La escuela de baile

Mi nombre es María de Mar Alarcón López tengo 19 años, soy delgada, pero mi cuerpo es hermoso tengo lo justo y lo necesario, soy mulatas, mi cabello rizado tiene personalidad e inteligencia propia, cuando sonrió se me hacen dos huequitos en mis mejillas, mi padre dice que soy muy tierna aunque tengo un genio del demonio.

Soy bailarina de salsa, pertenezco al grupo de bailarines de la escuela "Cali es salsa" dirigida por mi padre, estoy terminando la secundaria y espero llegar a ser una ingeniera de sonido, eso sí, sin dejar de bailar, eso ve en mi sangre.

Les contaré un poco de mi vida.

Mis padres se conocieron en una feria de Cali, mi padre se llama Fernando Alarcón y mi madre Alicia López, bailaban en diferentes escuelas y el flechazo fue instantáneo, duraron cuatro años de novios, mi abuelo quería algo "mejor" para mi madre un simple bailarín de salsa no tenía mucho para ofrecer.

Después de tres años, mi padre se ganó un concurso internacional de baile y con el premio dio inicio a su escuela de baile, ya mi abuelo lo miró con otros ojos, se casaron un año después y mi padre se puede decir literalmente que obligó a mi madre para qué ingresará a la universidad, solo hasta que termino su carrera de comunicación y relaciones públicas, el matrimonio pensó en tener hijo yo nací un par de años después.

Soy hija única, mi padre es muy estricto, pero soy su niña consentida, mi madre no es muy cariñosa, pero se que me quiere. me críe al ritmo de Héctor Lavoe, el grupo niche, el gran combo, los hermanos Lebrón, mejor dicho escuchaba salsa día y noche, vivimos en un barrio popular, alegre, ruidoso, de gente común y corriente, no tenemos grandes lujos, pero somos felices, gracias al baile he viajado por varios países.

Mi padre es reconocido como uno de los mejores bailarines de salsa, mi madre es la relacionista pública del grupo y ha logrado grandes contratos para presentaciones en conciertos de importantes orquestas del género, eso le ha dado un lugar importante a la escuela entre las más elegidas al momento de realizar eventos.

Justamente por ser de renombre, el representante de un importante grupo de artistas realizó un jugoso contrato con mis padres para que nos presentemos en varias actividades a lo largo del continente durante el transcurso del año, las presentaciones serán máximo diez por mes, eso nos garantiza un buen rendimiento de los bailarines esto despertó la envidia de otros bailarines creando cierta rivalidad.

Solo logramos realizar las presentaciones correspondientes al primer mes, la noche después de regresar al país un incendio acabó con todo lo que por más de veinte años mi padre había conseguido.

La solidaridad de la gente no se hizo esperar, aliviando un poco nuestras cargas y pudimos pagar algunas cuentas pendientes, pero no estaríamos listos a tiempo para el siguiente mes de presentaciones, muchos bailarines se habían unido a otras escuelas y tenía poco menos de la mitad del grupo.

Mi padre esperaba la comprensión del representante, yo lo acompañé hasta la oficina de ese señor, tenía que darle ánimo a mi papá, no podía dejar que se derrumbara, pero al llegar a la oficina se encontró con el director de la escuela rival, "Sabor salsa" quién con total descaro le dijo:

"A todo marrano gordo le llega su noche buena compadre"

lo miró con una risita burlona dándole palmaditas en la espalda, mi padre entendido que nada de lo que había pasado era una accidente.

El representante solo lamento mucha la situación de mi padre, pero le dio seis años para pagar la multa por incumplimiento de contrato, era una cifra enorme de muchos, muchos ceros, no importaba como se lo pagará la única condición era que le dejara algo en garantía o de lo contrario lo denunciara y mi pare iría a la cárcel, mi padre en ese momento no tenía nada, lo único realmente valiosos era nuestra casa, pero su valor no cubría mi la octava parte de la deuda, después de conversar un rato buscando soluciones, el representante acompaña a mi padre hasta la puerta de la oficina yo lo esperaba afuera, pero no alcanzo a verme.

R: Le doy dos días para que piense que me ofrecerá de garantía, ahora por favor váyase tengo asuntos que solucionar.

Pasaron los dos días y mi padre no encontró una solución, le propuso a mi madre vender algunas propiedades campestres que mi padre había adquirido en las buenas épocas, pero mi madre se negó y muy disgustada se fue de la casa dejándolo aún más deprimido.

M. M: Tranquilo papá ya encontraremos alguna solución, yo te acompaño de nuevo a la oficina de ese señor, habla con él y pídele un poco más de tiempo.

Llegamos a la oficina y dese afuera se escuchaban unos gritos, un hombre mayor salió de la oficina tirando la puerta, iba con tanta furia que sus ojos eran rojos como en fuego.

La secretaria anunció a mi padre.

P: Tu esperarme aquí María

Después de un rato mi padre salió caris bajo, nuevamente el representante lo acompañó a la puerta, esta vez si me vio. Al verme sentada en la sala de espera se acerca de forma arrogante y mirándome con desprecio me dice:

R: ¿Y tú quién eres, qué esperas aquí.?

P: Ella es mi hija señor vino a acompañarme.

R: ¿Tu hija? Pero tienes una hija muy hermosa, podemos llegar a un arreglo por la deuda.

P: No señor, yo le pagaré su dinero así sea lo último que haga, pero a mi hija no la mire, ella no es un negocio.

R: Tranquilo Fernando, tienes seis años para pagar la deuda, podemos llegar a acuerdo, tu hija se casa conmigo firmamos un contrato por tres años, tú quedas libre de deuda.

P: No puedo hacerle eso a mi hija, es mi única hija.

R: Y seguirá siendo tu hija, es más puede seguir bailando con tu grupo, solo necesito una esposa y que mi familia me deje tranquilo, tú me ayudas y yo te ayudo.

M. M.: O sea que si me caso con usted, mi padre quedará sin ninguna deuda y podrá concentrarse en volver a tener su escuela.

R.: Así es, por la escuela no se preocupen, yo mismo me encargaré de volver a posicionarla en la cima.

M. M: Podría darnos un par de días para pensarlo.

R: Claro tienen dos días, en dos días espero la respuesta.

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