desvanezca si comenzamos a salir, incluso puede ser más incómodo si no funciona y terminamos ¿Cómo lo seguiría viendo todos los días?
Así que amor, tachado.
Llegamos a la escuela y nos separamos en el momento en que me dejan en mi aula. Entro y Mary está al parecer haciendo la tarea que posiblemente se le olvidó.
—¿Tarea de Matemática? — Le pregunto al sentarme.
—¿Había tarea de Mate? — Abre los ojos como platos —. Estoy haciendo la de Lengua.
—¿Había tarea de Lengua? — Esta vez soy yo quien abre los ojos.
Las manos me van a doler de lo rápido que voy a escribir.
Sacó mi cuaderno y cartuchera para poder terminarla antes de que llegue la profe.
3 Doritos después.
Tal vez este mal hecho, pero peor es nada.
Miro a Mary y ella ya está terminando, tira el lápiz en cuanto pone el último punto.
—¡Al fin! Odio las mates ¿Quién se le ocurrió ponerle letras? Yo lo mato —. Río ante sus ocurrencias.
—Lo más seguro es que ya este tres metros bajo tierra.
—Bueno, el punto es que seguro se debe estar revolcándose en su tumba porque muchos adolescentes lo odian con todas sus fuerzas y yo me incluyo en esa lista —. Niego con la cabeza mientras sonrío.
Seguimos hablando de otra cosa hasta que la profesora llegue. No puedo evitar contarle de que ya no tengo la menstruación y que sentí un dolor fuerte en la mañana, creía que podría saber de algo al respecto, pero al igual que yo no sabe.
Tendré que ir a la biblioteca en el descanso.
Llega la profesora y su clase empieza de inmediato porque se retrasó unos minutos.
Y aquí es donde el sueño me llama y quiera caer en la tentación de dormirme en la banca, pero trato de mantenerme despierta con todo lo que puedo.
Es un trabajo demasiado duro.
(****)
Estiro mis brazos mientras bostezo.
Nunca había anhelado tanto el descanso como hoy, los minutos pasaron tan lento que me concentre como una hormiga pasaba por mi banca y llevaba algo encima, como una migaja de alguna comida.
—¿Lista para comer? — Mary llega a mi lado y recuerdo lo que tenía que hacer.
—Hoy no, tengo que ir a la biblioteca para investigar unas cosas ¡Nos vemos después!
Me despido y sin dejar que responda me voy a la biblioteca de la escuela. Al entrar a esta puedo notar el silencio que tiene, es relajante.
Algunos están leyendo, otros al parecer también haciendo la tarea, así que, decidida, soy unos cuantos pasos a las estanterías para buscar libros sobre la menstruación, los senos, y todas esas cosas.
Fantasía, ciencia ficción, romance, novelas juveniles. Agarro un libro por cada que paso al lado de ellos, para darles un pequeño vistazo. Hay uno que me llama la atención, lo saco por completo y su título me confunde demasiado, es extraño.
Una caperucita feroz.
Por su portada me doy cuenta de que se trata de algo oscuro, le doy la vuelta y su dedicatoria es también extraña.
*Hecho para la hermosa chica que hizo una tormenta mi vida. La extraño demasiado.
B.M*
Debe ser el autor.
Por lo visto no es tan largo, es más, es una historia corta, lo abro, pero de inmediato lo cierro.
¡Enfócate Olivia! ¡Viniste a leer sobre tu caso no a variar!
Con un suspiro lo regreso a su lugar, voy a venir a leerlo, eso es seguro. Sigo con mi búsqueda y me doy cuenta que todo está dividido en pequeñas secciones, aunque ¿Cómo se llamaría la sección que estoy buscando?
La respuesta a mi pregunta se responde de inmediato en cuanto veo una parte que dice:
Cuerpo humano.
Es una señal y lo tomaré como algo positivo.
Doy pasos hacia él y empiezo a buscar como loca hasta que encuentro un libro que por el título puede que me ayude con mi caso.
Hoy el mundo está de mi lado, no tengo pruebas pero tampoco dudas.
Con el libro en mis manos, me acerco a una de las mesas vacías que están en el lugar, arrastró un poco la silla y me siento dejando mis cosas de lado.
Lo abro y pasando las primeras páginas, el primer capítulo que me presentan es sobre la menstruación, y los cambios hormonales que puedo tener.
Me sorprendo con cada cosa que leo, cambio de peso, crecimiento de vello, acné.
¿Todo esto me pasará a mí?
Bien, ahora me doy cuenta de que el mundo no está de mi lado, de ninguna mujer supongo.
Sigo leyendo rápidamente hasta que llego a un sub título.
El busto y sus múltiples cambios.
Esto si me interesa.
En resumen, mis senos en la pubertad, ósea en la etapa que estoy ahora, van a crecer, no solo eso, también la areola se va a ir oscureciendo y también se van a ir agrandando. Lo bueno de todo esto, es que este proceso es con lentitud y que los dolores son muy normales, ya que, se están desarrollando y están sensibles.
Ahora, todo se podría decir que tiene sentido.
Espero que crezcan bastante para poder lucir ropa linda y ser algo popular.
Mis ojos bajan un poco más y me topo con otro sub título que me deja confundida.
Las desventajas de tener un busto grande.
¿Existen desventajas? ¿De verdad?
La curiosidad me carcome por dentro y comienzo a leer.
Ok...
Creo que mi pensamiento de que crezcan desvanece tan rápido como algodón de azúcar al exponerse al agua.
Básicamente, dice que si tengo el pecho grande, tendré una mala postura de espalda, el sujetador me va a incomodar aún más, hasta incluso no podré hacer deporte.
¡Dios! Mis respetos a las mujeres con pecho grande. Debe ser una tortura tenerlo así.
Espero que el mío no sea ni tan grande, ni tan pequeño.
Espero...
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