Capítulo 11

Luc sostuvo fuerte mi mano y me sonrió de manera tranquilizante mirando su hermosa sonrisa mi visión se volvió borrosa hasta que me desmaye....

Escuchaba unos gritos y me desperté algo aturdida, Luc me tenía en brazos y se veía bastante preocupado; en cuanto noto que recupere mi conciencia me bajó de sus brazos y acomodo en mi silla

-¿Estas bien Dasha?

-Si, creo que no he comido bien hoy

-Has estado adelgazando de mas y eso te ha hecho ver mayor, debes alimentarte bien; te lo digo no solo como doctor si no como tú amigo.

-Luc -Zia estaba más pálida de lo normal- ¿Seguro que no debe ir a un hospital?

-No tranquila, estoy seguro que es por su falta de alimento.

Como algo pero unas náuseas se apoderaron de mi, aun así no eran lo suficientemente fuertes para mí fortuna logre controlarlas; mire a la mesa de al lado y vi a Alek dándole comida a Victoria en la boca se veían tan felices, el ver él padre de mi hijo hizo que me dieran náuseas aún más fuertes.

Tan fuertes que ya no eran tan controlables, me disculpe con los de la mesa e informe a Luc que iría un momento al baño; pase por la mesa de Alek pero no determine a ninguno de los presentes, vomite absolutamente todo y cuando volvía a mi mesa Sara me saludo desde su mesa.

-Dasha ¡Querida! -su hipocresía era excesiva- ¿Te encuentras bien?

-Si señora, gracias por preocuparse

-Claro que me preocupo, trabajaste para mi hace tanto tiempo -captando la atención de todos en su mesa sonrió inocentemente- es que esta chica limpiaba mi casa

-Si, señora si me disculpa me retiro

-Esta bien cariño, y cuídate. Quien te viera tan mal diría que estas embarazada

-Seguro es de su acompañante -Victoria como siempre- que se ve algo mayor para ti

-Si mi hijo tuviera un padre -mire fijamente a Alek quien tenía su vista puesta en mi vientre el cual protegía con mis manos, como si cada palabra que ellas dijeran le hiciera daño- solo sería uno

Victoria enrojeció de cólera junto a Sara, en cuanto Alek solo miró fijamente mi vientre y su mirada destilaba nostalgia; esta vez no cambió a su mirada gélida no, se quedó así hasta que me retire.

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-Dasha, tengo que decirte algo...

-Dime Luc -habíamos estado bailando ya hacía un tiempo y de verdad no quería parar- ¿Por que te veo preocupado?

-Dasha mañana a las 12:00pm sale mi vuelo para Italia, y si quisieras venir conmigo....

-No iré contigo Luc, aquí está mi vida y mis amigas

-Estar aquí te está matando, mírate cada día estás más delgada mujer.

-Me compondré poco a poco...

-Aun así Dasha, si en el último minuto decides ir conmigo; tengo un boleto de avión para ti

-Esta bien....

Pararon la música y fuimos a tomar asiento en nuestra mesa, vi a alguien tomar el micrófono y subir a la tarima; lo reconocí enseguida era mi profesor el abogado Morozov, también hermano de mi otro profesor de ingeniería electrónica. Eran dos gemelos muy peculiares pues al parecer no se soportaban mucho el uno al otro.

-Silencio por favor -Morozov utilizó su imponente voz para que todos inmediatamente frenarán sus conversaciones- pediremos a los más destacados de cada carrera den un pequeño discurso

Maldición, nadie había informado de esto y era obvio que yo tendría que dar un discurso y en donde carajos iba a dejar el miedo ahora; me gusta prepararme para cada ocasión, todos pasaron y al final escucho mi nombre

-Ahora, escucharemos a la señorita Dasha Volkanova; quien se destacó impecablemente en cada semestre en derecho y ingeniería electrónica

Subí y cada paso que daba me hacía temblar el alma, al subir suspiré hondo antes de tomar el micrófono; centre mi mirada en mis amigas pues Luc ya no estaba, se había ido hacia unos instantes por una emergencia en el hospital.

-Quiero iniciar dando gracias a mis docentes, a le director de la universidad quien me concedió una beca no sólo a mi si no igual a mis amigas; yo no pertenezco a una universidad prestigiosa. Pero siempre quise estar en una y pese a no tener nada me esforcé para llegar aquí, mi lección hoy para ustedes es que; si se esfuerzan lo suficiente lograrán lo que desean en todos los aspectos de la vida.

Sonaron aplausos por doquier y pase tras el telón para llegar a la salida de la tarima, en un segundo siento como me estampan contra la pared y tapan mi boca evitando que pueda emitir sonido alguno

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