Un lugar alegre.

El mesero llegó a nuestra mesa con todo lo ordenado, Rodrigo y yo rompemos conexión de miradas y un silencio incómodo se apoderó del ambiente.

Cuando esté se machó Rodrigo comenta con desdén- Este no es el lugar, ni el momento adecuado - con un mal mirar y sin siquiera pestañear toma de un sorbo el café, arruga su entrecejo para luego darle una fulminante mirada a su madre.

Arrugo mis cejas dejando en evidencia mi incomodidad y molestia, por el evidente suspenso que ambos se traen, él din duda se estaba haciendo de rogar o eran ideas mías, cuál fuera la respuesta su actitud no me agradaba, empecé a comer por solo impulso mis postres para así intentar calmarme o llenar mi boca, era la única manera que encontré para evitar ser grosera con unos completos desconocidos.

-Cariño crees que otro día podrías ir a mi casa, queda muy alejada pero es hermosa te va a encantar, se llama la mansión Wilson, así la nombró mi difunto esposo, es el sitio apropiado, donde perteneces y serás bien recibida - comenta de manera pausada la amable doctora toma mi mano y me dedica una mirada suplicante.

Siento algo de pesar en sus palabras cuando menciona a su difunto esposo, pero el resto de lo que dijo no pude tomarlo enserió, ya que no le entendí, intento responderle pero Rodrigo me interrumpe.

- Madre eso no está decidido aún- Comento muy molesto dando a entender que su madre necesitaba callar, su madre enarca una ceja y lo observa con evidente desacuerdo.

- Claro que está decidido, jade solo tiene que pensarlo, pero yo ya siento que es casi un echo, eres bienvenida cariño- Responde la doctora quitándole autoridad a su hijo.

- No lo permitiré ella es una simple.. mujer - Respondió rechinando sus dientes en esa última palabra, Rodrigo se levanta, pero antes me lanza una mirada fuerte, cargada de desprecio y muchas cosas que me son imposibles de comprender, camina y solo me quedo paralizada viendo su espalda cuando se marcha.

No entiendo nada de lo que acaba de suceder porque razón discutían ¿Acaso fue por mi culpa?, ni siquiera deseaba aceptar la invitación a esa casa, tengo la necesidad de estar lejos de Rodrigo, no soporto sus incomprensibles ataques de mal humor, con solo dos veces que lo e visto me queda claro que no necesito ese tipo de personas en mi vida.

-Lamento que tengas que escuchar sus insolencias, mi hijo es muy difícil de entender - comenta la amable doctora con evidente vergüenza, hizo una pequeña pausa tomo el último sorbo de su café y continuo.

- Querida hay cosas que no sabes y necesitamos explicarte, pero como Rodrigo comento, no es el lugar indicado, una vez que vayas a la mansión te aseguro que él te contará todo - arrugo mis cejas por la confusión que me causa sus palabras, que más da donde me dice lo que tenga que decir que tiene que ver el lugar, ¿que tan malo puede ser?

- Cada vez los entiendo menos, que misterio se traen - Le digo a la doctora Clara y ella solo me sonríe.

- Lo entenderás ya verás, solo no tarde en ir de acuerdo, serás bienvenida no tomes tan a pecho la actitud de mi hijo, llámame cuando me necesites no importa la hora solo llámame - Comenta la doctora dándome un abrazo y dejando un sonoro beso en mi mejilla, se levanta y se marcha con la misma rapidez que su hijo, dejando todas mis dudas en el aire.

Quedo en la mesa, pensativa por unos minutos y a la vez tratando de terminar los deliciosos dulces, que con cada bocado mi mente viaja a lo poco que recuerdo, forzandome y pensando en las dudas y el ahora sobre la rara conversación que recién tuve, en lo que será de mi futuro, ¿Por dónde comenzar?.

Cuando logré terminar de comer intente pagar pero ya habían cancelado la cuenta, de seguro uno de ellos; Me dirigí a la resección y pedí el favor que me llamaran un taxi.

En cuanto llega el taxi subo en él sin saber a dónde iría pero con pena y un atisbo de desconfianza me atrevo a consultar con el hombre mayor que se encuentra al bolante.

- ¿hay un sitio alegre y agradable dónde se pueda comer delicioso y conocer personas?

El señor mayor me sonríe, por breves segundos se queda pensativo y responde.

- Si señorita, hay dos cafés bar que están muy de moda entre los jóvenes de su edad, sirven buena comida y bebidas, también tiene buen ambiente para bailar si es de su agrado, con gusto la llevo.

Lo miré por un segundo aún sentía desconfianza por mi accidente pero debía atreverme y continuar mi vida, estoy segura que esos lugares son ideales para conocer personas, así que con la poca seguridad que tengo simplemente me arriesgo.

- Bien gracias, lléveme al mejor de ellos, es decir el más decente ¿ustedes me entiende?- el hombre con una mirada amable asiente con su cabeza.

Nos pusimos en marcha; A los cinco minutos ya habíamos llegado al sitio y efectivamente quedaba bastante cerca del hotel y eso simple hecho me agrado.

Era un sitio muy natural hecho en madera pero la decoración a simple vista elegante y limpia, resaltaba en los muchos locales que se encontraban alrededor.

El espacio ambientado con fuerte música y una gran cantidad de personas bailan, de un lado había una barra y alrededor mesas elegantes, con sillones de colores fuertes y llamativos.

Justo en él medio varias personas moviéndose al ritmo de la música, aún era temprano apenas el sol tiene intención de marcharse y cae la noche, por la hora y el ambiente me pareció un sitio muy vivo y a juzgar por los rostros de todos, sin duda es alegré.

Justo lo que necesito para comenzar a olvidar mi depresión aunque sea por minutos; No había mesas libres así que mientras esperaba un haciento cómodo o más cerca de la pista de baile, tomo asiento en la barra y observo a mi alrededor por lo que noto que todos reían y bailaban, muchos con parejas, otros en grupos de amigos, mientras que yo doy pena y pesar, estoy sola ese hecho me sigue atormentando.

Ver a todos en compañía y tan felices comienza a no hacerme bien, pero mi propósito es hacer amigos así que este lugar lo siento adecuado y aunque tenga miedo a que no funcione, me quedaré todo el tiempo que sea necesario, debo intentarlo.