Yo le creo

Hay días en que negamos todo y a todos, días en que necesitamos un consejo para tomar ciertas decisiones que consideremos importante en nuestras vidas, días en que solo deseamos morir y que acabe nuestro sufrimiento, días en los que nos llenamos de temor y nos paraliza tanto que ni siquiera podemos ser capaces de hablar alguna palabra, días en que el dolor de nuestro corazón es demasiado grandes que nos quita las ganas de cualquier cosa.

Así era ese día para Cataleya, ya tenía 20 días encerrada en esa habitación, 20 días que no sabía lo que pasaba afuera de esas 4 paredes, 20 días en dónde ha tenido que enfrentarse al demonio que la había secuestrado.

- Buen día, Como amanecio señora Anderson?- saludo alegremente la ama de llaves mientras entraba en la habitación junto con un bandeja plateada

- Buen día señora señora Lucía, bien gracias por preguntar - respondió Cataleya levantándose de la cama

- Le he traído el desayuno, espero que le guste, se lo dejaré aquí-

- Gracias usted es muy amable señora Lucía- respondió con una gran sonrisa - le puedo pedir un favor?

- Estoy para servirle señora Anderson, todo lo que desee me lo puede pedir- respondió alegremente de cierto modo se sentía bien tratarla

- creo que no del todo señora Lucía, porque lo que más deseo con todo el corazón es poder estar libre otra vez, pero su jefe se empeña en mantenerme secuestrada- respondió con tristeza y en sus ojos se podía percibir que era así

- Mi señora la verdad no entiendo porque el señor actúa así, pero estoy segura de que él la ama, solo que está un poco lastimado su corazón, y es verdad lo que dice en cuanto a esa petición mi señora no la puedo ayudar, tan solo soy una empleada-

- Tranquila, no quiero que se angustie por eso, se que esto a acabara pronto, bueno en cuanto al favor que le quiero pedir es que no me llamo señora Anderson, me gustaría que me diga Cataleya o si se siente incómoda puede decirme por mi apellido Sallow- respondió mientras tomaba un poco del jugo de naranja

- Es que por ser la esposa de joven Mario, la he llamado de ese modo, discúlpeme si la hize que se sintiera mal, y no tenía conocimiento que se cambió su nombre- respondió. poco confundida por la petición de la muchacha, en verdad que no la entendía, porque no quería la llamara por el apellido de su esposo, acaso había pasado algo que ella ignoraba? de preguntaba internamente.

Al ver que la ama de llaves estaba confundida decidió que lo mejor era explicarle

- Señora Lucía, yo no me he cambiado mi nombre- dijo en tono calmado para que pudiera entender lo que le decia - yo no soy Isabella como dice el demonio ese, discúlpeme si le moleste que lo llame así, pero me saca de quicio, el punto aquí es que yo soy la hermana gemela cosa que él cree que es mentira, pero señora Lucía créame no soy Isabella, y nose que tanto fue el daño que ella causo- explico con un poco de miedo, a qué la vieran como una loca

Después que la muchacha termino de explicar, un silencio cubrió la habitación en ese momento.

- Yo le creo - respondió la señora Lucía

- Ah?

- Dije que le creo señorita Sallow -

Al escuchar como la llamo, unas lágrimas que amenazaban con salir, que al final no pudo contenerla y empezaron a deslizarse por ese rostro

- Mi niña- le dijo Lucía tratando con mucho cariño, no llores, en verdad te creo

- Por qué? señora Lucia- pregunto Cataleya llevando una de sus manos para limpiarse esas lágrimas rebeldes que salieron sin permiso

- Porque siento que en ti hay algo diferente, la primera vez que el joven Mario me mandó a qué te atendieran, usted me dió las gracias, y en cierto modo eso me afectó, porque si fuera la señora Isabella nunca me las daba- explico con gran alegría

- Señora Lucía en verdad gracias, me parece que es la única que creé en mi

- Solo sea paciente con el joven, estoy segura que el se dará cuenta de su error y la dejara ir.

- Eso espero, y dígame una cosa señora Lucía como era mi hermana cuando estaba con su jefe?- pregunto porque en su interior tenia muchas dudas e inquietudes

- Al principio se mostró muy amable, pero al casarse con el joven y venir a vivir aquí era totalmente lo contrario se volvió muy arrogante, y siempre maltrataba al personal

- Si me lo imagino- respondió con tristeza ya ella había visto que su hermana era así la última vez que la vio.

- Me alegra que el desayuno fue de agrado- al observar que la muchacha había terminado todo mientras hablaban.

- Si, estaba delicioso, Señora Lucía le gustaría escuchar un poco de mi familia? - pregunto con entusiasmo

- Oh claro, me encantaría - una gran sonrisa se dibujo en el rostro de la mujer mayor - su hermana nunca los menciono

- Claro, nosotros somos los malos-

Y así pasaron la parte del día en dónde Cataleya por primera vez se atrevía a hablar de su familia, no es que no lo hiciera antes, ella se sentía orgullosa de su familia de quienes la amaba, pero después de la muerte de sus padres siempre era algo que le costaba contar.

...****...

Ya había anochecido cuando el CEO hizo presenció en su mansión

- Buenas noches, joven- lo recibió Lucía

- Buenas noches, Nana-

- ya la cena está lista-

- voy dentro de un rato, y dime cómo se comporto Isabella

- La señorita Sallow hoy estuvo un poco más alegre que ayer, me parece que puede mejorar con un poco más de tiempo- respondió sonriendo

- Sallow?- pregunto frunciendo el ceño - por qué la llamas así?

- ella me lo pidió, no estará usted molesto por eso verdad joven? - interrogó la ama de llaves

- iré a verla

...****...

- qué haces aquí? - grito Cataleya al ver que él Ceo entraba a la habitación

- Está es mi casa y puedo entrar

- No te quiero ver, te lo he dicho

- Ah claro a mí no me quieres ver- hablaba mientras se le acercaba- pero supongo que a tu amante sí o me equivoco?

- Estás demente - exclamo- nose de adonde sacas tal disparate

- jajaja 😂 Isabella no me quieras ver la cara de tonto, sabes algo te mandé a investigar a tí y a tu querido amante Dorian y que crees que encontré?

- Guao, en serio usaste tu pequeño cerebro y ahora que sabes la verdad entonces me dejaras ir?- respondió

- Encontré esto- mientras lo decía saco varias fotos que el detective le había enviado - las pruebas que demuestran que eres una mentirosa

-lo que faltaba, este hombre es más bruto de lo que pensaba yo, está loco definitivamente- pensaba mientras veía cada foto

- No piensas decir nada? - comento al ver que la muchacha continuaba en silencio y no decía nada

- Claro que pienso decirte algo- respondió

- Así? que me dirás qué las fotos son mentiras, me dirás qué el detective me mintió?

- Estoy creyendo que hasta un pequeño gusano es más inteligente que tú- lo señaló con su dedo índice

- quien te crees para que me ofendas de esa manera? - grito molesto, no podía creer lo descarada que estaba siendo ella

- yo solo estoy defendiendo de un demonio como tú- respondió secamente - que piensa que me puede humillar a su antojo aparte de que me tiene secuestrada

- Yo no te he secuestrado, solo te he traído a ti casa!- refutó las palabras de Cataleya

- Ah no? y entonces como se llama esto? ah dime porque hasta donde yo recuerdo fuiste tú quien me mandó a traer en contra de mi voluntad, eres tú quien me tiene prisionera en esta maldita habitación porque esa puerta siempre está bajo llave, eres tú quien me está ofendiendo diciendo que me acuesto con mi primo- 😠 grito enfurecida mientras le lanzaba en la cara las fotos que el mismo empresario le había entregado

El no iba a tolerar ese comportamiento así que la agarro del brazo, tan fuertemente que ella pego un grito pero ella no de dejo ejerció toda su fuerza para poder zafarse de su agarre, eso no se lo iba a permitir y se sentía tan humillada que se dirigió al baño, tomo un champú que había y regreso y se lo derramó encima.

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Hola mis queridas lectoras, aquí va otro capítulo más espero que lo disfruten.

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