Inocente plebeya.
Alondra es una joven de 17 años que vive muy feliz con sus padres, el Sr. Browell se dedica a la venta de distintos artículos, telas, aceites y diversas cosas que con el paso del tiempo a adquirido la valía de manejar.
Su madre se dedicaba a cuidar de ellos, como familia, era una mujer muy bella, amable, y amorosa, ella estaba al pendiente de todo en casa, aunque ya podían contratar ayuda, ella prefería encargarse de casi todo, Amaba consentir a su Esposo y sus hijos, siempre estaba corrigiendo a Alondra por sus comportamientos tan de niña ellos sabían que si los negocios seguían progresando tendrían la oportunidad de mejorar su estatus, tener un título algún día y así que su hija pudiera mejorar su vida.
Alondra era una chica rubia de ojos azules como el mar una piel blanca y un bello cuerpo, aunque no era muy alta apenas llegaba al 1.60, era adorable y cariñosa con todos a su alrededor, sus hermanos eran unos gemelos de 7 años Alina y Andrew eran unos torbellinos les encantaba entrar a la cocina a robar galletas, su madre los regañaba pero ellos dos le hacían unos hermosos ojos de corderito y ella enseguida los perdonaba. Les gustaba correr por el jardín tenían una energía que parecía nunca acabar, ambos niños amaban a sus padres y a su hermana, eran muy cariñosos con alondra.
La joven Alondra, estaba en el jardín cuando llegó Dante su mejor amigo.
-Hola Dante cómo estás pensé que a esta hora estarías trabajando con tu padre, nunca te deja salir de tus obligaciones tan temprano.
-La verdad es que le pedí unas horas para venir a conversar contigo cada vez hay más trabajo y menos tiempo de salir como estás Alondra ponme al día.
La verdad es que alondra y Dante se conocían desde muy niños el siempre la había protegido, ella lo quería mucho al igual que su familia, ya que era un joven amable y trabajador, el padre de Alondra siempre creyó que terminarían juntos, ya que el parecía no tener ojos para otra mujer, el veía que Dante estaba totalmente atolondrado por su hija, solo pensaba que no tenía el valor de confesarse todavía, pues con ella era bastante tímido, pero sólo con Alondra, pues Dante siempre fue fiero con los negocios, el no permitía que nadie se quisiera pasar de listo con su trabajo.
Una mañana Alondra salió a comprar algunas cosas a un pequeño mercado anduvo en algunos puestos y de repente sin notarlo choco contra un joven que estaba de espaldas, el choque le dolió, ya que el joven con el que chocó, era muy alto, parecía como de 1.90 aproximadamente, el no se había movido ni un centímetro, ella alzó la vista y el joven la vio para encontrarse con quién había chocado en ese momento, al verla a los ojos quedó impactado, una pequeña joven con unos ojos azules tan hermosos que lo dejo sin aliento, ella al verlo hacia arriba quedó atónita por el rostro de aquel joven. El muchacho parecía tallado por los mismos Dioses, era alto, tenía un hermoso bronceado claro, un pecho y espalda anchos, sus brazos tocaron a Alondra para detener su inminente caída.
- Hola! Disculpa no te vi!! dijo Alondra.
- Me disculpo con usted se encuentra bien señorita! Disculpe por estorbarle.
Dijo el joven
- Si solo que venía un poco distraída pero estoy bien, no se preocupe.
-Me alegra déjeme ayudarla por favor, hice que tirara sus cosas, si algo se dañó estoy más que dispuesto a pagar por ello, me siento muy apenado.
Alondra siquiera se había dado cuenta que sus bolsas estaban en el suelo el joven amablemente las levanto y se ofreció a cargarlas.
- No es necesario yo puedo cargarlas! Usted ya hizo bastante, no se preocupe.
- No hay ningún problema además yo, insisto, ya me iba así que puedo acompañarla, hasta el lugar a donde se dirigía.
-Está bien gracias, de verdad, es usted muy amable.
El comenzó a caminar cargando las bolsas de Alondra, ella se sentía apenada con el, pues su torpeza hizo que lo golpeara, pero gracias a eso pudo conocerlo, y comenzaron a platicar el estaba muy asombrado, pues la naturalidad de aquella joven al hablar como si fuesen buenos amigos de años, parecía tan extraño, pero eso no le molestó al contrario sintió un cosquilleo en el estómago, charlaron y sin darse cuenta el tiempo pasó muy rápido y el camino también, ellos llegaron a casa de alondra ella le dijo que vivía ahí.
-Esta es mi casa te agradezco mucho por acompañarme, de verdad no era necesario y menos que cargará mis cosas.
- Para mí fue un placer señorita, es lo menos que podía hacer, cuidar el camino de una hermosa joven.
-Alondra,mi nombre es Alondra.
Y se sonrojó por el comentario de el.
Alejandro Sonrió y contesto.
- Tiene usted un hermoso nombre Alondra, es un placer conocerla, y aún que fue en un vergonzoso momento, le pido una disculpa nuevamente, espero poder verla en otra ocasión.
Sin más el joven se despidió y se comenzó a alejar, Alóndra sintió algo extraño nunca se había sentido así como si en su estómago revolotearan mariposas, ella se quedó un momento ahí parada, viendo como el joven se alejaba, el era bastante guapo, tenía un hermoso rostro, luego entro a casa y entrego a su madre las cosas que le había pedido, ya que la señora Browell siempre estaba cuidando a los gemelos, ellos daban bastante guerra, pues eran muy traviesos, pero la casa siempre estaba feliz, pues los niños eran muy ocurrentes, decían y hacían preguntas bastante graciosas.
El joven era muy guapo, ojos verdes, cabello negro, un gran cuerpo musculoso, pues al chocar pudo sentirlo frente a ella. Alondra tenía un poco de vergüenza por no poder dejar de pensar en el, ese joven había llamado su atención como nunca otro lo había hecho, era algo muy extraño, pero le provocaba no poder dejar de sonreir.
Alondra
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Comments
Mari Cuevas
hermosa
2024-04-13
0
Luchy Almiron
buenísima
2023-10-13
2
Zaiduvy Nicole C.
me gusta mucho esta historia
2023-10-08
0