Capitulo 1. Esta soy yo.

...Hola mis hermosas, aquí sigo con una historia más, espero que sea de su agrado, ya que estará muy emocionante, estoy atenta a cualquier sugerencia e inquietud, abrazos fraternos. 😘😘...

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Hola me llamo Brenda Campbell, tengo 21 años, soy bajita de 1.65 mis ojos son como el chocolate mi cabello como mis ojos, pero ondulado mi piel pálida como el papel, no soy una mujer modelo, pero no me quejo de mi cuerpo, me encanta leer libros, trabajo en una librería, uso lentes, ya que tengo un cierto grado de miopía.

Estoy casi al final de mi ciclo universitario, me especializo como Licenciada en Lenguas y Literatura lo que más me apasiona, mis padres siempre me apoyan en mis decisiones, claro que no les agrado que quiera dedicarme mi vida entera en la literatura, ellos querían que estudie medicina, pero no es mi pasión, así que respetaron mi decisión, tengo un hermano de 28 años, él es arquitecto por lo que trabaja en una compañía de alta categoría, la primera del país se podría decir, es soltero y quien financia mis estudios.

Mi trabajo solo me alcanza para mis necesidades básicas, no somos adinerados ni tampoco pretendemos serlo, solo somos una familia de clase normal que vive en un modesto barrio de la magnífica Polonia - Torun la más famosa ciudad gracias a la historia que precisamente no es mía sino de Nicolás Copérnico.

Se preguntarán por qué mi historia no empieza con la típica temática de que amanecí desnuda en una habitación, y es porque aún no conozco a la mujer que dirá ser mi amiga, pero que únicamente lo hace por una maldita apuesta, y ¿quieren saber cuál fue?

Les cuento un poco mi gran historia, pues como dije antes no me quejo de mi cuerpo y tampoco me quejo de mi apariencia, desde muy niña me gustaba usar ropa olgada, ya que así no me sentía tan incómoda por lo muy delgada que era, poco después de terminar la primaria mi amor por la lectura fue intensificando, pero había un pequeño detalle, no podía ver las letras muy lejos, siempre me inclinaba muy bien para poder leerlas mejor, al tiempo empecé a usar mis lentes, y fue ahí donde me pusieron el gran apodo la nerda pecosa, bueno no tenía pecas, pero era común llamar así gracias a que en esa época salió a estrenos esa famosa novela colombiana BETTY LA FEA, si la vieron me entenderán.

Al poco tiempo debía corregirme mi placa dental por lo que debía utilizar brackest y así pase a ser La Betty la Fea, ahora tenía dos apodos y vaya por donde vaya recibía burlas constantes.

Cuando al fin me gradué con honores hicieron la fiesta de graduación, obvio yo no asistí gracias a que nunca me llego mi invitación, lo cual agradezco y mucho, no quería seguir siendo el blando de toda la escuela.

El primer año de universidad también fui el blanco de muchos, ya que algunos de mis excompañeros de la escuela también estaban ahí, y para mí mala suerte debía cruzar por el salón de ellos para poder llegar al mío.

En el tercer año, empecé a trabajar medio tiempo en esta biblioteca donde me pierdo en el paraíso encantado de la literatura, mis días libres la paso aquí todo el día, y en mis días de universidad solo vengo en las tardes hasta las 8 pm que es cuando cierro el lugar.

Hace dos meses atrás empezo a venir una chica, mmmm como podría explicarles, es algo diferente, sus ropas es algo extraña, viste de negro y se maquilla de negro, tiene un lunar muy peculiar en su rostro, lo cambia de posición con cada atuendo, bueno al principio no le ponía importancia, ya que era una clienta más, frecuentaba el lugar muy seguido y empezó a entablar una charla, donde según yo compartíamos interés en la lectura pero claro con diferentes gustos en la manera de vestir.

Nuestra amistad fue creciendo, según yo era una buena amiga, claro esta que era mi primer amiga, ya que nunca tuve amistades y tampoco me interesaba tenerla hasta ese momento, su nombre era Daya, eso es todo lo que supe, ya que no hablaba mucho acerca de su vida ni de alguien cercano a ella y yo no era una persona que me guste meterme en la vida de los demás, me conformaba con saber que era mi amiga, bueno eso yo lo creía.

Daya... ¡Anda di que si! Muero porque me acompañes.

Brenda... ¡No, además no nunca he ido a esos lugares, no si ni como son!

Daya... siempre hay una premerà vez, solo acompáñame si, dime que si.

Como no negarme antes esos ojitos de cachorro.

Branda... está bien, pero si me siento incómoda, me regreso a casa ok..

Daya... sii gracias, te prometo que no te vas a arrepentir, será una noche como ninguna.

Si alguien me hubiera dicho que esa noche mi vida iba a volverse miserable, hubiese cavado un hoyo y me enterraba ahí mismo.

Esta soy yo.

Daya, mi supuesta amiga.

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