¡Un nuevo comienzo!(parte2)

William

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...Me senté en la cama viendo la lámpara de araña antigua que colgaba de mi techo. Hace una hora que dejé a Abbi y a Mary en la habitación de huéspedes. No dijo mucho en el camino, en cambio, Lui no dejaba de susurrar mierdas en el oído de la americana. Diría que era algo tierno, pero la verdad, me daba asco. Era demasiada miel para venir de Lui. Me senté para tomar un poco del chocolate caliente que habíamos pedido. Estaba delicioso, dulce y espumoso. Tal y como nos gustaba.

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...Lui estaba sentado viendo a la ventana. Estaba lloviendo como era costumbre. Agradecía tanto no ser de esos locos que odiaba la lluvia, razón por la que no me molestaba vivir en este lugar. Julio, se supone que julio es mes de calor y no de lluvia.

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...—¿Entonces? —pregunté a Lui—. Dos días más para disfrutar a Mary, después, ¿regresarás con Abbi?

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...Necesitaba preguntarlo, no quería regresar a las discusiones y cederle el espacio a mi amigo. Suficiente había tenido peleándome con Connor por una estúpida mentira de Ash. Sin mencionar la cantidad de porquerías que dijo Lessa. Esa mujer era imposible. Me estaba arrepintiendo de mis palabras, pensé que las gemelas y Abbi eran lo peor, pero me equivocaba. Lo peor de lo peor era Lessa.

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...—No, para nada. Nunca tuve la oportunidad de hablarte de eso, pero… Bueno, sabemos que Abbi te pertenece desde años atrás, Will. Todos lo sabíamos, ¿crees que no los veíamos en los recesos bajo la mesa? Siempre la quisiste. ¿Por qué no simplemente lo admites y empiezas a vivir tu maldita vida?

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...—¿Bajo la mesa? —quizá si mentía nadie creería que era verdad—. No sé de qué hablas.

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...—Sí, claro. Sigue negándolo, pero soy tu maldito mejor amigo y sé perfectamente que la… —se quedó callado unos minutos. Me giré para verlo con la mano en la boca, corriendo en dirección al baño. Fui detrás de él, sabía lo que estaba pasando. ¡Mierda! No otra vez, por favor, no otra vez.

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...—Vamos, tranquilo, sácalo todo —dije sobando su espalda. Estaba pálido como el papel.

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...—¡Pero qué mierda! Pásame el papel, hermano, antes de que me manche todo.

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...Desenrollé un poco de papel higiénico y se lo di para que limpiara su boca. Lo observé a los ojos, los tenía llorosos. No sabía si era por la presión al vomitar, o porque odiaba estar así, sintiéndose débil. Estaba seguro de que era la segunda opción. Esto era demasiado duro. Me senté a su lado conteniendo el nudo que se formaba en mi garganta.

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...—Dime una cosa, Will —estaba sudando, temblando y con los ojos perdidos—. ¿Por qué le temes tanto a ser feliz? Abbi podría sorprenderte si le dieras la oportunidad. ¿Cuál es el miedo?

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...No dije nada. No respondí. Mi miedo era ser como mi padre, sencillo como eso. Tenía miedo de tener que casarme con alguien a quien no amaba y vivir esa vida miserable. Muchas veces me sentía como si mi complemento fuera Abbi, como si no pudiera respirar si no la tenía al lado. En otras ocasiones, sentía que mi vida dependía de Ameli. Casi nunca lo pensaba, pero cada vez que ella mandaba un mensaje mi mundo caía en picada al suelo. Esto es tan difícil explicar.

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...—Como quieras. No me respondas nada, solo piénsalo. Eso sí —me señaló —. Si le dices a mi madre que volví a sacar el estómago por la boca te mato. De ese modo nadie va a vivir por el otro. ¿Está claro?

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...—No digas cosas como esas, sabes que es un límite que no voy a permitir que rompas.

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...—Son las medicinas, son demasiado fuertes, pero ya pronto estaré bien. No voy a abandonarte y lo sabes Will, te va a tocar aguantarme un largo tiempo. ¿Entendiste?

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...¿Entenderlo? No. Jamás entendería cómo alguien tan fuerte como era Lui estaba siendo acabado por una enfermedad que no podíamos parar. Muchas veces pensaba que Lui era el que necesitaba de mí cuando en realidad yo era él que necesitaba de él. Era mi otro hermano, la persona más apegada a mí. No podía perderlo.

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...Pasó una semana, una larga semana. Los siguientes dos días en los que Abbi se quedó en casa fueron raros, Lui no salía de la mansión Hamilton porque aquí es donde estaba Mary. Cada vez lo veía más entusiasmado con ella. No le duró mucho la emoción, ya que ella abandonó el país hace cuatro días. Pensé que iba a tener que consolar a Lui por su partida, pero no. Él estaba como si nada hubiera pasado.

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...—La disfruté lo que tuve que disfrutarla, ya se acabó, por lo que no voy a romperme la cara por esto. Sabíamos que era algo… temporal —decía Lui.

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...Le creía cada palabra, no podía enamorarse de la noche a la mañana de una mortal, si no lo había logrado ninguna de la élite, menos ella. Suspiré viendo la televisión. A mi lado estaba Abbi, dormida como un angelito. Se veía tierna.

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...Decidimos hacer un trato en estos días, pasaríamos tiempo como amigos, nada más que amigos. En los que intentaríamos formar un vínculo. Lui insistía en que estábamos conectados, yo insistía en que no era cierto. Es imposible hacer un lazo cuando lo único que se hace es pelear, es absurdo.

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...Toda esta semana la pasamos como dos extraños, apenas si hablábamos y cuando lo hacíamos solo discutíamos sobre el color de los muebles, la distribución en las habitaciones del apartamento, el color de las paredes y la mujer se negaba a dejarme tener un puto cuarto de juegos.

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...¿Qué tanto le costaba?

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...De ese modo no la molestaría tanto. Me la pasaría ahí metido sin que nos tuviéramos que ver, era así de sencillo. El cariño y las ganas de estar juntos eran inevitables, pero cada vez las peleas eran más fuertes. No iban a parar, nunca íbamos a ceder. Esto se estaba volviendo eterno. ¿Cómo iba a admitir que la quería? Si cada vez que intentábamos entablar una conversación alguno decía un comentario sarcástico, una broma o algún mal comentario y todo se desmoronaba.

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...Una mañana incluso había sugerido salir a caminar, estaba lloviendo y Abbi se negaba a tomar una sombrilla para no mojarse. Le dije que si se mojaba se podría saltar la ducha. Siguió negándose hasta que me cansé de sus quejas. —Sí, bueno. Tampoco eres de azúcar Abbi. Levanta tu culo del sillón y ven a caminar conmigo. ¿O acaso te pesa tanto el culo que no puedes pararte del sillón?

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...La vi fruncir el ceño y supe que no me había captado la broma.

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...—Sabes qué, Will —dijo poniéndose de pie—. Quizá lo único que no quiero es caminar al lado tuyo, si quieres salir a dar una vuelta al puto jardín, pues sal a dar un paseo. Solo no me estés molestando la existencia. Y sí, mi culo es demasiado pesado para salir —se levantó caminando de regreso a su habitación. Mi instinto masculino reaccionó antes que mi parte racional. Tomándola de la cintura la levanté en mi hombro. Salí corriendo de la casa directo a la lluvia.

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...Las gotas de lluvia nos mojaban exageradamente. Abbi gritaba mi nombre y reía al mismo tiempo, no estaba molesta por estar bajo la lluvia, lo estaba disfrutando. Mi otra parte no racional hizo que le pegara una pequeña nalgada. Dejé mi mano más de lo necesario en la curva de su trasero, uno perfecto y redondo que quería tocar todo el tiempo. Caminé a la fuente antigua que estaba en medio del jardín. Subiéndome a la orilla respiré antes de dejarnos caer dentro espantando todos los peces naranjas que estaban dentro.

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...No dejábamos de reír por el arrebato, me acerqué a ella tomándole la cara completamente mojada. Me acerqué a sus labios y sin pensarlo, la besé. Por arte de magia, Abbi respondió al beso, profundizándolo, haciéndolo real. Eso fue tres días atrás, desde entonces no había vuelto a besarla y eso me estaba volviendo loco.

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...Abbi se removió en mi cama. Mañana sería el gran día que nos mudaríamos al apartamento. Para la maldita suerte, era en el edificio de la élite. Todas las parejas pasan por una etapa de convivencia, antes de casarse y poder tomar un grado político. Se supone que eso pasa cuando estás a punto de dar el paso mayor, no cuando estabas teniendo todos los malditos problemas de NO SOPORTAR A TU PROMETIDA. Ahora iba a tener que vivir con ella. ¡Qué pesadilla! Vivir con una mujer. ¡UNA MUJER! Esto sería largo, muy largo.

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...—Me voy —dijo Abbi levantándose rascándose los ojos—. Es tarde y mañana aún tengo que pasar a casa por las últimas cosas.

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...Se inclinó dándome un beso en los labios, uno rápido. Abbi abrió mucho los ojos dándose cuenta de lo que estaba haciendo. Claro, Abbi, eso pasa cuando estás dormida. Se pone tierna y dulce.

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...—Ay, mierda. Lo siento, no quería… Ammm, bueno no estaba pensando.

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...—¿Qué pasa, pequeña, no admites que me deseas? Vamos, no tienes que hacerte la dormida para que te bese, solo tienes que pedirlo —dije con un tono de burla en la voz. Sí, claro, estábamos a punto de caer en las bromas.

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...—Vete a la mierda, Will. No estoy de humor para tus cosas —se puso de pie bajándose la playera que cargaba de pijama. Un día le pondría seda. Si iba a tener que dormir con ella. Al menos esperaba a que fuera más fina que una playera de algodón....

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