—Mi padre se dio cuenta de que los balances no estaban cuadrando, había más gastos que ganancias y eso jamás podía pasar. Desde hace años, mi padre siempre hizo las cosas bien. No dudó que cambió todo porque… sus amigos metieron a sus hijos para trabajar ahí. Y esos hijos de puta… fueron los que engañaron a mi padre.
Johana secó una lágrima que escapaba de sus ojos.
—Mi padre les dio libertad, refugio y confianza. Pero estaba equivocado, ellos no eran como sus padres o madres, personas dignas de confianza, ellos eran imbéciles.
Johana miró sus manos de nuevo y luego a Matthew.
—Uno de ellos… me apuñaló en la espalda.
—¿¿Qué??
—Estoy segura de que viste mi cortada en la espalda… así por como tardaste mirándome el trasero aquella noche…
Esa profunda rajada rosa en su espalda. Matthew sintió frío.
—¿Eso hicieron? ¿Cuándo pasó?
—Cuando descubrí el fraude. Los papeles en el escritorio de esos tipos estaban tan a la vista que fue difícil no mirarlos. Yo solo iba a invitarlos a mi fiesta de cumpleaños. Algo dentro de mí, me decía que leyera esos documentos, parecían importantes. Y lo eran. Toda la compañía, el dinero, los socios. Todo eso ya no le pertenecía a mi padre.
—¿Y tu padre firmó eso?
—Debieron confundirlo. Unas noches antes hubo una borrachera en la sala de juntas, debieron hacerlo ahí. Yo estaba en el club campestre. —Ella sonrió por la ironía—. Por supuesto. Los tipos llegaron ahí celebrando, brincando y riendo, uno de ellos me sonrió y alzó su copa como para que brindáramos, aunque estaba lejos yo brindé. ¿Quién iba a decirlo? Esa misma noche le quitaron a mi padre todo por lo que trabajó.
—¿Ahí los encaraste?
—Si, pero al día siguiente. Yo tenía los papeles, había llamado a mi padre y los llevamos a un lugar apartado. Trataron de derribar a mi padre, pero yo lo defendí. Uno de ellos sacó un cuchillo y me cortó la espalda. Por el dolor caí al suelo y ellos recuperaron los papeles. Cuando ellos se fueron de inmediato llamamos a la policía, pero cuando llegaron a aprenderlos, ya era muy tarde, estaban con sus abogados.
—Entonces hicieron válido los documentos.
Johana asintió.
—Todo pasó a manos de ellos. El dinero en el banco, las acciones, las empresas… todo, excepto los ahorros de mi padre, pero solo alcanzó para una cosa.
—Para que huyeras…
—Sí. —Johana finalmente lloró.
El corazón de Matthew palpitó fuertemente. Él miró a Johana como si no la hubiera visto antes, y la urgencia de tocarla, de confortarla y de estar ahí para ella, estaba de vuelta con más fuerza que nunca. Matthew quería hacer algo, cualquier cosa. El lobo dentro de él aullaba por encontrar a esos bastardos y hacerlos pagar. No había forma de ayudarle, no ahora.
—Le pedí que huyéramos juntos, pero solo alcanzaba para un boleto de avión, el resto del dinero solo ayudaría un tiempo para que yo me alimentara al menos un año, mi padre sabía que no me darían trabajo por todo lo que pasó y estuvo en lo correcto. Tardé en entenderlo. Yo quería que fuera conmigo porque el dinero era mucho, pero él se negó. Recogí las cosas más preciadas para mí y me las llevé. La carta de mi padre aún sigue en mis cosas.
Matthew bajó la mirada. Ahora entendía su enojo por comprar sus vestidos a sus espaldas para una estúpida venganza, era por eso que tenía una paranoia sobre arrebatarle su bebé.
—Ahora, tienes todo aquí. ¿Hay algo que necesites? Lo que sea, te lo daré.
—Quiero volver al pasado
—No puedo hacer eso.
Johana entendió. Matthew abrazó a su compañera, besando su cabello, y prometiendo que nunca la dejaría marchar.
***
Johana estaba acostumbrada a no comer. Sus días de indigente pesaron mucho en ella. Ahora no era nuevo que no pudiera comer, pero lo que le molestaba un poco, es que Matthew estaba diferente. No sabía qué pensar. Era su compañera, ¿y resulta que tiene que creer que Matthew va a ser bueno con ella? Se arrepintió de contarle toda la verdad. Odiaba el hecho que Matthew la mirara así o que estuviera siendo amable sólo porque estaba embarazada. Ella estaba viviendo en su casa para atenderlo y ellos no iban a tener sexo por un tiempo, entonces Matthew solo la tenía ahí para saber en dónde estaba su bebé.
—¿Cómo te sientes esta mañana?
Matthew entró llevando la bandeja y poniéndola en la mesita de la cama. Johana se las arregló para sentarse y mirar el desayuno. Tenía que admitir que Matthew sabía cocinar. Comenzó a desayunar sin problemas, era extraño. Antes no comía nada, pero un día Matt le comenzó a hacer las comidas y automáticamente las náuseas pararon.
—Me siento muy bien.
Matt asintió, pero no estaba tranquilo, no si ella continuaba suponiendo que él le quitaría al bebé o sería malo con ambos.
—Johana, sé que todavía no crees en mí, pero no te voy a quitar al bebé. Yo quiero criarlo contigo.
Johana dejó caer el tenedor con fastidio.
—Nosotros tenemos una charla seria, eso no significa que estemos como una pareja normal. Matt, no finjas que todo está bien.
—sí. Nosotros nos hicimos daño el uno al otro —dijo tranquilamente, no deseando pelear con ella—, si yo hubiera sabido que fuiste herida y que traicionaron a tu padre, habría ayudado.
—Para ese entonces no tenías dinero ni poder —respondió Johana—, todo el dinero que gastas era de tu madre y padre.
—Pero habría ayudado.
—¿A qué? Cuando los socios de mi padre, que se supone le eran fieles, supieron que estaba en bancarrota, solo le dieron la espalda, entre ellos estaban tus padres. ¿Crees que no lo supe?
Matthew palideció. Entonces entendió muchas cosas.
—Tus trabajadores no fueron los que traicionaron a mi padre, pero tu familia eran nuestros amigos… pensamos que eran amigos hasta que vinos como nos ignoraron.
Matthew no respondió. Johana ladeó su cabeza.
—¿Qué sucede?
—No puede ser, ahora entiendo —dijo en shock.
—¿Qué cosa?
Matthew se levantó y dio algunas vueltas alrededor de la habitación.
—Es por eso que me quitaron todo mi dinero.
—¿Te quitaron tu dinero? Pero tú…
—Sí, suponías que solo vivía de ellos, pero no. Estuve ahorrando para…
—¿Para qué?
Matthew se ruborizó.
—¡Matthew! —Johana se cubrió la boca—. ¿Te ruborizaste?
—Claro que no.
—No me engañas… ¿Para qué ibas a usar ese dinero?
—Porque te amo.
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Updated 133 Episodes
Comments
Rosa Garcia Rivadeneyra
ay yo también quiero una pareja que me cuide y prepare mi comida
2024-05-14
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Gaddiel Alexis Alvarez Flores
le confesó al fin que la ama era tan difícil caray
2022-06-03
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