Heridas 1/2

El amor y el respeto que en un principio sentía por su padre ahora se había transformado en miedo, tenia miedo a los golpes, pero siempre mostraba el mismo semblante frio e indiferente, ya no le permitía ver su dolor o sufrimiento, a la vista de todos el carácter dulce y tranquilo de su joven amo fue transformándose en frialdad y todos sabían el motivo del cambio, pero nadie podía hacer nada para que esta situación fuera diferente.

Antes frente a su madre, él se permitía llorar, contarle sus sufrimientos, pero dejo de hacerlo cuando descubrió que su padre lo golpeaba también, incluso peor de lo que lo hacía con él mismo, claramente podía notar que ante su padre, ellos dos eran una basura inservible que solo le podían traer humillaciones, ya que su madre era un omega y el odiaba a todos los omegas, pero más a los omegas masculinos como Yuki, e Ikki era un alfa recesivo, una basura inservible que no pudo llegar ni siquiera a ser un completo alfa, y la actitud de su padre hacia el lo dejaba claro, siempre será la deshonra de la familia.

Después del primer golpe vinieron varios más, “Swoosh” “Swoosh” “Swoosh”, todos a la misma velocidad, pero cada vez contenían mas fuerza, mas furia… piernas, trasero, espalda, alternando, repetidas veces hasta que casi pierde la cuenta, pero no tenía permitido emitir una sola queja, de lo contrario su castigo se duplicaría y las consecuencias serían peores.

Después del décimo golpe Ikki realmente perdió la cuenta, poco a poco podía sentir como pequeñas gotas de sangre brotaban de su piel lastimada, y un dolor insoportable por todo su cuerpo, además del sabor a hierro que comenzaba a sentir en su boca, proveniente de sus labios que tenía fuertemente apretados entre sus dientes.

Siempre era lo mismo, justo cuando sus heridas iban sanando llegaba alguna nueva evaluación o trabajo o proyecto importante en el que quedaba siempre detrás del hijo de los Thompson, por lo cual se llevaba una nueva serie de correctivos, algunas veces era con la tabla o algunas otras con el cinturón, pero nunca se podía salvar, su piel a lo largo de los años se había llenado de numerosas cicatrices, cualquiera pensaría que un chico como el nacido en una cuna de oro seria la persona mas bendecida, pero Ikki era la excepción a esa regla.

Scar.- Sube a estudiar nuevamente, esta vez lo tienes que hacer mejor

Ikki.-S-si p-padre

Scar.- Que tan inútil puedes llegar a ser, si ni siquiera puedes hablar bien. Lárgate de mí vista antes de que te de otra serie de correctivos

Tan pronto como su padre le permitió salir de la oficina Ikki se precipito a la puerta lo más rápido que sus piernas se lo permitían, no quería pasar un minuto más ahí dentro con ese hombre ya que de lo contrario seria capaz de darle unos cuantos golpes mas solo por no irse lo suficientemente rápido de su vista.

Una vez fuera, comenzó a subir lentamente las escaleras, las piernas le temblaban, temía que le fallaran en cualquier momento, sentía un sudor frio recorrerle toda la espalda, las heridas le ardían, pero aun asi, no se derrumbó, seguía caminando a paso lento, pero firme, solo quería llegar a su habitación que se encontraba en el segundo piso, era el más alejado de todos.

Su habitación no era la más grande, tenía pocas cosas, solo lo necesario, era de tonos azules y grises, aparte de su cama solo contaba con una mesita de noche, una lampara, su escritorio, computadora, su closet, un librero repleto de todos los libros que su padre lo obligaba a estudiar constantemente, y un sofá colocado cerca de la ventana en el que se sentaba y se podía relajar unos cuantos minutos al día, en realidad la habitación era tan fría como él y no tenía ni una sola seña de su verdadera personalidad.

Cuando por fin pudo entrar en su habitación, lo primero que hizo fue tomar un baño, el agua le ayudaría a bajar un poco el malestar. Se quito la ropa y observo su cuerpo, el espejo que tenía que era un poco más grande que su propia estatura, analizo un poco sus facciones.

Ikki.- A pensar de hacer ejercicio todos los días, porque simplemente no gano algo de musculatura.

Contraía sus brazos y emitía un siseo de vez en cuando por el dolor,

Ikki.- Diablos, porque mi piel tiene que ser tan suave y tersa, incluso los omegas de mi salón están celosas de mí, tsk absurdo.

Tocaba su rostro con la yema de los dedos.

Ikki.- Y porque mierda soy tan enano.

Lo que más odiaba era su estatura, un alfa promedio estaba arriba del 1,80 de altura, sin embargo, el solo alcanzaba la penosa estatura de 1,60 y eso lo frustraba y por lo mismo siempre se llevaba las burlas de otros alfas.

Después de analizar todo lo que no le gustaba de el, como hacia todos los días, tomo un largo baño, su piel ardía como los mil demonios debido al agua caliente, y a pesar de estar acostumbrado eso no quitaba el hecho de que aun así seguía siendo tan doloroso, aunque no tanto como la primera vez.

Por unos instantes se permitió recordar ese nefasto día, la primera vez que su padre lo golpeo estaba en la primaria, algún tiempo después de saber su género secundario, desde que eran pequeños el y el hijo de los Thompson han ido a las mejores escuelas, por lo cual siempre coinciden.

Esa vez estaba casi seguro de obtener el primer lugar ya que se había esforzado mucho y también porque había visto que Sam el hijo de los Thompson no prestaba gran atención en las clases, asi que tenía la seguridad de que por fin estaría en el cuadro de honor y esos resultados los anunciarían frente a toda la escuela, asi que con toda la seguridad le dijo a su padre que lo acompañara a la ceremonia.

Scar llego a la escuela de Ikki, tenia un asiento ya listo que su asistente le había

apartado con antelación, que desafortunadamente estaba cerca del señor Thompson, después de un corto tiempo de espera, poco a poco iban anunciando los resultados

Director.- Para el grupo de primer año, tenemos dos estudiantes de honor, Sam Thompson en primer lugar e Ikki Laimi en segundo lugar, por favor reciban un gran aplauso.