Comienzo de una pesadilla 2/2

Después de que Ikki se arregló salieron del hospital, no se encontraron a nadie en el camino, como si el hospital estuviera desierto, al llegar al auto Ikki se desconcertó ya que no era el mismo de siempre en el que viajaba su papá, pero aun así subió sin rechistar.

El camino a su casa se hizo más largo de lo normal, dieron muchas vueltas innecesarias, como si alguien los estuviera siguiendo y querían despistarlo, además de que cuando llegaron a su casa entraron por la puerta de servicio, algo que nuevamente tenía desconcertado al joven Ikki, todas las cosas que estaban pasando después de salir del hospital eran realmente acciones muy extrañas.

El pequeño Omega estaba desconcertado, su padre estaba haciendo muchas cosas extrañas, pero el no se atrevía a hablar, de hacerlo estaba seguro de que se llevaría un correctivo, y en su estado actual no estaba seguro de resistir.

Scar.- Kuno, prepara las cosas.

Kuno.- Si amo.

Kuno se veía muy abatido, claro, él ya sabía la resolución que su amo había tomado, se lo habían informado momentos antes de que Ikki fuera dado de alta del hospital.

Scar.- Tu, sígueme al despacho.

Ikki siguió a su padre al despacho, estaba haciendo memoria, pero no había hecho nada que ameritara un correctivo, así que no entendía porque lo estaba llevando al despacho, ya que solo entraba ahí por eso.

Al entrar Scar camino directo al escritorio y se sentó en su silla, estas acciones las realizo de manera mecánica, tan elegante y sin ningún defecto, posteriormente saco un cigarrillo y lo encendió, después de unas cuantas caladas por fin hablo.

Scar.- Desde el día de hoy dejaras de ser un Laimi.

Ikki.- Que… padre… por- porque… que quieres decir, no entiendo.

Scar.- Eres solo un desperdicio, eres un maldito Omega que no me sirve para nada, la familia Laimi no necesita un Omega, asi que a partir de este momento dejas de formar parte de esta familia.

Ikki.- No, eso no puede ser cierto, yo… yo soy un alfa, tú lo sabes, padre, que clase se broma de mal gusto me estás diciendo.

Scar.- Broma, cual broma, mírate a ti mismo, y déjate de engañar, solo das asco, como ya lo dije, a esta familia ya no le sirves para nada.

Ikki.- Entonces que sucederá conmigo.

Scar.- Por fin encontré un buen uso para ti, vendrán por ti en un par de horas, y por nada del mundo se te ocurra decir que eres un Laimi, Kuno amablemente te otorgo el apellido de su hermano fallecido, a partir de este momento eres Ikki Sun. Ahora lárgate de mí vista. Maldito desperdicio.

Ikki se encontraba en shock, su vida se estaba desmoronando, no podía creer lo que le estaba diciendo su padre.

Ikki.- (*No, no puede ser, no, no soy un maldito Omega, no lo soy, no puedo serlo, soy, yo soy un alfa*)

La idea aun no le entraba en la cabeza, pero recordó lo que siempre se recriminaba frente al espejo

Flashback

Ikki.- A pensar de hacer ejercicio todos los días, porque simplemente no gano algo de musculatura.

Ikki.- Diablos, porque mi piel tiene que ser tan suave y tersa, incluso los omegas de mi salón están celosas de mi.

Ikki.- Y porque mierda soy tan enano.

Fin Flashback

Ikki reflexiono un poco sobre esas palabras que había dicho su padre, entonces entendió que tenía razón, su cuerpo no era el de un alfa, inconscientemente siempre lo supo, ahora entendía un poco, el porque de su complexión, también entendió porque las feromonas de la chica Omega que entro en celo no lo afectaron como a los otros chicos alfas, todas y cada una de las cosas fueron encajando, con solo esa variable, toda la ecuación compleja que tenía en su cabeza por fin se resolvió. Él es un Omega. Asi que después de asimilarlo simplemente se tranquilizó y tomo la noticia como si le estuvieran platicando del clima, mostrando ante su padre una cara fría y seria como siempre, después de recomponer su semblante lentamente salió del despacho de su padre.

Ahora nuevos miedos se iban metiendo poco a poco en su mente y en su corazón, su padre despreciaba a los omegas, así que por ende, a él lo debería de odiar más que a todos ya que el prestigio de los Laimi estaba en juego, también lo que lo dejaba perplejo era que le había dicho que ya no pertenecía a la familia Laimi, sin embargo ahora llevaba el apellido de Kuno, seria Ikki Sun, pero lo peor de todo el asunto es que dijo que por fin había encontrado un buen uso para él, y que llegaría alguien por él, pero ¿para llevarlo a dónde? Que era lo que realmente su padre habría preparado para él, sería que ahora lo utilizaría como moneda de cambio para ganar algún gran negocio con una familia de verdaderos alfas, si tal vez a lo que se enfrentaría ahora seria a un matrimonio arreglado como su hermana, o que otra cosa podría haber encontrado para él.

Ikki aparentaba ser un chico fuerte, pero por dentro estaba tan desconcertado y asustado, tantas cosas le estaban pasando al mismo tiempo, que simplemente no sabía cómo reaccionar, desde que estaba en el hospital no le habían dado su celular, por lo que no se podía poner en contacto con Ben o Rin, y nunca había pensado en aprenderse los números de memoria, ya que vamos, quien lo hace en estos tiempos en que la tecnología les facilita tanto la vida.

Justo cuando estaba con esos pensamientos llego Kuno para sacarlo de sus pensamientos

Kuno.- Joven amo

Ikki.- No me digas así Kuno, ya no soy el joven amo de la familia Laimi, es más ahora creo que somos parientes (Mostrando una leve sonrisa)

Ikki le mostro a Kuno una leve sonrisa que no alcanzo a iluminar sus ojos, aunque tenía mucho tiempo que había perdido su verdadera chispa de alegría, al menos hasta hace unos días, en el fondo aún se podía ver algo de luz en él, pero ahora se había apagado completamente.

Kuno.- Lo siento joven amo

Ikki.- El señor Laimi, dijo que vendrían por mí, puedo ir a despedirme de mi madre.

Kuno.- lo acompaño, no podemos demorar.

Ikki.- Gracias

El pequeño departamento en el que vivía su Madre estaba detrás de la mansión Laimi, al entrar Ikki se sorprendió ya que lo encontró hecho un ovillo en el sillón, se acercó a él y le acaricio tiernamente la cabeza, cuando Yuki levanto la cabeza pudo ver a su pequeño hijo ahí sentado junto a él y por un momento pensó que todo podría estar bien, pero pronto sus ilusiones se vendrían abajo

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