El rescate de la espada

Cuando Dylan y Juliana regresaron a la fortaleza Macknars aún faltaban tres horas para el amanecer, Dylan entró caminando rápidamente en el castillo, Juliana mientras lo seguía le preguntó:

- ¿Qué piensas hacer Dylan?

- Debemos recuperar la espada como sea

- ¿Tienes algún plan?

- Sí\, utilizaremos al vampiro

- ¿Al vampiro?

- Claro\, la espada la tiene la dama de negro y ese maldito vampiro debe saber donde está la vieja esa

- ¿Vamos a ir al castillo de Valeria?

- Exacto\, pero no te preocupes\, tengo todo planeado

- Llegaron a una habitación donde había varias cajas amontonadas\, era la habitación donde guardaban todo en el castillo\, en el suelo estaba el vampiro amarrado con unas cuerdas\, Dylan le dijo:

- Nos vas a llevar al castillo de la dama de negro ¿Entendiste?

- ¿Y por qué crees que yo sé donde queda ese castillo? - preguntó el vampiro

- Porque conozco muy bien la historia del mundo mágico y sé que los vampiros no han querido estar en ningún bando\, así que no creo que por iniciativa tuya vinieras a atacar a un mago sin ningún motivo

- ¿Qué me ocurrirá si no los llevo allí? - les inquirió con desafíos.

- En ese caso\, te mataremos

- No me hagan reír\, ustedes dos no tienen el suficiente valor para matarme

- Pero yo sí - dijo una voz

Dylan y Juliana voltearon a mirar, un hombre de unos treinta años acababa de entrar en la habitación, era muy alto y corpulento, el hombre pasó por su lado y agarrando al vampiro por el cuello le dijo:

- Evita desafiarme\, vampiro\, porque te aseguro que si ellos no lo hacen\, yo sí estaría dispuesto a utilizar una estaca para matarte\, exponerte al sol o simplemente eliminarte con un hechizo

El vampiro permaneció en silencio unos segundos, meditando la amenaza y después dijo:

- Está bien\, los llevaré

- Eso suena más adecuado y observa esto - el mago hizo que unos puntos aparecieran en el brazo del vampiro - si llegas a traicionarlos\, estos puntos actuarán de inmediato y te harán estallar en mil pedazos. Recuerda que somos magos y somos capaces de realizar muchas cosas. ¿Entiendes?

El vampiro nervioso asintió con su cabeza, el mago les hizo una seña a Dylan y Juliana y los tres salieron de la habitación, cuando estuvieron afuera el mago les dijo:

- Entiendo que pueden estar curiosos acerca de quién soy yo. Permítanme presentarme\, soy David. No se preocupen si no me han visto antes en este lugar\, ya que no pertenezco a esta fortaleza. Soy originario de unas tierras lejanas y\, al parecer\, la suprema Ana confía en mí lo suficiente como para llamarme y brindar apoyo en esta pelea. No pude evitar escuchar su conversación mientras subían y decidí seguirlos\, en caso de que el vampiro no estuviera dispuesto a cooperar.

- Te lo agradecemos mucho - dijo Dylan

- ¿En serio\, si el vampiro nos traiciona esos puntos lo harán estallar? - preguntó Juliana

- No - respondió David sonriendo - esos puntos no le hacen nada\, solo era para asustarlo un poco. Bueno\, les deseó mucha suerte con la espada

Después de la partida de David, Dylan y Juliana regresaron al interior de la habitación para ocuparse del vampiro. Solo un minuto más tarde, emergieron del castillo con firmeza sosteniendo al vampiro. Una vez que el vampiro les reveló la ubicación del castillo, los tres desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos, solo para reaparecer frente a un impresionante castillo negro. En ese momento, Dylan le hizo una pregunta al vampiro:

- ¿Aquí no tienen guardias en las puertas?

- No\, al parecer los magos oscuros no tienen tanta seguridad como ustedes

- Pon atención\, necesito que hagas algo importante. Te encargarás de ingresar al castillo y mantener distraída a Valeria por cualquier medio necesario\, mientras nosotros nos adelantamos a buscar la espada. Pero recuerda\, si dices algo que no debes\, las consecuencias serán graves

El vampiro los miró con resentimiento y rabia, empezó a caminar al castillo, cuando lo perdieron de vista, Juliana preguntó:

- ¿Cómo vamos a encontrar la espada?

Dylan sacó un artefacto que parecía un imán y dijo:

- Rubén me regaló esto hace tiempo. Es un objeto especial que nos ayudará a encontrar la espada. Funciona mostrándote lo que más deseas en ese momento\, por lo que nos guiará directamente hacia ella

Dylan presionó un botón y el dispositivo emitió una neblina en la que se formó una flecha señalando hacia Juliana. Dylan se quedó sin palabras, pero Juliana lo abrazó por el cuello y le recordó:

- Dylan\, sé que me quieres mucho\, pero debes concentrarte en encontrar la espada\, ¿de acuerdo?

Dylan sonrió por un momento y luego volvió a presionar el botón. La misma neblina apareció nuevamente, pero esta vez la flecha apuntaba hacia una ventana del castillo. Dylan exclamó emocionado:

- ¡Perfecto! Ahí está la espada

***

Valeria estaba sentada en su silla, observando al vampiro que estaba frente a ella. Le preguntó:

- No he podido dormir en toda la noche esperando que llegaras para saber cómo te fue. ¿Por qué tardaste tanto? Estaba ansiosa por asegurarme de que el trabajo se hizo correctamente. ¿Y lo hiciste correctamente?

- Sí\, señora\, el hombre está muerto

Valeria se alegró y esperó a escuchar más, pero luego notó unas gotas de sangre brillando en el suelo, cerca de los pies del vampiro. Se acercó a él y rasgó su camiseta, revelando una herida abierta en el pecho que sangraba profusamente. Valeria le preguntó preocupada:

- ¿Qué te pasó aquí?

El vampiro tartamudeó un poco, pero en ese momento se produjo un fuerte alboroto en el piso de arriba y la dama de negro salió corriendo hacia allí.

***

Dylan y Juliana se encontraron en una habitación completamente oscura. Dylan dijo:

- Algo me dice que esta es la habitación de la dama de negro

Juliana demostraba su miedo de estar allí, pero Dylan trató de tranquilizarla:

- No te preocupes\, no estaremos aquí por mucho tiempo. Mira la cama

Juliana dirigió su mirada hacia la cama y vio algo brillante sobre ella: la espada de Vecton. Antes de que pudiera acercarse, un gruñido la detuvo. Junto a la cama había un enorme perro mostrando sus colmillos ensangrentados. Juliana retrocedió y le preguntó a Dylan:

- Dylan\, ¿qué debemos hacer ahora?

Él respondió:

- No lo sé\, he leído que los hechizos no funcionan en los perros de la dama de negro

El perro se levantó y comenzó a caminar lentamente hacia ellos. En ese momento, Dylan le indicó a Juliana:

- Cuando te diga\, corres y agarras la espada. ¿Entendido?

Juliana asintió. Contaron hasta tres y Juliana se lanzó sobre la cama para tomar la espada. El perro saltó tras ella, pero Dylan se interpuso y el perro comenzó a morderle la mano. Dylan luchó para arrastrar al perro hacia la ventana y, con un esfuerzo sobrehumano, lo arrojó por ella, rompiendo el vidrio. La mano de Dylan quedó destrozada. Justo cuando eso sucedió, escucharon pasos subiendo por las escaleras. Juliana tomó a Dylan y la espada y ambos desaparecieron instantáneamente. En ese mismo instante, Valeria y Becion entraron en la habitación. La dama de negro se asomó por la ventana y vio al perro ladrando furioso en el suelo. Luego, sus ojos se posaron en la cama vacía. Becion nunca había visto los ojos de Valeria tan oscuros como en ese momento.

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