El gran día

Son la ocho y media y ya estoy en la oficina, Laura me ha traído un café mientras ella organiza la sala de juntas, mis nervios están a punto de colazar, pero aquí esta el señor Jaime y el pone el orden indicándome que debo hacer hasta como sentarme y dirigirme durante la reunión.

Llegó la hora y no puedo dar marcha atrás, la reunión se inicia y como me dijo el señor Jaime, atacaron como chulos en el desierto, buscaron de una y otra manera algún motivo para hacerme caer, pero no lo lograron, salí victoriosa de esta primera batalla y tengo via libre para iniciar a realizar mi labor como presidenta, sin que nadie se interponga.

Me dispongo a salir de la oficina y uno de los socios se aproxima a saludarme.

Señorita Sanders, mi padre fue muy amigo del señor Raúl, pero nunca me dijo que tenía una hija tan bella.

Muchas gracias, señor?

Dylan Graham, pero nada de señor dime solo Dylan tenemos creo que la misma edad y espero ser de ayuda en este nuevo cargo.

Muchas gracias Dilan, eres muy amable, si me disculpas tengo algunas cosas por hacer.

Entiendo, pero me gustaría invitarte a salir, a tomarnos un trago quizá.

Muchas gracias, pero no acostumbro beber.

Entonce ste invitó a una cena, está noche te parece.

Veo que eres insistente, acepto entonces.

Tenía tanto trabajo que el tiempo pasó volando y al no estar Laura, ella sale antes para asistir a clase, pierdo la noción de mi horario de salida, mi teléfono suena, es el señor Graham, ni me acordaba de la dichosa cita, y como consiguió mi número.

Señor Graham, buenas noches.

Quedamos en que me dirías Dylan y era para recordarle nuestra cena en cuarenta y cinco minutos estaré pasando por su casa.

¿Casa? Yo aún estoy en la oficina.

Entonces la veré en la oficina.

Yo y mi cabezota, no puedo ir con lo mismo que me vio en la mañana, ahora entiendo la insistencia por tener de todo un poco aquí y la función de una ducha en la oficina, no tenía mucho tiempo así que tomé lo que pensé que mejor se me vería, mi maquillaje suave, no puedo verme como una chiquita inocente en este mundo de leones, le envié una foto a mi asesor y se quedó sorprendido.

😲 Quedaste divina, creo que has sido mi mejor alumna, recuerda cero alcohol y nunca descuides lo que consumes.

Así lo haré, gracias por tu ayuda.

Aroon era mi asesor principal, estaría disponible 24/7 para lo que yo necesitaré.

Bajo y en la entrada está Dylan Graham, se ve apuesto es alto, con un cuerpo de ensueño, las chicas del primer piso botan la baba por él es el CEO de Inversiones Graham, su padre y el mío fueron socios no solo en este sino en varios negocios más.

Señorita Sanders, es usted hermosa.

El beso en la mejilla me sorprendió, pensé que un saludo de mano sería suficiente.

Muchas gracias, señor g, digo Dylan.

Espero que llegues a verme como alguien en quien puedas confiar, tus barreras son altas

Llegamos a un restaurante muy elegante rodeado un agua, un sitio muy acogedor, desde que llegamos ha saludado a cada chica que pasa cerca de nosotros, todas botan la baba por él, haciendo que el tipo se sienta un dios, el adonis del lugar, minutos después de estar ahí se nos acercó una chica, bastante atractiva, al parecer modelo.

Dylan, que bueno verte, hace rato no me visitas, una nueva conquista, tal vez.

Sabrina que gusto me da verte, te presento a la nueva presidenta del grupo Sanders.

Opa esta vez te has ido por lo alto, dejaste de correr detrás de modelos y ahora vas por jóvenes ejecutivas.

Señorita mucho cuidado este don Juan no le es fiel a ninguna.

Tranquila que no estoy interesada en ser incluida en su lista, no está en mis planes.

Eso me gusta eres una chica con buen juicio.

Sabrina mejor vete de una vez.

Me recuerdas tu nombre.

Lucía Sanders.

Lucía te dejo mi tarjeta, me caes bien, creo que podemos ser buenas amigas.

Gracias Sabrina.

El resto de la cena estuvo bien, un par de chicas inoportunas a las que preferí ignorar, era mi primera vez en un sitio así y era mejor disfrutar del momento, ya que la compañía era bastante deseada.

Puedes sentirte halagada, estás acompañada de uno de los hombres más deseados por las mujeres de la ciudad.

En serio, lo tendré en cuenta, ahora si me disculpas desearía regresar a casa, mañana tengo otro largo día.

Espera pensé que tú y yo podíamos terminar esta velada no sé dé una forma más, tú me entiendes un poco más relajada.

Señor Graham, muchas gracias por la invitación, pero no acostumbro a pasar la noche en la cama de los hijos de los socios de mi padre, que tenga una feliz noche y no se preocupe yo pago la cuenta.

Le pedí a uno de los hombres que me cuidan y que hasta ahora no había tomado la molestia de conocer que me llevara a mi casa, fue un alivio saber que tenía como salir de ahí un sitio muy exclusivo y demasiado elegante.

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