capítulo 18- la verdad

Elisa seguía esperando en la puerta, pero Clhóe no salía, además de que no escucha nada, fue entonces que Farid se acerca.

- ¿sigues aquí? Escuche de los otros que sigues culpando a Clhóe.

- por supuesto, ella debió usar su arma antes de que pasará algo.

- ¿y tú porque no usaste la tuya? Se supone que la lanza es un arma sagrada...

- bueno yo...

- no culpes a los demás de tus errores. Además ya lo se todo.

Al escuchar eso, Elisa trata de correr pero Farid le sostiene la mano y toca la puerta avisando que era él, cuando le permiten pasar, Jasha estaba mirando por la ventana y Clhóe sentada en la orilla de la cama

- ¿es en serio? Ustedes...

- ¿que quieres Farid? ¿Y ella?

Farid tira del brazo de Elisa y la hace caer ante la cama quedando a los pies de Clhóe.

- es una farsa, la verdadera enviada del templo es otra persona.

Jasha voltea sorprendido mirando a Elisa que permanece en el piso pasmada ante las palabras de Farid.

- ¿dices que esta tipa nos engaño? ¿Quien carajos eres?

Clhóe se puso de pié parecía bastante molesta. Elisa apretaba las manos sobre el piso.

- nos engañaste...¿mi hermano te envió?

- no, no es así alteza...yo si soy del templo y mi lugar de origen es el norte.

- ¿entonces porque mentiste? ¿Donde esta la persona enviada por el templo?

Elisa no quería hablar pero veía como Jasha la observa con decepción, para Jasha había comenzado a ser una buena amiga, aunque al ir conociéndola mejor igual comenzó a decepcionarse, pero nunca creyó que ella fuese una farsa.

- señorita Elisa ¿quien es? Como pudo engañarnos, si no es espía de mi hermano entonces hable...

- y-yo...yo solo quería ser útil...me enteré de todo cuando escuché a la gran sacerdotisa hablar de la rebelión...quería demostrarle a su alteza que yo soy fuerte y puedo ayudarlo.

- ¿por qué? No creo que nos hayamos conocido antes...

- pero yo si lo conocía...mi padre es el ministro, conde Haim...quería demostrar que puedo ser útil para usted alteza.

- debiste decir quien eras y no debiste cometer ninguna imprudencia. Pude haber muerto en lugar de solo ser herido.

- lo lamento...pero no solo es mi culpa, ella también debió usar su arma desde antes

- ¡no! Tu hiciste algo sin esperar una orden, en un campo de batalla no se demuestra que eres el mejor que otros, se demuestra que eres capaz de trabajar en equipo para ganar. Has lo que te han dicho, vete, regresa al templo.

- no alteza, por favor, no me eche, yo mejorare y cuidare de usted...

Elisa se arrastro hasta la orilla de la cama, pero Jasha permanece firme en sus palabras.

- ya has hecho suficiente, debido a esta herida la rebelión se verá restrasada porque debo aprender a vivir ahora en esta condición.

Señala su propio rostro, si bien no perdió los dos ojos, no es lo mismo que tener los dos sanos.

- espera, si se va no sabemos que haría por despecho. Que se quede, pero bajo vigilancia y no puede entrar en esta zona de la mansión.

Habla Clhóe, pues si ha estado molesta porque no podía captar la atención de Jasha, no se sabe que podría hacer si se fuese echada de la mansión.

- la señorita Clhóe tiene razón...

- alteza...le juro que haré lo posible para ayudarlo.

- saquenla de aquí...

Farid la sujeta del brazo para ponerla de pié, pero justo cuando va de salida la voz de Clhóe le detiene.

- espera Farid. ¿Que hay de la verdadera enviada del templo?

- parece que la chica le dio una ubicación equivocada, pero ya hemos enviado por ella.

- ¿ella viene? Déjenme ir...por favor...

Elisa sabe de quien se trata y sabe que cuando sepa lo que hizo no se detendrá hasta castigarla por completo.

- ¡hum! No te irás hasta que ella te vea.

Farid la arrastra hasta una habitación y le encierra ahí, dejando a dos guardias. Mientras que Clhóe se había quedado con Jasha.

- ella te agradaba, lamento que nos haya engañado.

- al principio me agrado, pero su forma de ser comenzaba a ser una molestia.

Sobre todo porque la escuchaba hablar mal de Clhóe y eso a Jasha le molesta. Tres días después con Jasha ya sintiéndose mejor, salió a caminar encontrando a Clhóe quien terminaba con el entrenamiento matutino.

- veo que ya te sientes mejor.

- sigo chocando a ratos, pero me estoy adaptando.

Aunque Jasha muestre una sonrisa, Clhóe sabe que es probable que este afectado aún por lo sucedido.

- práctica moviendote por todo el lugar, cuando te hayas acostumbrado continuaremos con nuestro entrenamiento.

- señorita, no necesita sentir lástima por mí, sigamos entrenando.

Clhóe le pisa el pié por las palabras de Jasha.

- no lo hago por lástima. Si te tuviera lástima no te dejaría pelear.

- lo de la otra noche...

- tampoco lo hice por lastima. Ten más confianza en ti mismo. Nada a caminar.

Clhóe le empuja un poco para que se vaya, necesita acostumbrarse a su nueva condición.

- maldita sea el día que ese se acerco. Tch! Debería dejarla ciega.

Aunque Elisa en realidad si sea del templo, la hace dudar, así que no puede dejarla ir fácilmente menos cuando mencionó ser del Norte, si su padre es un ministro, nunca se sabe si de verdad esta de lado de Jasha.

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