Cena de disculpa: Atraída y acorralada (Parte 2)

Sin duda algo había cambiado; tenía en mente ser alabada y vista de la mejor forma ante alguien, pero no sabía con exactitud que era en sí. Lo único era que Teo lo notará. Lo percibía.

Ya había terminado de limpiar y todavía había tiempo de sobra. Había planeado empezar cocinar como a las seis de la tarde, me tomaría algo de tiempo acoplarme a la receta, no era muy difícil de preparar pero no quería tener contratiempo.

Me fui al sofá un poco agitada; dentro de pocas horas Teo estaría aquí; estaríamos cenando juntos, no tenía idea de cómo reaccionar ante la presencia de él,

Era un problema, no saber qué decir para no tener un ambiente lleno de incomodidad. Estoy hecho un caos en mi mente.

Me empiezo a sentir ansiosa y nerviosa, no sé qué vestir para el momento, y por un segundo me siento como si fuera a tener una cita amorosa.

, es una tontería imaginar tal cosa. Los nervios invadían mi mente.

Ya quiero que llegué la noche, no por querer verlo, al contrario para que se acabará lo más antes posible. En mi interior me decía que no debería cruzar mi límite; ese límite de no relacionarme de más ante los demás.

Encendí la TV y busqué una película o lo que fuera para matar el tiempo y no divagar más sobre el tema de la cena.

***

Luego de un buen rato sentada y viendo televisión, estire los brazos hacia arriba por lo rígido de mi cuerpo. Ya son a las seis de tarde en punto. Apagué la TV y me fui directo a la cocina. Me coloque mi delantal y coloque los ingredientes en la mesilla.

No quiero tener contratiempo durante la cocción. Sería la primera vez en usar el horno. Estaba preocupada que se convirtiera en un desastre.

– Bien, a empezar. – me concentre únicamente en lo que iba hacer.

…

Al fin había terminado con la preparación, había colocado las verduras y el pollo en el horno. Son alas 7:10 de la noche.

Solo esperar veinte minutos para sacarlo del horno. Mientras tanto lavaré los utensilios sucios y limpiar la mesilla que estaba manchada por la salsa.

, dije por dentro, mirando preocupada ante el horno. No lo había utilizado así que solo era cuestión de suerte para ver como estaría.

Transcurrieron los minutos y apagué el horno.

Estaba muy caliente y se esparcia un aroma delicioso. Suspire a ver que se encontraba perfecto. Al dente.

Lo coloque en la parrilla de la estufa y me quite el delantel.

El momento se acerca. Solo unos minutos más para las ocho de la noche y ya quería oprimir mis nervios que estaban a punto de brotar de nuevo.

Camine a mi habitación para buscar un conjunto de ropa, nada revelador. Opté por una blusa manga larga y unos jeans a mi gusto ni tan apretado y ni tan suelto.

Fui directo al baño para ducharme.

…

Ya estoy lista, con el cabello medio suelto, un poco húmedo. Mi cara luce sin pizca de maquillaje. Natural como siempre.

Me vi en el espejo, una pequeña sonrisa se dibujo en mí, y no entendía esa reacción.

Bueno…

Son a las 8:20 de la noche y Teo no aparece aún. Odio admitir que estoy impaciente y la molestia se estaba haciendo presente en mi interior.

– Inpuntal. – era claro que se tomaba su tiempo, ¿Por qué tarda? O podría ser que él no vendría o peor aún…¿me había jugado una broma el día de ayer?