Comienzo de una pesadilla 1/2

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La prueba del segundo genero se la aplican a todos los niños a la edad de 5 años, siempre, la mayoría de los padres va lleno de ilusiones Yuki un omega débil iba con su pequeño hijo Ikki, Yuki tenía miedo de que su esposo lo acompañara ese día, pero afortunadamente tuvo un viaje de negocios, por lo cual estaba fuera de la ciudad, sin embargo, antes de irse lo dejo sumamente asustado.

Scar.- Mas te vale que ese mocoso sea un alfa, de lo contrario ambos sufrirán las consecuencias.

Después de esta advertencia Yuki lloro desconsoladamente abrazando a un pequeño Ikki que no entendía lo que estaba sucediendo, él era lindo y delicado como su madre, es por lo mismo que Yuki tenía tanto miedo de la prueba, a su edad la pequeña Rin ya mostraba algunos rasgos de alfa, era fuerte, testaruda y no lloraba casi por nada, y se parecía mucho a su padre, pero era todo lo contrario con el pequeño Ikki, el era dulce y delicado, se parecía mucho a él.

El día de la prueba, vistió a su hijo y el también se arregló y tomo sus cosas para salir de casa.

Kuno.- Amo Yuki, desea que lo acompañe

Yuki.- N-no, no es necesario Kuno, iré por mi cuenta

Kuno.- Esta bien, el auto está listo.

Yuki.- Gracias.

Yuki llego muy nervioso al hospital, aunque le habría encantado tener un poco de compañía, Yuki sabia que Kuno era completamente fiel a su marido, por lo cual si algo salía mal no podría ocultarlo fácilmente.

Tenían la cita programada desde semanas atrás, así que llego justo a tiempo, había varios padres emocionados esperando por los resultados de sus hijos, la ilusión en sus rostros era casi palpable, solo el parecía muy consternado, tenía miedo, miedo a saber la verdad, miedo a no saber que debería hacer si por mala suerte resultaban ciertas sus sospechas.

Yuki.- No… no puede ser, porque no, no, no (sollozando)

Cuando llego su turno su corazón dio un brinco, estaba llorando, desconsolado, casi muere de angustia, sus sospechas resultaron ciertas, pero no lo podía permitir, no podía permitir que su hijo sufriera un infierno, él no tenía la culpa, no era su culpa ser un Omega aunque era un Omega dominante, aun asi Scar no lo aceptaría.

Estuvo pensando mucho tiempo hasta que por fin se le ocurrió como salir del problema, tenía que falsificar los resultados, le costó mucho trabajo y mucho dinero, pero pudo sobornar a algunas personas y así logro obtener el resultado que él deseaba, Ikki Laimi, era un alfa recesivo de 5 años.

Con ese resultado se fue satisfecho a su casa, estaba un poco tranquilo ya que aún faltaban un par de días para que regresara Scar, así podría practicar el no estar tan nervioso al entregar los resultados para que no lo descubrieran.

Cuando por fin le dio los resultados a Scar, este no los recibió con mucho gusto, ya que la palabra recesivo indicaba que no era un alfa al 100% como el, pero no podía mentir tan descaradamente en la falsificación, al ser omega no iba a tener las mismas características que un alfa, y por lo mismo su crecimiento sería diferente, es por eso por lo que al ser recesivo no se esperaría que tuviera el mismo desarrollo que un alfa normal.

…

La mentira había durado ya tanto tiempo que por un momento Yuki había olvidado el verdadero resultado de su hijo, el cual ya tenía 17 años, y aun no experimentaba su primer celo, gracias a eso nadie había descubierto la verdad, pero justo ese día, sin saber la razón Scar había ido a reclamarle ese asunto, haciendo que recordara todos esos momentos del pasado.

Pero ahora estaba más consternado por lo que pasaría de ahora en adelante con su hijo, estaba preocupado, tal vez lo recluiría en ese pequeño departamento junto a él, para no verlo todos los días en la casa, si, tal vez eso era lo que sucedería, con eso se engañaba Yuki, pensaba que Scar podría ser compasivo y solo encerrar a su hijo a su lado, quería pensar que tal vez en el fondo de su corazón había una fibra de bondad que le permitiría a su hijo vivir a su lado.

En cuanto a Scar, después de obtener los verdaderos resultados que tenía escondidos Yuki, los destrozo con una enorme amargura en su corazón, su rostro tenía una mirada feroz, estaba llena de resentimiento e ira, tenía un aura asesina que rodeaba todo su cuerpo y con cualquier empleado que se topaba era victima de su mal humor, sus gritos, e incluso algunos golpes.

Scar.- (*ahora entiendo porque ese maldito inútil nunca pudo ser mejor, siempre fue una basura, un maldito omega inservible, no puedo permitir que nadie se entere, esta sería una deshonra total para mi*)

Scar nunca quiso a los omegas, siempre pensó que eran un desperdicio, que solo servían para satisfacer a los alfas, que debían ser utilizados hasta su destrucción, por eso para él, que su hijo resultara ser un omega, era una gran humillación.

Pensaba que Ikki era un bueno para nada, inservible, pero no veía que de acuerdo a los estándares normales de un omega su hijo era excepcional ya que en la escuela, en una lista en la que los primeros 10 eran alfas, el 3 lugar era de un omega, era dedicado, de carácter frio, y no era sentimental, cosa que era la característica principal que odiaba de los omegas, también en su entrenamiento de lucha cuerpo a cuerpo él era capaz de derribar a cuanto alfa se le pusiera enfrente, sus habilidades eran únicas, pero solo con saber que era un Omega, todos sus sentidos lo repudiaban aún más que antes.

Lo pensó durante mucho tiempo y decidió por fin el curso que debía seguir, antes de llegar al hospital realizo varios tramites, el abogado de la familia era muy eficiente, todo lo que su jefe solicito, lo tuvo listo en un par de horas.

Una vez en el hospital, entro a la habitación en donde encontró a Ikki ya despierto con Kuno a su lado, el mayordomo se veía abatido, pero al mirar a su hijo y según la reacción de este, al parecer, aún no sabía la noticia.