Capítulo 2

Después que Samanta se aseguró de que su prima ya no estaba en casa, entró en silencio para evitar ser vista por su tía, pero antes de entrar a su habitación ésta la ve y le dice.

Amelia: Samanta!!! gracias al cielo llegaste!!! me tenías con el Jesús en la boca.

Samanta: tía, lo siento, yo puedo explicarte!!! ( en eso su tía la abraza)

Amelia: estaba preocupada por ti, sabes que me angustia cuando no llegas a casa.

pensamientos de Samanta...

entonces la tontita de mi prima no le ha dicho nada, jajaja aún tengo tiempo de salvarme de ésta.

Samanta: ya estoy aquí tía, siempre te he dicho que si no llego es porque me quedé en casa de una amiga.

Amelia: si mi niña, pero si al menos te tomaras la molestia de avisara yo me quedaría más tranquila. Y con lo que le pasó a Nathalia tampoco he tenido paz.

Samanta: y que fué lo que le pasó a mi primita? ( haciéndose la que no tiene ni idea de lo sucedido)

Amelia: hay hija si te contara, ayer llegó desconsolada porque encontró a Manuel en su oficina con otra mujer.

Samanta: como? y no te dijo que mujer?

Amelia: no mi amor, dice que no la conoce.

Pensamientos de Samanta: muy bien primita, muy bien, entonces es un hecho que no le dijiste a mi tía sobre mí.

Samanta: pero que horrible tía, y que te dijo? lo va a perdonar?

Amelia: como crees hija, una falta como esa no se perdona de ninguna manera, de hecho ya tomó una decisión, ya se fué lejos de aquí a hacer una nueva vida.

Samanta: se fué? para donde?

Amelia: no lo sé, pero me dijo que pronto me llamaba.

Samanta: de verdad no te dijo? ( en sus pensamientos: de seguro no quiere decirme, mi estúpida primita no se iría sin decirle nada a mi tía, pero esa información de que se la saco, se la saco).

Amelia: no mi niña y no quiere que nadie lo sepa.

Samanta: y no piensa volver?

Amelia: la verdad espero que sí vuelva, digo, se que es bueno que se aleje un tiempo para calmarse y pensar bien las cosas pero.. tampoco quiero que abandone todo lo que ha logrado aquí.

Samanta: bueno tía, ya déjala ya verás que pronto regresará, si ella quiso irse es su problema.

Amelia: Samanta como puedes decir eso, se trata de Nathalia, nuestra Nathalia.

Samanta: no me mal entiendas tía, dale tiempo que lo supere que luego volverá.

Mientras tanto el el auto, Nathalia le pedía a su abogado que la pusiera al tanto de todo lo relacionado con su herencia y la hacienda, cuales eran sus derechos y sus alcances. viajaron por tres horas, tiempo suficiente para que Nathalia se pusiera al día y saber lo que tenía que hacer.

****** En Rancho Grande***************

Alejandro: Hola padre, buenos días!

Gonzalo: Buen día hijo, levantado tan temprano como siempre?

Alejandro: si padre, la verdad hoy desperté más temprano de lo acostumbrado, quería preparar todos los documentos antes que ella llegue.

Gonzalo: no te preocupes por eso, ya tengo todo en orden desde hace días, esperaba que tarde o temprano se decidiera a venir.

Alejandro: Por Dios papá, aún no entiendo cómo es que a ti te alegra la llegada de una extraña que de seguro viene con intenciones de adueñarse de todo.

Gonzalo: eso no puedes saberlo Alejandro, además ella no es una extraña, es la sobrina de Víctor

Alejandro: si, una sobrina que nunca hemos visto.

Gonzalo: para mí no es necesario, Víctor siempre me habló de ella y sé lo necesario para confiar en ella, además tengo que cumplir su última voluntad. Tu sabes que Víctor fue más que un socio o amigo para mí, el fué como mi hermano.

Alejandro: y por eso tenías que prometerle que la protegerías? si fuera una niña lo entendería, pero ya tiene la suficiente edad para defenderse sola, además seguro debe tener otros familiares que puedan respaldarla.

Gonzalo: en eso te equivocas, esa muchacha quedó sin ninguna protección al morir Víctor, solo cuenta con su madre y una prima que vive con ella. Y ya deja de preocuparte por sus intenciones, estoy seguro que no le importa el dinero, de ser así hace meses que habría reclamando su herencia.

Alejandro: está bien papá, no te molestaré más con eso, pero si quiero acompañarte cuánto estén reunidos con el abogado.

Gonzalo: está bien, pero por ahora vete tranquilo a encargarte de la hacienda, en cuanto llegue te mando a llamar.

Alejandro: pero de verdad me avisas padre, por favor!

Gonzalo: si hijo, vete tranquilo.

Narrador: Alejandro salió a cabalgar por la hacienda a hacer sus rondas y recibir a los trabajadores, mientras tanto su padre se encontraba asomado por la ventana de la sala esperando la llegada de Nathalia.

En el auto Nathalia observaba los paisajes, maravillada por lo hermosa que se veía la naturaleza lejos de la ciudad.

Abogado: nerviosa?

Nathalia: algo.

Abogado: tranquila, los Bustamante son buenas personas.

Nathalia: eso espero, ya no quiero más preocupaciones.

Abogado: todo saldrá bien, además yo estaré contigo.

Nathalia: gracias, crees que ellos sepan la verdad?

Abogado: no lo creo, Víctor siempre fué muy discreto.

Nathalia: si claro, porque no le convenía.

Abogado: Bueno creo que ese es un asunto que debió aclarar con ustedes, pero creeme que tú y tu madre siempre fueron importantes para el.

Nathalia: no estoy muy segura de eso pero gracias por tus palabras.

Abogado: mira, ya llegamos, a 20 metros está la entrada.

Narrador: Gonzalo vió a lo lejos el auto que se acercaba, sabía que era ella quien venía allí, salió rápidamente para recibirla y los esperó justo en la entrada.

Por otro lado un peón observó venir el auto y alertó a su patrón.

Gael: Patrón, patrón, acaba de llegar un auto a la casa grande, debe ser la señorita.

Alejandro: gracias Gael, encárgate de los caballos, iré a ver.

Gael: como mande joven.

En la entrada de la hacienda Rancho Grande...

Abogado: Don Gonzalo ( saludando de mano)

Gonzalo: Bienvenido (correspondiendo a su saludo).

Abogado: Permítanme presentarlos. Señorita Nathalia el es Don Gonzalo, el socio de su tío Víctor, Don Gonzalo ella es...( no terminó de hablar cuando Gonzalo lo interrumpió)

Gonzalo: Nathalia, un gusto en conocerte ( se acerca a Nathalia y la abraza)

Nathalia: igualmente Don Gonzalo ( sorprendida por el afectuosos recibimiento).

Gonzalo: discúlpame Nathalia, si puedo hablarte de tu?

Nathalia: no se preocupe, es solo que que tomó por sorpresa, gracias por recibirme de esta manera, y claro que no necesita tantas formalidades.

Gonzalo: Bueno, Bienvenidos, pasemos a la casa.

Narrador: los tres entraron a la casa, en eso bajaba Andrés y Constanza por las escaleras, y Gonzalo les habla.

Gonzalo: Cariño, hijo, vengan les presento a Nathalia.

Mientras ellos se acercan el le dice a Nathalia.

Gonzalo: ella es mi esposa Constanza y el es mi hijo menor Andrés.

Andrés y Constanza: Hola

En eso entra Alejandro y observaba a la chica frente a la familia.

Alejandro

Entro a la casa decidido a marcar mi territorio y hacerle saber a esa aparecida que ni ella ni nadie más va a entrometerse en el trabajo que he vendido haciendo en la la hacienda durante años, cuando de pronto veo a una hermosa mujer de piel clara con un suave bronceado, cabello castaño y suelto que deja bailar sus ligeras ondas, unos ojos color café claro y un cuerpo espampanante. De pronto me doy cuenta de mis pensamientos y reacciono.

Nathalia

Después del recibimiento tan afectuoso de Don Gonzalo, los nervios que tenía durante el camino fueron cesando, al entrar a la casa pensé que el resto de la familia también me aceptaría, para mí sorpresa, su esposa y su hijo menor me saludaron con un simple "Hola" de una manera tan fría, para colmo en eso veo entrar a otro miembro de la familia, era un hombre un poco mayor que el que me acababan de presenta pero por su parecido físico pude determinar que era el hijo mayor de Don Gonzalo, era un hombre muy guapo, de piel blanca, cabello negro bien peinado con mirada profunda y misteriosa, con unos abdominales que se marcaban debajo de su camisa, y todo eso que estaba observando se fué al carajo cuando lo escuché decir...

Alejandro: Así que tú eres la sobrina mimada de Víctor ( mirando a Nathalia con una notable arrogancia).

Nathalia: y tú debes ser el hijo que se cree dueño de todo. ( pensamientos de Nathalia: apenas acababa de llegar y éste insolente ya me estaba declarando la guerra, así que decidí tomar fuerzas y hacerme respetar de una vez por todas).

Todos quedaron atónitos por las pocas palabras que habían cruzado ese par.

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