Recuerdas la promesa

Todo esto hubiera logrado darse si tan solo alguien no lo hubiera visto en su predicción. Si tan solo esa persona no lo hubiera impedido para lograr sus planes, esa confesión de dos corazones que se han amado por tantos años se hubiera logrado con éxito.

Unas horas antes de la batalla Melissa recibió una carta, en el sobre tenía un estampado de corazones por lo que Sebastián y Kattina no sospecharon nada sobre quién lo había mandado. Creyeron que se trataba de algún pretendiente de su hija.

Cuando Melissa recibió el sobre, lo leyó en su habitación. Frunció el ceño con enojo y confusión a la vez.

Enojo por lo que decía la carta, pero confusión por saber quién se lo había mandado. No era la primera vez que esa persona le mandaba cartas con algunas informaciones.

Durante todo el torneo no podía dejar de pensar en lo de la carta, miraba de vez en cuando la expresión de preocupación y admiración de Sofía al ver a Leo pelear.

- Sofi, ¿recuerdas nuestra promesa?

Sus palabras llamaron la atención de Sofía, antes de que ella pudiera responder algo Melissa ya la estaba jalando lejos de ahí para que nadie las pudiera escuchar. Ya que aunque susurraran todos eran vampiros y podían escucharlas claramente si hablaban ahí donde estaban los asientos.

Al llegar a uno de los sanitarios que estaban al fondo del lugar, Melissa soltó la mano de Sofía antes de girar a verla.

- ¿Recuerdas cuál fue nuestra promesa cuando tenías 10 años y yo 9 años?

Sofía sintió un escalofrío por todo su cuerpo al escuchar la mención de esa promesa.

En ese momento cuando ella tenía 10 años, no pensaba en algún romance. Nunca pasó por su mente que llegaría a amar por tantos años a alguien.

El sentimiento que tenía hacia Leo era de primo por ser hijo de uno de los mejores amigos de su padre, pero nunca llegó a imaginarse que sus sentimientos cambiarían rotundamente mientras crecían.

Por eso fue que sin pensarlo ni un segundo, hizo esa promesa con Melissa. Después de tantos años creyó que a ella se le había olvidado pero no fue así.

Ahora que lo piensa detenidamente... se dió cuenta que esa promesa fue absurda y tonta.

Sus labios temblaron mientras se obligaba a hablar, trató de controlar lo que sentía en ese momento pero sus nervios la traicionaron haciendo que su voz sonara algo temblorosa.

- sí... lo recuerdo - murmuró.

Melissa soltó el pesado aire que guardaba en su pecho.

- me alegro que lo recuerdes - hizo pausa al bajar la mirada.

- me gusta Leo, lo sabes desde hace años. También me he dado cuenta de que te gusta él aunque no lo hayas dicho. Agradezco que hayas respetado nuestra promesa a pesar de que él te guste.

Sofía sintió un fuerte golpe en su pecho al escuchar esas palabras. Sabía a lo que Melissa se refería con recordarle lo que sentía por Leo y sobre la promesa.

Cuando hicieron la promesa fue un día en el que todos jugaban a esconderse, Sofía se había caído mientras jugaba y Leo corrió a verla. Entre todos ellos dos eran más unidos por llevarse poca diferencia de meses. Además sus padres eran más cercanos y prácticamente ellos crecieron juntos.

Se querían como si fueran hermanos, cuando Leo llevó a Sofía adentro para que trataran sus heridas, mientras él salió un momento, Melissa se quedó a solas con Sofía. Fue ahí donde Melissa tuvo la idea de esa promesa.

Estaba llorando y le confesó a Sofía que le gustaba Leo. En ese momento Sofía lo tomó como una confesión de juego, eran niñas y no era posible que te gustara un niño a esa edad tan temprana.

Melissa le dijo a Sofía que cuando fuera grande se haría novia de Leo. Sofía la escuchó con calma y le dijo que estaba bien si ella lo cumplía, que ella estaba dispuesta a apoyarlos ya que Leo era como su hermano.

Pero Melissa no se quedó tan contenta con esa respuesta por lo que le hizo una propuesta. Dónde Sofía como su mejor amiga la ayudaría a conquistarlo, como acercandolos más o hablándole algunas cosas sobre ella para que Leo se interesara.

Sofía sin dudarlo se lo prometió, no podía negarse a la petición de su mejor amiga. Después Melissa manchó su dedo con la sangre que Sofía tenía en la rodilla y le dijo a Sofía que hiciera lo mismo. Sofía la obedeció, con sus dedos pulgares manchados con sangre hicieron un juramento donde ellas prometían ser siempre mejores amigas y qué pasará lo que pasará siempre se apoyarían una a la otra y nunca se pelearían. Ahí también entraba lo de apoyarse mutuamente cuando a una le gustara alguien. Es decir que si a Sofía le gustaba un chico, Melissa la apoyaría para conquistarlo y viceversa.

Sofía bajó la cabeza mientras se contenía las ganas de llorar. Esto significaba que tenía que renunciar a Leo, se llamó tonta varias veces en su cabeza por haber hecho esa promesa.

Se llamó mil veces estúpida por no impedir la atracción que comenzó a sentir por Leo años después de esa promesa. Cuando esos sentimientos fueron cambiando ella recordó esa promesa pero creyó que era algún juego de niñas, prácticamente cuando hizo la promesa ella pensaba como niña y no como mujer.

No creyó que Melissa fuera en serio con su promesa, además esos sentimientos de amor hacia Leo fue algo que ya no pudo detener y simplemente fue tomando más fuerza día con día, lo que la cegó de la realidad y la llevó a olvidarse completamente de aquella promesa de niñas ingenuas.

¿Pero quién había llevado a Melissa a pensar en esas cosas?

Sofía siendo un año mayor que ella ni siquiera pasaba por su cabeza la idea de gustarle un niño, y ¿Cómo Melissa podría tener una mente tan abierta hasta el punto de pensar en esa promesa?

Todo tenía su explicación era que la persona que le dió esas ideas a Melissa fue la misma quién le mandó la carta en la actualidad, la misma que había visto lo que pasaría después del torneo, lo que Leo le diría a Sofía y lo que pasaría después de la confesión de ambos.

Las preguntas que tal vez rondan en sus cabezas sean...

¿Quién será esa persona? Y ¿Cuál es su propósito al ayudar a Melissa a juntarse con Leo? O ¿Cuál será relamente el plan que tiene preparado?

- Meli, yo no quiero seguir esa promesa. Lamento haber fallado y haber roto la promesa pero no puedo seguir con esto, ahora que sabes que me gusta Leo... ya no lo quiero callar más, dame la oportunidad de confesarle lo que siento y... que sea él quién decida, por favor - murmuró entre los dientes, con unas lágrimas rodando por sus mejillas.

- ¡no puedo permitirlo! - gritó con los puños cerrados.

- fue una promesa de sangre, si rompes esa promesa significa que también estás rompiendo a nuestra promesa de ser mejores amigas. Si lo haces... - hizo pausa al derramar unas lágrimas.

- sí lo haces no volveremos a ser amigas, seremos rivales para siempre, nunca te lo perdonaré si rompes la promesa - terminó de decir al secarse con enojo las lágrimas de sus ojos.

Sofía retrocedió involuntariamente al escuchar las últimas palabras de su mejor amiga, la que era casi como una hermana para ella.

Melissa se dió la vuelta, antes de dar el primer paso para irse volvió a hablar.

- depende de ti elegir la decisión, solo recuerda que no es justo lo que hiciste, me gustó Leo más antes que a ti. Tú sabías que me gustaba y aún así decidiste amarlo.

- su tu decisión es romper la promesa, esta será la última vez que nos veamos cómo amigas, pero si eliges conservar nuestra promesa... te estaré esperando con un fuerte abrazo de agradecimiento.

Después de decir lo último, se fue dejando a Sofía ahí sola.

Al quedarse sola, Sofía se dejó caer al suelo mientras lloraba sin poder detenerse. ¿Que tenía que elegir?

Estaba entre la espada y la pared, entre el amor que sentía por Leo y por el otro lado su amistad con su mejor amiga Melissa.

Definitivamente no se sentía bien, Melissa tenía razón. No era justo que ella pensara solo por ella misma, pues Melissa había dicho mucho más antes que le gustaba Leo.

Esperó unos minutos para tranquilizarse, después salió para decirle a su padre Cristian que tenía algo urgente que atender y que se iría a casa primero.

Cristian la notó rara ya que ella solía ser muy alegre y en ese momento la miraba apagada, por más que le preguntó Sofía solo respondió que simplemente estaba cansada y necesitaba irse a atender algo que había surgido.

Cuando la batalla terminó, como ya se había dicho. Leo ganó y todos se acercaron a felicitarlo, se extrañó al no ver a Sofía ahí.

- tío ¿y Sofía?

- tuvo algo urgente que hacer, pero me dijo que confiaba en que tú ganarías - mencionó Cristian al levantar el dedo pulgar.

Leo sonrió al saber una vez más que Sofía confiaba en él. Moría de ganas por ir a verla y contarle lo que sentía.

Se fueron al castillo para prepararse para la noche, harían una fiesta donde anunciarían legalmente al ganador y el único heredero a recibir el trono. Tambíen asistirían los encargados de cuidar la fuente del poder, quiénes serían los encargados de dar una fecha para que Leo asista a esa fuente y tarde los cinco años dichos en el reglamento.

Cuando llegó la hora de la fiesta, todos los invitados comenzaron a llegar y felicitaban a Leo al entrar.

Él Llevaba puesto un saco rojo vino con camisa blanca por dentro, chaleco cafés y su pantalón negro.

Cuando Cristian entró también felicitó una vez más a su sobrino por haber ganado.

- mi sobrino es el mejor, no por nada es mi sobrino favorito - mencionó al abrazarlo.

- pero siempre le dices lo mismo a Axel, ya decídete en quién es el favorito - habló Lorena al delatarlo.

Leo se rió mientras que Cristian soltó una pequeña sonrisa tímida y avergonzado por ser quemado por su esposa.

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*Ay chicas, se que me van a odiar en este capítulo por haberlas ilusionado en el capítulo anterior 😶. Les dejo foto del traje que anda puesto Leo*

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