Subasta 2/3

Ikki hace tiempo habia llegado a una resolución, no sabia ni cuando, ni como, pero tenia que darle una lección a su padre, tenia que demostrarle que el no era un desperdicio, que el a pesar de todas las dificultades a las que habia sido sometido podía salir adelante, que no se rendiría y que no terminaría destrozado como el lo deseaba, habia llegado a pensar incluso que si no podía evitar ser comprado, al menos trataría de tener las cosas a su favor, teniendo en cuenta que tal vez solo los poderosos podrían darse el lujo de comprar a una persona, tal vez, solo tal vez podría aprovecharlo, pero ese era solo uno de sus pensamientos, otro que tenia seria tal vez poder escapar de la persona que lo comprara después de ganarse su confianza y así rehacer su vida, claro sin olvidar el objetivo principal de hacer pagar a su padre.

Los días pasaron rápidamente, la última semana Ikki vio mucho movimiento, pero ya no los dejaron salir del pequeño lugar de donde los tenían, sin embargo, a lo lejos se veía el movimiento y el nerviosismo de los gorilas.

Sin embargo a la mañana siguiente se enteraron de lo que estaba pasando, llegaron varios de los gorilas, hicieron que se formaran uno tras otro.

John.- Esta noche se llevará a cabo la subasta, deben vestir esto (Les arroja una bata blanca casi transparente, no muy larga que solamente alcanzaba a cubrir a la altura de su muslo.

Omega 1.-Pe-pero, porque, e-esto es hu-humillante.

Omega 2.- Y-yo, n-no, quiero u-usar eso (comienza a llorar)

Gorila 2.- se lo pondrán y punto, es una orden, no les estoy pidiendo su opinión y el que no quiera ya sabe, la puerta esta muy abierta, pero saldrán con los pies por delante.

Near.- Pe-pero, yo soy beta

John.- eso no importa, siempre podría haber posibilidades para ti, ya sabes podría haber algún alfa que este mal de su cabeza como para preferir a un beta en lugar de un omega, de lo contrario te quedaras aquí, hasta la siguiente subasta.

Ikki sabia que las palabras dichas por ese gorila definitivamente habían herido a Near, ya que precisamente fue él el que lo trajo a este lugar, era obvio que sabía su situación, y el porque estaba aquí.

A todos los chicos los mandaron a darse un baño, según los gorilas para que dieran una muy buena impresión, según sus palabras, la mercancía de esta vez era de la mejor calidad y debían mostrarlo.

El acceso a esta subasta era por obvias razones muy exclusiva, los grandes empresarios sabían de este evento, asi como también las grandes cabezas de las más importantes mafias de la ciudad, asi como también de otras ciudades.

Como era inevitable que se pudieran encontrar algunos grupos enemigos, y para evitarse problemas innecesarios, a este lugar se les pedía que llegaran con un atuendo especial, todos los socios deben ir vestidos de negro, ya sean hombres o mujeres debían usar una capa que incluía una capucha, la cual evitaba revelar más los detalles de su identidad y lo más importante era una máscara para cubrir el rostro, tanto la mascara como la capa, les llegaban a todos junto con la invitación, por lo cual todos se veían exactamente iguales, todos y cada uno de los invitaos llevaba ese estilo, si no cumplía con los requisitos, simplemente eran rechazados y no se les permitía el acceso.

Sin embargo, habia algunas excepciones especiales, solo un círculo de elite, que tenía permitido ingresar a verificar la mercancía antes del inicio del evento y asi con esto, tenían una leve oportunidad sobre los demás, era un beneficio que solo los alfas más poderosos podían obtener, el atuendo de este grupo era ligeramente diferente, la capa negra tenia sutiles diseños en color vino y la máscara era también de ese mismo color.

Después de un corto tiempo todos los omegas ya estaban listos, incluido Ikki, la vista en general era de un grupo de omegas débiles, con ojos llorosos pidiendo a gritos la protección y el cuidado de un alfa, todos estaban esperando en una habitación dentro de la mansión a la cual ninguno de ellos nunca había entrado, esta era grande y muy espaciosa, tenía elegantes asientos, la decoración se veía sumamente costosa, pero ellos tenían prohibido sentarse en cualquier lugar.

Una de las paredes tenia empotrada una gran cortina roja, parecía de terciopelo, y del otro lado de la gran cortina se encontraba un salón más lleno de alfas en su mayoría y uno que otro Omega o Beta influyentes, se escuchaba el leve cuchicheo de sus conversaciones, todos estaban esperando lo mismo… que la subasta comenzara, querían ver la buena mercancía que había llegado esta vez, todos ellos eran clientes asiduos, algunos ya habían comprado algún omega y sabían el funcionamiento del lugar y se veían bastante cómodos, de otros era su primera vez por lo que su actitud demostraba algo de expectativa sobre esta nueva experiencia 5 hombres de negro entraron a la sala en la que se encontraban los alfas, ellos llevaban insignias doradas, que los distinguían como los alfas de elite, eran guiados por algunos de los gorilas de la mansión, pasaron por detrás de la cortina roja y llegaron hasta donde se encontraban los pequeños omegas, a todos los chicos ya los habían instruido en que debían comportarse, de lo contrario no encontrarían buenos compradores, pero la gran mayoría estaba muerta de miedo, comenzaron a sollozar delante de estos hombres, todos, excepto uno.

Uno a uno los hombres fueron inspeccionando la mercancía, podían ver, pero tenían prohibido tocar, eran cerca de 30 chicos afortunada o desafortunadamente ninguno de los hombres se había fijado en Ikki, a pesar de que tenía un bonito rostro y un cuerpo esbelto y delicado, su actitud era muy distante y sus ojos mostraban una mirada fría y sin emociones, además se veía claramente que en todo su cuerpo tenía horribles cicatrices que resaltaban a la vista sobre su piel blanca, producto de años de maltratos, en cambio los otros chicos tenían una mirada dulce y lastimera, ya que recién habían llorado sus ojos cristalizados los hacían ver más deseables, despertando el instinto protector de los alfas que estaban en esa habitación.

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