capitulo 2. Connor Farrel

Hace un mes que llevo de amistad con Daya y me ha parecido una mujer muy interesante, y como les dije me agrada porque compartíamos el mismo gusto por la lectura.

Nunca había ido a un centro nocturno y no tenía idea de como ir vestida, por suerte mi madre me ayudó a escoger algo de ropa linda, no muy llamativa ni muy pomposa.

Espero que mi atuendo no sea muy ridículo, una vez que llegamos, me presento con sus amigos, ¿qué hago en medio de extraños? reían y charlaban entre ellos, no entendía lo que decían pero algo bueno quizá no!

Me sentía incómoda y Dalia supo notarlo.

Daya... ¿que sucede querida? ¿No te estas divirtiendo?

Brenda.... Me siento incómoda, creo que es mejor que me vaya a casa!

Daya.... ¿te parece si vamos al tocador y te relajas un poco?

Brenda.... ok, quizá después me sienta bien.

Volvimos del tocador, y me sorprendió que hayan ordenado dos margaritas, claro una para mí y la otra para Dalia.

Brenda... Lo siento, yo no bebo.

Daya.. Siempre hay una primera vez, una vez que la pruebas pides más y más, anda prueba un poco.

Y así lo hice, me lo tomé de un solo, para ser la primera vez que lo pruebo me sabía muy deliciosa, claro ardía un poco, pero después paso como agua.

Con dos copas me empecé a sentir algo mareada por lo que me fui al baño a ver si con frotarme agua en la cara me pasaba, pero no sé ni en que momento llegué a una habitación .

Brenda... ¿Donde estoy? esta no es mi habitación, hay me duele todo.

- ¿Como llegué aquí?

Connor... Hasta que al fin la princesa despierta, dime ¿cuánto será por tus servicios?

Brenda.... ¿Servicios? aaaaaaaa que me hiciste. - le dije entre llanto al verme desnuda en aquella cama.

Connor... No te hagas la inocente, todas son iguales después de disfrutar y pasar la noche bien atendidas, pero mira que soy considerado contigo y te voy a dar una buena propina.

Brenda... maldito desgraciado, arruinaste mi vida. - lloro desconsolada.

Connor... ¿No me hagas reír, deberías estar agradecida que alguien como yo se haya atrevido a tocarte y hacerte sentir mujer, solo mírate, crees que alguien en su sano juicio estría con una mujer como tú, sin gracia?

Brenda... eres un poco hombre, yo no necesitó nada de ti ni de tu maldito y asqueroso dinero.

Salí de allí hecha un mar de lágrimas, puesta la única ropa que tenía encima, nada más mi sudadera que cubría hasta los muslos de mis piernas, descalza camine por las calles bajo la mirada de las personas, la vergüenza que sentía era poco para la vergüenza y humillación que me hizo ese tipo.

La lluvia empezó a caer y el frío empezó a calar mis huesos, no quería ir a mi hogar porque sabía que sería blanco de interrogaciones, por lo que fui a la biblioteca al fin y al cabo soy la única que atiende allí, nadie me haría ningún tipo de preguntas.

Con el poco dinero que tenía en mi trabajo compré algo de ropa, debía idear alguna escusa a mi madre y así evitar la vergüenza de ser juzgada.

De mi supuesta amiga no volví a saber, sino hasta dos semanas después de aquella humillación que desgracio mi vida.

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Connor Farrel.

Me llamo Connor Farrel, soy el arquitecto más famoso de España, tengo 28 años y he crecido junto a mí imperio, tengo distintas sucursales en diferentes ciudades así como en diferentes estados como en el país de Polonia en Torun, donde tengo una pequeña empresa reconocida a nivel del país, hasta hoy no habido mujer que me interese como esposa, yo solo las veo como muñecas para satisfacer mis deseos, soy el tipo de hombre que toda mujer quiere tener todos los días en su cama, ¡y que mujer no se me reíste!, tengo un cuerpo perfecto bien formido gracias a mis horas en el gimnasio, mis ojos verdes y me cabello castaño como el chocolate, con una definición perfecta.

No creo en las casualidades ni en el destino peor en el amor, para mi eso está sobre evaluado una pérdida de tiempo, por eso prefiero el placer de una sola noche y con quien yo quiera.

Hace días que llegue Torun, debía supervisar el trabajo, claro tengo al mejor personal y sobre todo al mejor líder en arquitectura, Filip Campbell mi mano derecha en esta ciudad.

Después de un intenso trabajo, quería relajarme, así que me fui al club donde frecuentaba en busca de la mejor diversión que pueda tener esta noche, mientras observaba a mi próxima víctima, vi a una muchacha con lentes, y la verdad me dio gracia, verla con esa ropa tan anticuada, ¿Cómo una mujer puede vestir así? Será mejor que no me fije en ella.

Después de ver a puras muñecas para pasar esta noche, le pedí al mesero que me tenga lista la habitación de siempre, y me envíe a la mejor muñeca del lugar, al rato entra en mi habitación, que claro la luz está apagada, y yo como todo un lobo hambriento me apodere de ella, sin darle tiempo a resistir, la hice mía toda la noche y en diferentes posiciones, al principio pensé que era una novata por la forma de besar y por su apretado interior, lo que me tocó usar un poco de fuerza para entrar, pero después se encendió y termino cediendo a cualquier posición, era una salvaje completa.

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