Perdóname madre.

Lyan trabajaba como sirvienta cuando era una niña junto con su madre en una casa de unos nobles asociados con la realeza.

Lyan soportaba ver como numerosas veces su madre era maltratada por sus superiores y seguidamente era maltratada por su esposo(el padre de lyan) un hombre perteneciente a la guardia real celoso e impulsivo.

Cuando llegaba a casa maltrataba a su esposa e hija hasta el punto de dejarlas casi inconscientes, lyan ante esta situación solamente busco como alternativa observar a escondidas los entrenamientos de su padre y intentar aprender de él para un día defenderse de sus maltratos y defender a su madre.

Con el paso del tiempo lyan aprendió como defenderse y seguía trabajando duro junto con su madre en la casa de los nobles mientras que su padre a pesar de estar asociado con la realeza nunca aportaba algo de dinero a su hogar.

Un día de tantos el maltrato fue más grave, había sangre recorriendo por el cuerpo de la joven madre y su hija, lyan cansada de ello tomó un cuchillo y se lanzó hacia su padre a quien le provocó una cortadura en la cara, pero no lo mató.

Provocando su odio, creyendo ambas que todo quedaria hasta ahí pero no fue así.

Un día que salían de limpiar con normalidad y entraban a su humilde hogar fueron sorprendidas por los nobles a los que le servían y varios guardias reales.

Los nobles acusaban a lyan de haber Hurtado joyas de la residencia de los nobles y debía ser pagado con escafismo, entre los guardias se encontraba el padre de lyan quien sonreía enormemente.

Lyan aun siendo una niña comprendió quien era el que la estaba entregando a morir por venganza.

La madre de lyan tomó a su hija en sus brazos y salió corriendo entre los montes, escuchándose solo el sonido de los caballos y el de la tierra húmeda.

Escúchame lyan debes correr sin ver atrás.

¡Pe- pero madre!

Lyan..no olvides que tu madre siempre te amo y perdóname por no haberte echo feliz como lo merecías, pero te daré una oportunidad de ser feliz por ti misma.

¡Ahora corre!

Lyan con lagrima en los ojos comenzó a correr sin ver atrás o al menos eso intento, luego de recorrer unos metro voltio y vio como su madre le entregaba una sonrisa mientras lágrimas caían en sus ojos y seguidamente era tirada al suelo por los guardias reales.

Perdóname por ser débil...pensó aquella niña mientras su mente se desvanecía al ver como desaparecía la silueta de su madre que era llevada por los guardias.

Lyan en ese momento tenía 12 años, pero toda felicidad que un niño podría sentir a causa de su inocencia, desapareció.

Pasaron los días y camino sin rumbo por las calles de los pueblos hasta que una multitud la atrajo.

Era su madre acompañada de su esposo que estaban a punto de ser llevados al agua en unos cajones para iniciar su tortura.

Tal parece alguien más había delatado a su padre de que fue el enrealidad quien había robado las joyas pero para que no liberaran a su esposa mintió que ella le había sido infiel con numerosos hombres, a pesar de que la mujer se negó los demás creyeron las las palabras del ladrón.

Lyan solo observaba como a la mujer que para ella era su única familia seria sometida a uno de los peores castigos existentes.

En su cobardía salió corriendo de la multitud, regresando por la noche, encontrándose con la escena de sus padres jadeando de dolor, se habían iniciado a formar larvas con demasiada rapidez en sus cuerpos.

Lyan pensó en asercarse para salvar a su madre pero ellos estaban siendo custodiados por guardias y solo se quedó con los gritos grabados de la mujer que le dio la vida.

Lyan fue diariamente todas las noches a grabarse en la memoria el sufrimiento de su madre, convenciendose a si misma que todo era su culpa, en el camino recogía comida de el suelo o que ya se encontraban en mal estado, provocándole vómitos y aún más debilidad que solo por el echo de no alimentarse.

Siguio cada día observando como su madre ya casi no existía y cuando intentaba expulsar un sonido por su boca eran larvas y gusanos las que salían en cambio, hasta que en el día 12 finalmente falleció. Fue quemada sin derecho a un santo entierro.

Lyan solo logró observar lo último que quedaba, tomo unas piedras y cuando los guardias se retiraron las colocó donde alguna vez estuvo el cajón de su madre, el olor era terrible, pero a lyan no le importo.

Se arrodillo y junto sus manos para pedir por el alma de su madre que siempre fue inocente, se levantó y retiró del lugar aún con más vacíos y culpabilidad en su corazon.

Sonidos de aplausos y gritos sonaron en ese momento en la calle y todos iniciaron a arrodillarse, lyan al observar noto la gran cantidad de guardias reales y en el centro se encontraba el rey Joseph, quien padecía de lepra y por lo tanto estaba completamente cubierto de mantas y una máscara metálica, su futuro ya estaba asegurado, le esperaba la muerte.

Más sin embargo todos seguían dandole sus respetos y devoción como rey, lyan al sentirse irritada quiso alejarse pero fue tomada por dos hombres que estaban detrás de ella, intento defenderse pero se encontraba débil y aún era una niña y solamente cayó desmayada por los esfuerzos.

Cuando despertó estaba atada a una cuerda que la unia a muchos más niños de su edad.

Había sido raptada por traficantes de esclavos quienes los utilizaron para hacer construcciones de madera o piedra, lyan gracias a eso fue tomando fuerzas y también siempre cuando los traficantes se alejaban un poco en las noches practicaba los movimientos que alguna vez vio en su padre.

pasaron 6 años hasta que un día lyan, ya más adulta intentó huir de sus raptores pero le fue imposible ya que la debilidad de su cuerpo seguía siendo aún más mayor que su fuerza y los traficantes eran muchos.

Su intento de huida provocó la ira de los traficantes y estos la vendieron a la arena, donde fue lanzada a pelear con hombres y bestias feroces

Ya siendo alguien con una vida vacía, con el corazón inexistente y con traumas que en cualquier choque explotarian.

Lo único que la mantenía viva era que sentía que para pagar el echo de ser la culpable de la muerte de su madre ella debía sufrir lo mismo o el doble que ella sufrió.

Tu...dime tu nombre

Pero al final no se sabe si esa voz que pregunto su nombre en la arena ese día, será la que provoque el sufrimiento que busca para pagar su culpabilidad o le dará la felicidad que su madre una vez deseo que tuviera.

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