capitulo 14

-Me puedes decir que es lo que te pasa Diosa,  desde ayer traes esa cara, acaso el comandante te hizo algo,

-No claro que no.

-Entonces por que estas así.

-Crees que soy bonita_le pregunto de pronto con la mirada triste.

-Pero por supuesto, no solo eres bonita Artemisa eres una diosa que  acaso no te lo digo siempre. Porque lo dudas no me digas que Cameron te dijo algo.

-No, él siempre me dice que lo soy. Pero…

-Pero qué?

-Es que, hay es que no es como decirlo,_solo dilo Artemis_es que siento que no le gusto a Cameron como el me gusta a mí.

-De que hablas, el muere por ti, solo está de verse como te mira.

-sí, pero no me desea._soltó de repente cubriéndose el rostro por la vergüenza de confesarlo.

-DIOSA!!!, acaso me quieres decir que tú, quieres tener sexo con el…

-No grites Catrina, es que yo lo deseo si él quisiera yo-yo aceptaría estar con él, pero siempre que estamos besándonos y los besos se hacen más intensos se detiene_confeso al borde de las lágrimas.

-Diosa, seguro no es que no te desee, es solo que te respeta y no quiere que pienses que solo quiere tenerte en su cama como a cualquiera.

-pe-pero es que yo quiero.

-Oh amiga, te entiendo, pero si lo deseas tanto se tú la de la iniciativa, no siempre tienen que ser ellos los que den el primer paso, los hombres suelen ser bastante tontos en algunas cosas y más cuando se trata de entender las señales.

-tu-tú crees?

-sí, mira por que no le das una sorpresa, seguro quedara encantado.

-ti-tienes razon;me ayudas con la sorpresa?

-No tienes  ni que preguntarlo..

Así las dos amigas se pasaron lo que quedaba de la tarde  en planear la sorpresa para el comandante, como no se iban a ver como siempre, decidieron que la próxima vez que se vieran se llevaría a cabo su plan.

Ya que Cameron le había dado las llaves de su casa, por cualquier cosa, pensaron en que hay seria el lugar perfecto; y para ello Otto seria la distracción perfecta  para mantener a su amigo lejos en lo que ellas lo arreglaban todo.

-Estas segura que es buena idea?

-pero claro, solo falta comprar el vino y un atuendo para ti, anda vamos.

En cuanto llegaron al centro comercial dirigieron a la tienda de vinos compraron el más caro, claro que para ella no era problema, una vez que salieron entraron a la tienda de ropa para elegir el vestuario de Artemis, cuando se decidió por un vestido en color vino que se pegaba a su cuerpo como una segunda da piel y a medio muslo que mostraba sus grandes atributos, tanto en la parte inferior como superior. Era la combinación perfecta contrastaba con su blanca piel y su cabello tan intenso.

-te vez increíble diosa, ese es definitivamente el que tienes que usar.

-Me encanta.

-A mi igual y lo mejor es que se te ve estupendo, pero ahora vamos hay que buscar lo mas importante,_la tomo de la mano y la llevo a la sección de lencería.

-Es-esto ya es demasiado Catrina, yo-yo no pienso usar nada de esto.

-Artemisa Sotomayor acaso no quieres que el comandante te desee con locura, te asuro que si te pones uno de estos lo volverás loco.

-pero mira todo esto, no cubren nada.

-de eso se trata diosa, mira este es perfecto, combina con tu vestido_tomando un conjunto de encaje en color negro con medias y ligueros que se podían disimular muy bien.

-Estás loca yo no me pondré eso.

-si lo aras

Salieron del centro comercial para ir directo a la casa del mayor para terminar los últimos arreglos mientras este no dejaba de mandarle mensajes a su pequeño topo, que para su gusto había estado actuando un tanto extraño. Aunque no quería preocuparse no dejaba de imaginar que ella se estuviera arrepintiendo de su relación.

-Qué te pasa hombre

-No lo sé Artemis ha estado actuando raro últimamente, y ya no sé qué pensar no quiero preguntarle, sabes tengo miedo a su respuesta.

-Tranquilo seguro son imaginaciones tuyas

-Eso espero Otto, no sé qué aria si ella me deja justo ahora.

-Eso no pasara esa pequeña Rojita está enamorada de ti, se nota.

-yo también estoy perdido por ella , la amo, la amo, y no te imaginas cuanto no se en que momento paso pero no quiero renunciar a ella por nada del mundo.

-Sí, solo cálmate quieres nadie te la quitara, mira que muy pronto será mayor de edad y nada les impedirá anunciarles a todos su relación.

Tranquilizando a su amigo, Otto salió de la oficina marco a su hermana para avisarles que en un rato más el comandante iría a su casa a recoger  unas cosas para llevar a la oficina.

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