Quítate el vestido.

Que te pasa? -grito alterada, frunciendo el ceño

- No o voy hacerte nada, si es lo que piensas

- ja y quieres que piense, eres un pervertido - volvió sobre sus talones y de dirigía a la puerta pero el empresario no se lo permitio, la tomo por los brazos

- Lo haces tú - señalando con su dedo índice - o lo hago yo?

- Suéltame -

- No lo voy hacer, así que escoges

- Estás loco, no me quitaré el vestido, suéltame- gritaba y forcejeaba para zafarse del agarre

- Está bien, vete

La soltó y ella se dirigió a la puerta pero está no se abrió, pues estaba cerrada

- Eres un maldito desgraciado- - lo insultaba con todas sus ganas- déjame salir

- No, hasta que te quites el vestido

- Y para que quieres eso? no soy tu esposa ya te lo he dicho

- quiero verte - responde

- Pues me estás viendo - dice molesta - no es necesario que me quite el vestido

- no así no, quiero verte desnuda

- NO, NO ,NO - grita- eso no lo haré JAMAS ME VERAS ASÍ, BUSCA A OTRA QUE ESTE DISPUESTA YO NO- dice gritando y cruzando sus brazos

El nota que está nerviosa, así que piensa usar eso a su favor se le acerca acortando la distancia que hay entre ellos dos. Y coloca ambos brazos en la puerta quedando en medio ella acorralandola

- No me gusta repetir mis órdenes, por qué te haces la difícil?

- No no quiero - balbuceo el hecho que tuviera tan cerca de ella no ayudaba mucho

- Me tienes miedo? - cuestionó

- No claro que no, eres un completo pervertido quien te hizo creer que me quitaría la ropa delante de ti?

- Entonces tendré que hacerlo yo-

- No te dejare hacerlo- contradijo

La atrajo hacia su cuerpo y la agarro por la cintura firmemente

- Que crees que haces suéltame maldito

- te dije que lo haría- y sin que ella lo sintiera le bajó la cremallera del vestido a mi cual el inmediatamente se separó y el vestido cayó, quedando ella en un sexy conjunto de lencería de encaje

-Maldito pervertido- le dijo mientras instintivamente se cubría con las manos

Mario quedó maravillado con la vista tan extraordinaria que tenía de esa mujer, no podía formular ninguna palabra, su cuerpo parecía como si lo hubiera sido creado por los dioses, su delicada piel blanca sobresalía de esa lencería color negro que llevaba puesto la muchacha.

Pero claro no era el momento de estar fantaseando con ese cuerpo que solo mirarlo ya estaba haciendo efecto en él, así que fijo su mirada en dónde era su objetivo pero ahí no había nada, no estaba tal marca de nacimiento.

Por su parte Cataleya se sentía indefensa, como fue posible que le bajara la cremallera sin que ella se diera cuenta, pero estaba ahí inmóvil sin siquiera ser capaz de mover su propio cuerpo, de pronto su memoria le recordó un episodio que ella creía haber olvidado lo que hizo que las lágrimas salieran sin control.

Al percatarse del posible daño que le causó, se le acercó

- Disculpa Cataleya no fue mi intención que te sintieras mal, por favor no llores

trato de limpiarle las lágrimas pero ella se lo impidió, lo empujó y le gritó

- No No me toques, no quiero - gritaba histérica -

- Cataleya escúchame, pero no llores más

- eres un idiota - se recriminaba internamente - no se te podría ocurrir otra forma-

Trato de acercarse pero tampoco se lo permitía

- Cataleya, podrías subirte el vestido? - pregunto calmado

Pero nada de lo que el dijera pareciera como si ella no lo escuchaba, seguía llorando y temblaba

- NO, No, No, déjame quieta Alfonso déjame ir- gritaba mientras se hacía un ovillo en medio de la puerta

- Carajo! - mascullo Mario - no soy Alfonso

a qué Alfonso te refieres? será mi hermano? - no no eso no puede ser, porque si no eres Isabella como carajo lo conoces? - penso

Al ver que ella no le iba a responder se dirigió al baño, tomo un paño y se lo coloco encima. Vio la hora en su reloj ya era tarde su Nana estaba durmiendo, entonces que haria?

Salió de la habitación y llamo a Roberto

- Roberto, ROBERTO - grito

- Dígame jefe qué necesita- respondió el pobre hombre que pensaba ir a descansar

- Sabes en dónde queda la mansión de Cataleya?

- Si Jefe, pasa algo con la señorita? - pregunto al ver la expresión sería en el rostro de su jefe

- Necesito que vallas alla y traigas a la prima a Luna

- Hare lo que este a mi mano, jefe pero si la señorita se reusa a venir que quiere que haga?

- Solo dile que Cataleya la necesita

Así que Roberto se dirigió a la mansión Sallow

...****...

Al llegar a la mansión le comunico a los custodios que cuidaban la entrada que necesitaba hablar con la señorita Miller.

En cuanto le informaron a Luna quien la estaba buscando, no dudo ni un minuto en bajar a recibirlo

- Buenas noches Roberto, que placer tenerte aquí- dijo con una gran sonrisa de oreja a oreja

- Buenas noches señorita Miller...

- Oh, no solo dime Luna - dijo interrumpiendo - ya nos conoces desde hace algún tiempo y no es necesario tanta formalidad, pero dime qué te trae por aquí? - pregunto coquetamente

- Ah está bien Luna como quieras, es su prima Cataleya - respondió serio, veía como esa rubia de ojos color verde le estaba coqueteando y sentía que en cualquier momento se le lanzaría

- Que le pasó ? - pregunto alarmada al escuchar de su prima. - que le hizo tu jefe

- El señor Anderson mando a buscarla, solo el podría explicarle

- Entonces vamos - dijo

- Señorita, Luna no sería mejor que se cambiara? - le respondió mientras le señalaba la mini pijama que traía

- Ah claro si, se me ha pasado por alto, espéreme aquí ya bajo

Unos minutos después bajo, y ella insistió que iría con el en el carro, que no había necesidad de usar otro carro más. Todo era una excusa para estar cerca de él.

💜💜💜💜

Hola mis queridas lectoras

Espero que pasen una feliz tarde.

besos y abrazos

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