Branko Petrović

Han pasado ya dos meses y aquel señor nunca pagó, con el paso de los días ya sumó una muy buena cantidad de dinero, espero y no ande en otras broncas por fuera

- Vlad, si llega ese señor- le señale el rostro de el en la cámara de seguridad- por la noche, me lo traes directo aquí-

- si jefe-

- por más que quieras, dime Branko-

- excepto en el trabajo- solo rodé los ojos

- amor- escuché la voz chillona de Nikkola

- dime-

- voy a salir este fin de semana con mis amigas a la playa-

- cómo quieras, porque yo este fin de semana voy a estar ocupado-

- gracias amor- me besó, yo tuve que corresponder, luego me percate que no estaba solo y me separé

- cuídate Nikkola-

- claro, tu igual, bye- nos despedimos.

Por la noche.

Estaba en mi despacho cuando escuché que Vlad entró

- jefe, aquí tengo al señor que me mandó a buscar-

- hazlo pasar-

- adelante- autorizo Vlad la entrada y si, era ese señor, ese señor que me debe una muy buena cantidad

- buenas noches señor, se le ofrece algo- pregunto aquel señor

- ¿cuál es su nombre?- pregunté frío

- Da...Danilo Perović-

- muy bien Danilo, ¿tienes algo que decirme?-

- no, no se de qué me hablas-

- y así que, tampoco sabes quién soy- nego con su cabeza algo nervioso- bueno, te haré el honor de llenar está cabecita hueca que de seguro tiene mucha mie#$*, soy Branko Petrović, dueño de este casino y dos más, nadie toca lo que es mío y aquel que toca lo ajeno, no querrás imaginar lo que te puede pasar, te aseguro que no es algo favorable...- entonces lo ví temblar

- dis...disculpe señor Bran...ko, no tengo dinero para pagarle lo que le debo, pero si hay algo que te pueda interesar-

- ¡ah sí!, ¿cómo qué?-

- te daré mi hacienda y todo lo que hay en ella-

- ¿una hacienda?- me quedé pensando- ¿que me dices Vlad?-

- me parece muy bien-

- está bien, lo aceptaré, pero con una condición-

- lo que sea señor-

- ¡TE ME LARGAS DE AQUI!, no te quiero volver a verte aquí ni allá, porque si no- apunte con mi mano en forma de pistola en la frente de su cráneo- te volaré los sesos-

- si señor, los dejaré en paz-

- muy bien, ¿en dónde queda esa hacienda?-

- a seis kilómetros al Norte de la ciudad-

- bien, iré hoy mismo a verla-

- te acompañaré-

- tranquilo Vlad, iré solo, además, ¿que me va a pasar si no hay nadie ahi?- el tal Danilo solamente afirmaba que todo estaba bien - ¡AHORA LARGUESE!- y huyó como todo un cobarde.

No aguante las ganas de conocer una hacienda y ¡por primera vez!, siempre he querido conocer y tener una, aquí voy rumbo a ella, antes le avisé a Vlad que le iba hablar por teléfono por cualquier novedad, al llegar veo todo obscuro, algo tenebroso, cojo mi linterna y con ella alcanzó alumbrar y es algo inmensa y algo descuidada, me quedo un rato quieto para ver y escuchar si no hay gente o algún animal viviendo en ella, y como está todo silencioso entro en ella...

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