El Placer De Ser Tu Esposa.
...INTRODUCCIÓN...
Hola, mi nombre es Amy Castillo, tengo 27 años, soy diseñadora, orgullosa madre de dos niños y estoy a punto de casarme... con mi ex esposo.
Seguro te estás cuestionando al respecto, ¿Ex esposo?, mis amigos y familia también lo hacen.
Mi mejor amiga incluso me ha dicho:
– Amy, habiendo tantos hombres guapos de entre los que puedes escoger, ¿Elijes al mismo, qué te sucede mujer?
En el pasado yo hubiese pensado lo mismo, después de todo, tomar caminos separados es la finalidad de un divorcio.
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Todo comenzó a mis tiernos 15 años, soy la hija mayor de un matrimonio fallido, conformado por una licenciada en pedagogía, maestra de jardín de niños y un licenciado en Educación física, instructor de artes marciales.
Yo estaba cursando el primer año de preparatoria cuando gracias a Braulio, hermano de mi mejor amiga, Diana, conocí a Christian Grand.
En ese entonces Christian tenía 18 años de edad. Es un tipo de 1.80 de altura, tez apiñonada, ojos cafés oscuros, mentón afilado y un cuerpo tonificado por el entrenamiento de fútbol.
Asistimos al mismo instituto, él lidera el equipo de fútbol soccer de éste, mientras que yo, me uni junto con Diana al equipo de porristas.
Compartimos el mismo grupo de amigos, entonces era muy común encontrarme con él en diferentes ocasiones, podía ser una tarde en casa de mi amiga, en reuniones durante o después del entrenamiento o simplemente en las instalaciones del instituto. Cada vez que nos encontramos, él aprovechaba la situación para guiñarme un ojo, lanzarme un beso en el aire o evitarme el paso.
Me invitó a salir un par de veces y, aunque mis ganas eran inmensas, la precaución a no salir lastimada venció por mucho.
Es bien sabido por todos que, Christian acostumbra salir con diferentes chicas al mismo tiempo, en cada reunión asistía con una diferente y simplemente yo no sería una más de su lista, me dije.
Comencé a salir con un chico de mi agrado, Alan Salas, él se comportaba muy dulce y atento, también está por entrar a la universidad. Mis padres lo conocieron de inmediato y les agrado, lo fui incluyendo al grupo de amigos y también coincidió con algunos respecto a gustos. Todo iba perfecto hasta que un día, Alan no pudo acompañarme al entrenamiento de fin de semana, como ya era costumbre, después de terminar de entrenar algunos del equipo de porristas como los del equipo de fútbol nos reunimos en la casa de uno de nosotros, en esta ocasión fue la casa de Diana y Braulio, sus padres no estuvieron por un asunto familiar así que, tuvimos la casa sola. A los chicos se les hizo fácil comprar alcohol y preparamos botanas, con música alta.
De momento estábamos divididos entre chicas y chicos pero, conforme fue avanzando la tarde, empezaron a dar ideas de juegos.
–Juguemos semana inglesa – Dijo Andrea.
Algunos nos alborotamos y aceptamos.
– Yo me apunto – Dijo Diana.
Claro que no dejaría a mi amiga sola, entonces la seguí.
– ¡Yo también juego! – Pensé un poco y luego me retracte– No, saben que yo tengo novio. Mejor yo no juego.
– Pues reemplazamos los besos por tragos y listo– Dijo Diana.
– Sólo los que no quieran besar– Dijo Mariana.
– Me parece bien– Contesté.
– Yo también quiero tragos– Agregó Christian.
Terminamos las rondas y decidimos que era hora de elegir otro juego.
– Juguemos a la papa caliente – Dijo Mariana– Quien pierda, deberá tomar un caballito de tequila.
Los chicos empezaron a negarse pero, nosotras estábamos un poco más que alteradas, así que terminaron por aceptar.
Después de que todos tomarán un par de tragos más, decidimos jugar ahora algo más tranquilo, no podíamos permitirnos llegar ebrios a nuestras casas.
– Juguemos verdad o reto– Grite y mis amigas se entusiasmaron conmigo.
**Debo hacer una pausa aquí y anunciar que esta fue la primera vez que me emborrache, claro que perdí el control de mis ideas muy pronto.**
Nos acomodamos en círculo al rededor de la mesa de centro. Braulio comenzó a girar la botella.
Le tocó a Andrea que escogió reto, tuvo que pararse de manos y contar hasta 100.
Después siguió Erick, quien pidió verdad y admitió su amor hacia Diana. Todos hicimos escándalo pero no le pareció tan gracioso a Braulio, porque Diana es su hermanita menor y Erick es su amigo.
A Braulio le tocó besar a Andrea, a Diana beber de un zapato, Alejandro salió en ropa interior a la calle, Christian tuvo que correr tras un perro, yo tuve que caminar de manos mientras tomaba un shot de tequila.
Seguimos jugando por un buen rato pero, ya casi era hora de irme, así que comencé a despedirme.
– Quédate, amiga– Me pidió Diana – Mañana te llevamos a tu casa.
– No, bonita, mis papás no me van a dejar – Le repetí en varias ocasiones.
– Bueno, una última ronda y ya– Me insistió, Andrea y Braulio también se unieron a la petición.
– Una última ronda y ya nos vamos, yo me voy contigo. – Me dijo Andrea.
Erick escucho y también Christian, se acercaron y se ofrecieron a acompañarnos de vuelta después de otra ronda. Terminé por aceptar.
–¿Verdad o reto?– Preguntó Alejandro a Mariana.
– Verdad.
–¿Quién te gusta tanto, que serías capaz de hacer todo con esa persona?
Mariana lo pensó un momento y se mordió los labios reuniendo el valor suficiente.
– ¡Christian Grand! – La chica se sonrojo con su respuesta.
–¡ Uuh!– Hicimos un grito de bulla.
Ella giro la botella y cayó en Christian.
–¿Verdad o reto? – Andrea pregunto.
– Reto.
– Debes besar a la chica más linda aquí – dijo Andrea, dándole un ligero codazo a Mariana.
Todos estábamos esperando a que la besara pero, eso no salió como lo creímos.
Antes de hacerlo, él pidió que las chicas cerrarán los ojos, pues temía que si lo hacía así como así, a quien desea besar se negaría.
Yo cerré los ojos pero, entreabrí mi ojo derecho para poder ver lo que hacían y así, poder hacerles burla a Chris y Mariana.
Cuando de pronto ví su silueta, me tomo de la nuca, me presionó hacia él, besándome.
Todo era risas pero nadie se lo esperaba, mucho menos yo.
Me separé en cuanto pude de él, me sentí molesta y avergonzada con la chica al frente mío.
Mariana se levantó y entró corriendo al baño. Andrea fue tras ella y Diana me pidió que me quedara en la sala para darle espacio.
Christian me miró y me guiño el ojo como de costumbre. Mi enfado aumento con su comportamiento, en un principio yo ya les había dicho que yo no entraba al juego de besos porque tengo novio, si algo he aprendido de mis padres es que no se hace lo que no quieras que te hagan.
Andrea regreso minutos más tarde a reunirse con nosotros, me acerque a preguntarle respecto a Mariana. Andrea se mostró muy enfadada y arremetió contra mi.
– Eres una zorra, Amy. – Gritó Andrea en su intento de proteger a su amiga.
Todos nos quedamos callados, en ese momento todos supimos que la reunión ya se había terminado.
– Es sólo un juego, Andrea, Mariana no sabe diferenciar las cosas – Contestó Diana intentando defenderme.
– Tranquila, amiga. – Tome a Diana del brazo y la lleve a su habitación.
–¡Esa maldita!, ¿Cómo se atreve a hablarte así?– Gritaba mi amiga enfadada.
– No le tomes importancia, estamos ebrios– Intenté calmar a Diana.– Es hora de que duermas un poco.
Ayude a Diana a llegar a su cama y la dejé cuando ví que ya estaba dormida.
Opte por irme a mi casa, le llamé a mis padres para que pasaran por mi a un punto medio porque yo ya no quería estar ahí.
Christian salió atrás de mi para disculparse.
–Por favor, déjame acompañarte– Dijo, tomando mi chamarra antes que yo.
– Christian, deberías ir a consolar a Mariana, tuvo mucho valor para decir lo que dijo.
– Amy, ella no es de mi tipo, no te hagas, sabes que tú me gustas desde antes.
– Ya Christian, yo tengo un novio, deberías respetar eso. –Le arrebate mi chamarra y camine más rápido.
Mi padre no tardó en llegar al lugar acordado, Christian se acercó a saludarlo por pura cortesía, porque todos le temen a papá, y regreso a casa de Diana.
Habían estado tomando fotos y videos de esa tarde, me preocupo que Alan se enterará.
En cuanto llegue a casa recibí su llamada.
– Hola, preciosa, ¿Qué tal el entrenamiento de hoy?
– Bien, estuvo cansado.
– Me imagino, ¿Ya llegaste a casa?
– Si, mis papás pasaron por mi.
– Que bien, ¿Qué hicieron?
– Pues compramos un par de botellas de tequila y jugamos un poco.
– Amy, ¿Estuvieron bebiendo?
– Si ... un poco.
– Ay me lo perdí, será para otra ocasión.
– ja, ja, sí.
Se escuchó la voz de su mamá llamándolo y termino la llamada después de eso.
– Debo irme, adiós, preciosa.
– Adiós– Colgué.
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Updated 111 Episodes
Comments
Eugenia Venegas Oyarzo
atenta. ..!
2022-06-26
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