Dominio.

Eric y Wes

— Tengo la certeza dé que ella nos va a querer hacer algo, piensa que soy pobre, que tiene mayor dominio ante nosotros.

— ¿Qué es lo que quieres hacer?.

— Sé que su papá está esperando cerrar algunos tratos multimillonarios con algunas empresas extranjeras.

— ¿y qué con eso?.

—Si me lo permites voy a traer esas empresas hacia nosotros, las eh estado investigando y son muy buenas y benéficas para nosotros.

— Bien, hazte cargo. Tengo mucha confianza en ti, así que son todas tuyas.

— Gracias. Sé que esto me va a llevar un poco de tiempo, pero nada que no pueda hacer. Con esto los voy a dejar bajo mi dominio.

—¿Sabes que cuando se entere de que las empresas The Golden les robo esos tratos tu identidad estará expuesta?.

—Si, lo sé, pero por Clara estoy dispuesto a correr el riesgo.

— Si así lo quieres.

— Tú sabes que no me avergüenzo de nuestro apellido, es solo que no quería atraer a la gente equivocada!!.

— Si, te comprendo. Ahora vamos tu madre nos está esperando con la cena lista.

— Si, já, já, já te da miedo hacerla enojar.

— No, es solo que... bueno si es que tu madre es una fiera cuando se enoja.

— Dios papá le tienes miedo a una mujer que apenas y llega al metro y medio.

—Ja, aja, ja ríete ahora, pero cuando te cases lo comprenderás.

— Si tú lo dices. —Miro a mi padre divertido.—Bien vamos.

Llegamos al comedor.

— ¿Ustedes dos por que tardaron tanto?.— Dijo mi madre en tono autoritario.

— Estábamos hablando de unos negocios, solo eso.— Le contesto mi padre antes de que nos siguiera regañando.

— Ah que bien, por ti hijo así ya te vas integrando en los asuntos de la empresa.

— Sí, es lo mismo que yo le dije.

— Gracias mamá.

— De nada cariño. ¿Y a ti Lia que te sucede?.

— Eh... No nada mamá.

— Estás rara, sé que te sucede algo.

— Solo es cansancio, nada más.

Terminamos de cenar y cada cual se fue a su habitación, desde la mía podía escuchar a Lia llorar, así que fui a ver que es lo que le pasaba.— Toc...toc.—Golpee, pero nadie contestaba.— Lia ábreme por favor!!.

—Quiero estar sola Eric!.

— Lia por favor abre.— Volvi a insistir.

—Bien... ¿Qué?.

—¿Por qué estás así Lia, que sucedió?.—Cuando abrió la puerta tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar. Me acerqué y la abracé.

— Solo abrázame, y sierra la boca.—Así lo hice, ella es mi hermanita, tenemos una conexión irrompible. —Lo hago todo mal Eric, ¿Si nuestros padres supieran lo que hice?. Me matarían... Estoy segura!!.

—Pero. ¿Qué es eso tan grave, dime?.

— No, no puedo, lo siento.

— Está bien, recuerda que siempre estaré par ti, en todo.

—Lo, sé gracias.— Se aferró más a mí.—Te quiero mucho Eric.

— Y yo a ti pequeña.

Lia se separó de mí y prácticamente me sacó de su habitación.—Hasta mañana.

— Adiós.—Volví a mi habitación preocupado por ella, No sé porque estaba así, pero la apoyaré en lo que pueda.

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