Mira chiquita

...Ulises....

No entiendo por qué Gabriela se enojo tanto por un siete, ¿qué tiene de malo esa calificación?, yo no merecía que me dijera todas esas cosas. Me habló muy feo, hasta me dolió el corazón. Parecía que estaba escuchando a mi padre y sus discursos de siempre. Fue incluso peor que escucharlo a el.

— ¿En qué piensas.? — Preguntó Alex a mi lado.

— ¿Soy un cara bonita con aserrín en el cerebro.?— Es mi amigo, debería decirme lo que en verdad piensa de mi n

— No le des importancia a lo que dijo esa chica.

— Tienes razón, no debo. Mejor vamos de fiesta.— El asintió y fuimos al bar, Gabriela estaba trabajando, como siempre pero la vi preocupada, algo le pasaba a esa chica. No es mi asunto, ella no es nada mío. Y por cómo me hablá probablemente nunca lo sea. Yo no soportaría convivir con una mujer de ese carácter. Me gustan las que se pones a mi disposición.

Un ejemplo perfecto sería esa chica que viene hacia mi mesa. Con una sonrisa dulce y mirada lujuriosa. Mi tipo ideal de mujer.

— Hola. ¿Quieres compañía.?

— Tal vez. — Toqué el lado de mi para que ella se sentará.

— Te he visto otras veces. ¿Vienes seguido.?

— Si. ¿Y tú.?

— Qué les ofrezco. — Vino Gabriela.

— Para mí una cerveza, y a la hermosa MUJER lo que ella quiera. — Dije la palabra mujer en voz alta para hacerla sentir inferior. Pues no tenía comparación con la chica que tenía al lado.

— ¿Señorita que le ofrezco.?

— Un tequila. Y date prisa.

— Uff, Dios los cría y ellos se juntan. Igual de imbéciles los dos. — Murmuró ella.

— ¿Qué dijiste.?

— En un momento regresó. — De fue y volvió unos minutos después. Parece de tardó a propósito. No sé y no me importa, yo seguí hablando con la chica y después de un rato fuimos a un hotel.

Al día siguiente Sol me estaba esperando afuera de la escuela.

— ¿Qué es esto.? — Me enseñó unas fotos donde estoy besando a la chica de anoche.

— ¿Desde cuándo te doy explicaciones.? — Pregunté incrédulo. Yo a nadie le doy cuenta de lo que hago. No siquiera a quienes pagan mis tarjetas.

— Desde que somos novios.

— A ver esperaste. Estoy un poco perdido. Yo no recuerdo haberte pedido que seas mi novia.

— ¿Quién te crees para tratarme así.?

— Mira chiquita, yo desde el principio te deje claro que esto era solo diversión y nada más, tu aceptaste.

— ¿Piensas que puedes hacer lo que se te pega la gana solo por qué eres guapo verdad.?

— Exacto, no es mi problema que las mujeres caigan rendidas a mis pies.

— ¿Cres que todas son iguales.?

— Al menos tu si.— Sonreí pero ella me dio una cachetada un poco dolorosa.

— Eres un imbécil. — Se fue molesta.

— Mejores bofetadas me han puesto. — Dije riéndome de su actitud. Se hace la ofendida cuando desde el principio le dejé claro todo.

...Sol...

Le conté a mis amigas lo que el imbécil me dijo, necesito que una de ellas lo deduzca y después lo mandé al diablo. Tal cómo el hizo conmigo.

— No cuentes conmigo, yo no podría, Ulises es demasiado atractivo. Caería ante en con facilidad. — Dijo Berenice

— Conmigo tampoco. — Dijo Casandra

— ¿Es que acaso no hay alguien que pueda con el trabajo.?

— Amiga no te quejes. Hasta tu caíste con el.

— No me lo recuerdes. — Puse los ojos en blanco al recordar mi estupidez.

— Quiero que le retiré la calificación al ... a Ulises, el no me ayudó con nada. — Exigió una chica a un profesor que conozco.

— Lo siento pero no puedo, era trabajo en equipo, los dos tienen lo mismo no importa quién trabajo más.

— Pero no es justo. El no me ayudó. Es más, ni siquiera sabe de qué se trata el trabajo. Estoy segura.

— Señorita no puedo hacer nada. Asi son las cosas.

— En ese caso por favor déjeme entregar otro trabajo, no puedo quedar con un siete en mi boleta.

— Gaby lo lamentó pero eso sería hacer trampa.—El profesor se fue y la chica se quedó con cara de preocupación.

— LO ODIÓ, LO ODIÓ, TODO ES TU CULPA IMBÉCIL. — Parecía querés patear lo que se le pusiera enfrente.

— ¿Esa chica habla de Ulises verdad.? — Me interesó su despreció hacía el.

— Si, es la que le gritó que tiene aserrín en el cerebro. — Respondió Casandra.

— ¿En qué estás pensando.? — Preguntó Berenice

— Estoy pensado convertir a un patito feo en un cisne. — Sonreí y me acerque a la chica — Hola. Seguro ya me conoces pero igual me presentaré. Soy Sol.

— ¿Y.? — Preguntó desinteresada. Con ella no creó que funcione la hipocresía. Mejor voy al punto de está conversación.

— ¿De verdad odias a Ulises.?

— No tengo tiempo para contestar preguntas tontas. — Caminó un poco.

— Necesitó que salgas con Ulises.

— Yo no saldría con el ni por qué me pagarás, permiso. — Yo creo que si.

— Te daré 50 mil pesos.

— Te dije que no saldría con el ni por qué me pagarás.— Se fue, ella en verdad no tiene interés en el, más que perfecto.

— Creo que encontraste a alguien que se resiste a sus encantos. — Casandra estaba pensando lo mismo que yo.

— Y fue más fácil de lo que pensé. — Célebre mi futuro triunfo. Ulises va pagar muy caro lo que me hizo, sólo debo retocar a esa chica, parece que no es tan fea, necesita cambios urgentes, pero seguro quedará digna. Tiene que ser así.

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