Pelea sencilla.

Ya teniendo mi mente más clara, puse toda mi atención en los imbéciles que tenía en frente. 

Sabía que si me rodeaban tendría un momento difícil, así que fui el primero en atacar. Rápidamente corrí hacia el que se veía más idiota, una elección un tanto difícil dado que todos parecían tener solo dos neuronas funcionales.

-Je, pequeña mosca, ¿te equivocaste de opononte?

El grandulon vió venir mi acercamiento y trató de partirme la cabeza con su palo de madera. Algo que esperaba.

-¿Pero qué?

El grandulon exclamó aturdido al ver que lo único que golpeó fue el aire.

Justo antes del impacto me impulsé con rapidez hacia la derecha, logrando esquivar por los pelos y acto seguido pegué un salto y al tipo que tenia a su lado, le inserté un rodillazo de lleno en su fea cara.

-¡Kuagh!

El tipo pegó un quejido mientras su naríz destrozada sangraba a mares. Ni siquiera supo lo que lo golpeó y asi de simple cayó al suelo sin volver a levantarse. 

-Bien, va uno. Faltan nueve. -Declaré con una sonrisa altiva. 

-Qu... ¡¿Qué acaba de pasar?!

El grandulon de antes estaba confundido, le costaba entender que solo fue un puto señuelo. No fue sino hasta que uno tuvo que explicárselo, que su foco finalmente se encendió, causando que su cara se volviera completamente roja de rabia. 

-¡¡Maldita mierdecilla!!

Fuera de si, gritó encolerizado y comenzó a perseguirme. Jajaja, pero que retrasado. Mientras me perseguía de un lado a otro, balanceando el tubo como un loco, ocasionó que los demás no pudieran acercarse, y los que intentaban algo eran accidentalmente golpeados por su palo y seguido me encargaba de rematarlos con un preciso golpe y patada a la barbilla o la entrepierna. 

-Ja, ¿eso es todo lo que tienes?

-Uf, uf. ¡Deja de escapar como un cobarde y pelea!

Cansado de perseguirme, trató de atraerme con una provocación barata.

-Hmph, ¿lo dice el cobarde que trajo a otros para enfrentarme? Pero bien, ya que solo quedas tú, te daré el gusto.

-¿Huh?

El grandulon se giró a los lados y quedó desconcertado al ver a su grupo inconsciente o gimiendo con demasiado dolor para moverse. 

-Kugh, ¿cuándo es que tú...?

-Yo? Jajaja, no me des todo el crédito. Después de todo, me ayudaste deshaciendote de la mayor parte. 

Honestamente me había sorprendido lo bien que salieron las cosas. Ya estaba acostumbrado a luchar contra tipos más grandes y numerosos, pero por lo general provocarlos no siempre funcionaba y tenía que usar otras cartas bajo mi manga. 

Fue agradable no tener que esforzarme tanto y más con el pésimo viaje que tuve. Realmente fue una suerte que me tocara un cabeza hueca. 

-¡Aargh! ¡Te destruiré!

El grandulon rugió y embistió como una bestia, aun mas loco que antes. Un poco exagerado a mi parecer. No debía ser la primera vez que lo trataban como tonto, ya debería estar acostumbrado. De todas formas, que estuviera cegado por la ira me beneficiaba. 

Sus ataques se volvieron predecibles y los esquivé con facilidad. También ayudaba que estuviera cansado luego de mi pequeña travesura del gato y el ratón. Jeje, simplemente estaba jugando con el pobre bastardo, sin embargo, esto ya se había alargado demasiado y era hora de terminar. 

-Suficiente. (¡Crack!)

-¡¿Cómo?!

Con gran precisión y fuerza tiré un Jab y destrocé su palo por la mitad. 

El grandulon quedó anonadado y antes de que pudiera reaccionar me acerqué, posicionándome debajo suyo y con toda mi fuerza le inserté un gancho en la barbilla al estilo de cierto juego de pelea, que aunque no era igual de impresionante, logré levantarlo cinco centímetros en el aire.

-¡¡Kuagh!!

El grandulon pegó un quejido y sus pies volvieron al suelo, no obstante, pronto comenzó a tambalearse con una expresión desorientada y luego de lanzar un golpe a la nada, finalmente cayó como el resto. 

-Hmph. Game over, perras.

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