Capítulo 7 Recuerdos

Yoshiro

Estaba perdido en las sensaciones que su cuerpo me provocaba, ignorando todo que no fuera él. Porque ya estaban aquí otra bola de estudiantes, buscando al chico que cobraba, pero al no verlo, se retiran. Ellos no saben lo que está pasando y es que su amigo está recibiendo placer de un vampiro. Poco a poco su cuerpo comenzó a sacudirse debajo de mí dándome a entender que estaba en su límite, por lo que subí el ritmo de mi mano y cadera, había extrañado tanto esto, la conexión era nuestra solamente.

Termine dentro de él justo después de que él lo hiciera, sujetándolo con fuerza para evitar que se cayera y riendo ante su pregunta.

—Te dejaré por ahora, nos veremos más tarde, no olvides mis medicinas.

Susurró una última vez contra su oído antes de salir de él y en un chasquido vestirlo para desaparecer de su vista.

Este tipo de trucos son muy fáciles para mí. Los obtuve cuando cumplí 200 años y siempre fue práctico cuando terminaba de hacerle el amor a mi pareja, lo vestía y en segundos estaba aturdido, en su casa y con su familia. He de admitir que poco me gustaba dejarlo así, quería que se quedara conmigo, sin embargo, en esos tiempos yo tenía muchísimos enemigos que siempre buscaban la ocasión para pelear y matar todo lo que me gustaba. Por esas razones, no podía tener la vida pasada de Makoto en mi poder.

Que tiempos.

Makoto

Esto era lo más random y extraño que me había pasado. El vampiro me usó, disfrutó de mí y me vistió con un chasquido, se evaporó en un humo negro que fue desapareciendo de poco en poco. Me miré, tenía puesta mi ropa, pero aún tenía la sensación de sus manos en mi cuerpo, suspiré ganando control y comencé a recoger el desastre. Vaya que de verdad nadie nos vio, apenas repararon en mí. Apenas si revisé las cámaras de seguridad y en ningún momento se vio a Yoshiro, solo a mí, pero hubo una estática y de repente ya no estaba nadie. No sé cómo lo hizo, ya que las televisiones de ahora no funcionan así, pero le agradezco por cubrir esa parte, sería vergonzoso que alguien me grabara teniendo sexo con un desconocido. Momentos después. Mi compañero llegó y supuse que me regañaría.

—Makoto, con que aquí estabas. ¿No te pedí que cuidaras la caja registradora? —reprendió cuando se acercó a mí a comprobar las cuentas—. Conoces las reglas, si hay algún faltante, vas a pagarlo con tu sueldo del mes.

—Lo lamento, tuve que ir al baño.

—Pero yo acabo de venir del baño y no estabas…

—No fui a este, sabes que no me gusta.

Mi compañero tenía más dudas, pero estábamos ocupados, ya que llegaron muchos estudiantes de un salón de clase, hoy no tenían clase. De hecho, eran los mismos de hace un momento, dando quejas de porque no estaba. Me disculpé nuevamente y comencé a cobrarles. Aunque estaba entretenido, trabajando y terminando unas tareas, no sabía por qué me sentía abandonado, me sentía triste, no entendía por qué. Ahora tenía que llevar sus medicinas saliendo de la universidad y eso me puso feliz. ¿Feliz? ¿Por qué? Él se divirtió conmigo aquí en mi lugar de trabajo y no escuchó para nada mis suplicas, bien, haré mi trabajo, pero no iré yo. En esos momentos dije que esto no volvería a pasar y lo cumpliré. Lo siento, señor Yoshiro, pero ahora tendrá que buscarse a alguien más para pasar el rato.

Más tarde, salí de clases y me refugié en mi jardín favorito de este pueblo, siempre tenía las mejores flores, desde flor de cerezo hasta kiku, existen muchas flores en Japón, pero por siempre, las sakura es mi favorita. Yo las cuidaba y fertilizaba, me costó un poco, pero ahora es un paraíso. Nadie conoce la ubicación, siempre vengo cuando no hay casi nadie en la calle, de esa manera se mantiene oculto, en buen estado y muy privado. Llamé por teléfono a mi jefe, me reclamó por mi ausencia, pero le he dicho que estoy enfermo, no tengo ganas de ir. Sabe del pedido de ese hombre, así que enviará al chico nuevo o lo hará él. Aquí no me podrá encontrar.

Yoshiro

Llegué contento a casa después de lo que sucedió en la tienda, sintiéndome renovado y levemente saciado de mi hambre. No podía sacarlo de mi mente ni borrar ninguna de las escenas de ese momento, lo había extrañado más de lo que pensaba, me gustaría que al menos él lograra recordar algo de nosotros, pero por el momento no parecía tener indicios de sus vidas pasadas, espero que no tarde como la última vez. Depende de la persona, de la capacidad de su mente, existió una vida pasada de Makoto, se llamaba Damián y él era increíblemente inteligente, en cuanto me vio, supo que era un vampiro y que venía por él. Días después, no necesité secuestrarlo, pues él vino a mí, listo para ser mi amante. Murió a los 45 años debido a una guerra en donde él participó y no hace falta recordar el suplicio que pasé al tratar de revivirlo, nada sirvió y solamente debía esperar su nueva versión. Y entonces llegó Dorian, tan elegante como Damián, sin embargo, apenas si lograba ser como él, pues ninguna reencarnación de Makoto, me hizo enloquecer a tal grado. Negué evitando recordar lo triste que fue no volver a verlo, pero sabía que volvería a la vida dentro de unos años. Ahora disfrutamos de la paz y libertad, es extraño que alguien muera en guerras. Instintivamente, revisé un viejo diario, en el cual solía escribir detalles de cada vida de Makoto y sonreí cuando me acordé de mi querido amigo Adrián. “Es extraño leer el diario de otra persona, que realmente es de otra persona” siempre nos reímos cuando toco el tema. No ha sido posible ir a visitarlo a Suiza, en donde disfruta de una vida normal-vampírica, junto a su sexi esposa, la cual fue convertida por él. Siempre deseé tener lo mismo que él, pero creo que Makoto no está listo para compartir su vida conmigo, por toda la eternidad.