PRIMERA PARTE.

...APRENDIZ DE DRAGÓN...

Veo cuatro estrellas, intento moverme para tocarlas pero mi mano y mi cuerpo simplemente no me obedecen, giran mi cabeza al frente y solo veo dos sombras oscuras y al mismo tiempo siento un intenso frío, me atemoriza porque desconozco totalmente lo que pasara después porque sé que ya no hay nada, puedo sentir la muerte... Me despierto lleno de sudor, exactamente el mismo sueño por quinta vez y sigo sin saber que tratan de decirme. -¿El mismo sueño viejo? -Si negro, exactamente el mismo -Aun no entiendo porque no estoy contigo, normalmente compartes tus sueños conmigo -No sé qué es lo que pasa.

Hace mucho tiempo la paz no reinaba en los mundos, como siempre los dioses se peleaban entre ellos por ver quién podría regir mejor. Con lo que no contaban es que su guerra despertaría criaturas fuera de sus expectativas, aunque esta raza era pacifica siempre habrá individuos que rompan con estos paradigmas, que no acepten sus costumbres y cultura que han tenido desde el comienzo. La guerra despertó al Dragón celestial blanco y el Dragón celestial negro, dos criaturas adoradoras de la guerra, el caos y la destrucción. El primero en ver las consecuencias que estos dos provocan por vencer el uno al otro fue el dios nórdico Odín, que al ver como una parte de su tierra y habitantes era devastada se metió en la pelea... Gran error, perdió un ojo y estuvo a punto de morir si no hubiera sido por su primogénito, el dios Thor quien fue vencido y eventualmente asesinado. Gracias a esto Odín pudo presenciar las bajas que la guerra causaba y la gran amenaza que presentaban los dragones negro y blanco. Y fue así que el dios nórdico convoco a cuantos dioses, demonios, ángeles, héroes y ángeles caídos pudo y detener a la gran amenaza.

Como se imaginaran ellos lo lograron, sin embargo estos dragones no murieron del todo, pues sus espíritus siguieron reencarnando una y otra vez para finalizar aquella batalla que comenzaron hace muchos muchos años. Y resulta que el dragón celestial negro reside en mi cuerpo, en mi alma y mente, sus pasadas reencarnaciones no se llevaban bien del todo y la mayoría de las veces morían antes del encuentro con el dragón celestial blanco pero he podido anteponer mi voluntad por su deseo de pelear.

Mi nombre es Demian, les diría mis apellidos pero la verdad es que ya los olvidé, llevo mucho tiempo en el mundo, alrededor de dos milenios, creo, algo así, y como ya les había comentado llevo al dragón celestial negro en mi interior, el cual me ha dado esta longevidad, creo que infinita pero no estoy seguro. A día de hoy ya no ha habido guerra, la paz reina, me refiero a que no hay tanta, siempre estarán aquellos que se opongan al sistema y es inevitable pelear con ellos. Pero todo tipo de criaturas convive pacíficamente, en su mayoría.

Y que hago yo aquí se preguntaran, en una escuela, en una Academia. Déjenme decirles que soñé que moría, no me pregunten como o quien me mata, solo lo sé, por lo cual decidí buscar y entrenar un equipo que cumpla mi función en el mundo, es decir, mantener la paz en la tierra. Llevo tanto tiempo vivo que conozco a la mayoría de los que vencieron a mi compañero espiritual, pertenecí a sistemas de distintos tipos de gobierno y mantener la paz me hace muy feliz.

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