Capitulo 4: Rivalidades y revelaciones

Desde la perspectiva de Jeffrey Sloane:

Pensar que por fin vería a alguien enfrentarse al idiota de mi hermano y no verlo arrodillándose frente a él, como hacen los demás, es fantástico -sonrío mientras observo al chico caminar, justo cuando mi hermano está a punto de ir tras él-. Tranquilo ahí -lo agarro del hombro y lo detengo-. ¿Qué piensas hacer?

Ponerlo en su lugar. ¿Cómo se atreve a tratarme de esa forma? -mi hermano aprieta los puños y se zafa de mi agarre-. Déjame darle una buena lección

Tranquilo. Puede que nuestro padre sea amigo del rector de esta universidad, pero eso no nos da el derecho a armar un escándalo. Al menos espera a la última prueba si quieres darle una lección a ese chico -le aprieto el hombro-. ¿Entendido?

Está bien, hermano, pero suéltame de una maldita vez -me dice mientras se aleja en dirección opuesta a la del chico-. Nos vemos luego -añade mientras agita la mano-.

Me dirijo hacia donde supongo que podría estar el chico que se enfrentó a mi hermano hace unos minutos. Lo encuentro sentado, apoyado en un árbol cerca de la cancha de fútbol. Me detengo a mirarlo fijamente. Es atractivo para ser un simple humano: tiene el cabello rubio casi blanco que cae sobre su rostro, y su rostro está bien perfilado. Me quedo con la curiosidad de saber de qué color son sus ojos. Decido mantenerme a distancia y evitar ser visto, no quiero que se dé cuenta de mi presencia, ya que viendo cómo trató a mi hermano, no dudo que me trataría de la misma manera.

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No sé por qué se demoran tanto en hacer un simple examen físico -bostezo-. Y lo peor es que mañana debemos regresar para la última prueba.

Estoy de acuerdo contigo, hermano, pero no puedo esperar a encontrarme con ese maldito chico -vuelve a apretar los puños-. No puedo esperar a destrozarlo.

Relájate, idiota -le pego en la cabeza-. No puedo creer que seas mi hermano.

Ahí está ese imbécil. Me gustaría saber cuál es su "segundo género" -miro al chico que está a unos metros de nosotros-.

El joven Theo Kendrik, por favor, ingrese para realizar su examen físico -grita la enfermera con una carpeta en la mano-.

Vamos, hermano, acerquémonos un poco -le digo a mi hermano, y aunque no puedo creer que lo haga, mi curiosidad sobre el chico me supera-. Gracias a los dioses que son solo unas cortinas y podemos escuchar lo que dicen.

Muchacho, veo que nunca te has realizado un examen médico, ni siquiera aparece un registro de cuál es tu "segundo género" -dice el médico, frunciendo el ceño. Mi curiosidad aumenta-.

Soy un omega -responde el chico sin más, y contengo una risa-. Pero no veo la necesidad de que sepan cuál es mi "segundo género". ¿O acaso lo tienen en cuenta para decidir quién entra y quién no?

No puedo creer que un omega te haya dejado en ridículo -susurro a mi hermano y lo agarro de los hombros para evitar que haga algún movimiento que nos delate-.

No, no, muchacho, ¿cómo piensas eso? -el médico niega rápidamente-. Es solo para la organización de las residencias de la universidad. Evitamos que alfas y omegas vivan juntos debido a que antes de implementar esta separación hubo violaciones a omegas por parte de alfas, debido al celo o al RUT que se les presenta.

Interesante -dice el chico mientras se sienta en la camilla-.

¿En serio eres solo un humano? -pregunta el doctor mientras lo revisa-. Considerando la última prueba que les hacen, ¿cómo piensas enfrentarlo? Te matarán allí.

Sí, soy un humano -responde sin mostrar preocupación o nervios-. Y no pienso morir tan fácilmente.

Esto será fácil para mí -dice mi hermano, sonriendo de manera macabra-.

Vámonos de una vez, ya nos están llamando -le digo, y mientras nos alejamos, al fin puedo ver esos ojos que tenía curiosidad por ver-.

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