Al llegar a casa, Max entró a su habitación y comenzó a tirar todo. Estaba enojado y triste a la vez.
Necesitaba desquitarse y sacar esos sentimientos hacia afuera.
Quitó la sábana que tenía sobre la cama y la tiró al bote de la basura, los recuerdos de la noche anterior se le vinieron a la mente.
Cuando los padres de él llegaron, se dirigieron rápidamente a su habitación al escuchar los ruidos que habían.
Sonaban espejos quebrandose, sonido de muebles. Su madre quiso abrir la puerta para entrar a consolar a su hijo, pero su esposo la detuvo.
- será mejor dejarlo solo por un momento - dijo y la tomó de la mano para sacarla de ahí.
- nunca esperé que Estela haría esas cosas, parecía una buena chica - murmuró la señora Camila (madre de Max).
- bien dice el dicho, caras vemos corazones no sabemos - respondió el señor Manuel (padre de Max).
Por la noche el señor Manuel fue a ver a su hijo para saber cómo se encontraba, al abrir la puerta notó todo el tiradero que había en el suelo. También pudo ver qué toda la ropa que había para Estela la había tirado a la basura junto a las sábanas.
- hijo...
Quiso decir algo, pero no encontraba las palabras adecuadas para decirle. ¿Que palabras de consolación podría decirle en este caso?
Max estaba a un rincón de la habitación con una botella de licor, ya se la había bajado casi más de la mitad. Se notaba que había estado llorando.
Manuel le quitó la botella y lo ayudó a acostarlo sobre la cama. Max estaba tan borracho que se quedó dormido al instante.
Después de dejar a su hijo dormido, Manuel salió y se llevó la botella con él para evitar que Max siguiera tomando si se llegara a despertar.
A la mañana siguiente, Max se despertó con un gran dolor de cabeza debido a la cruda. Se dió un baño y comenzó a alistarse. Después salió de la su habitación.
Al bajar las escaleras notó que en el comedor ya estaba el desayuno preparado.
Sus padres se sorprendieron al ver que Max había bajado solo a desayunar, sin necesidad de que ellos le fueran a hablar. Todo parecía estar normal para él, pero su rostro serio e inexpresivo no era típico de él. Max siempre lucía una sonrisa y era alegre, el hombre que estaba enfrente de ellos era totalmente diferente a su hijo.
- buenos días madre y padre - mencionó al dirigirse a la mesa para tomar asiento.
Sus padres respondieron a su saludo pero aún estaban desconcertados.
- disculpe joven Maximiliano, lo busca el joven Raúl - dijo una de las sirvientas.
Raúl era un amigo de Max que trabajaba de cantinero en el bar.
Max frunció el ceño al escucharla, era raro que lo fueran a buscar a la casa. ¿A caso venía a burlarse de él?
Él tenía pocos amigos, pero mejor amigo solo tenía uno y ese era Ernesto. Era con quién llevaba más años de amistad y sobre todo era de confianza y por eso se trataban como hermanos. Al menos lo era hasta que descubrió su traición.
Ahora Max había decidido no confiar en nadie, ni mucho menos en los que decían llamarlo amigo.
- dile que pase - respondió después de unos segundos.
La sirvienta asintió y fue a decirle a Raúl que entrara.
Raúl entró apresuradamente y en su rostro se notaba que estaba preocupado.
- Max hay un gran problema, ayer cuando quise ir a abrir el bar note que la llave no entraba. Pensé que tal vez me había equivocado de llave, entonces te llamé pero nunca contestaste.
En ese momento, Max recordó que estrelló su celular contra la pared cuando estaba tirando todo.
- Supuse que por lo que pasó ayer... tal vez no se iba abrir, así que preferí irme a casa y esperar a que tú me dieras instrucciones. Pero hoy por la mañana mi hermana me dijo que cuando fue a comprar pasó por esa calle y notó que el bar estaba abierto.
- habían carros de mudanza y cuando ella preguntó. Le dijeron que estaban remodelando el lugar, ella pensó que tal vez tú lo habías mandado a hacer por lo que no le prestó tanta importancia.
- yo fuí a ver y me enteré que el bar tiene un nuevo dueño - terminó de decir Raúl.
Al ver la cara de sorpresa en el rostro de Max, supo que no estaba al tanto de eso.
Sin esperar ni un segundo más, se puso de pie y salió corriendo a toda prisa. Él nunca había vendido el bar, entonces solo podía tratarse de un error o... Ernesto lo había vendido sin su consentimiento.
Raúl se fue tras de él, sus padres también se quedaron sorprendidos por la noticia.
Al llegar al bar Max habló con uno de los hombres encargados de vigilar las decoraciones.
El hombre le dijo que el bar había sido vendido a su jefe hace dos días.
- pero yo soy el socio mayoritario y nunca he firmado un papel para vender el bar - alzó la voz Max, ya estaba enfadado.
- lo siento señor, no sé entonces lo que pasó, solo puedo decirle que el bar fue vendido limpiamente, aquí hay una copia de los papeles del contrato - mencionó al enseñárselos.
Max tomó las hojas y se sorprendió al ver su firma en el papel, efectivamente también estaba la firma de Ernesto.
- Eso quiere decir que Ernesto falsificó tu firma - dijo Raúl al ver los papeles.
Si que había planeado todo, dejarlo sin el bar y quitarle a la novia.
Max le entregó los papeles de nuevo al hombre y se fue caminando decepcionado. Una vez más Ernesto lo había traicionado. ¿Desde cuándo Ernesto dejó de ser su amigo?
Era una pregunta que tal vez nunca encontraría la respuesta.
Antes de subirse a su auto, Raúl lo detuvo.
- yo conduciré, te llevaré a tu casa. No puedo dejar que manejes en ese estado - mencionó al quitarle las llaves de la mano.
Max ya no dijo nada y se subió al Auto. Mientras iban en el camino se detuvieron frente al parque debido a que había tráfico.
Mientras esperaban a que los carros avanzarán, Max deambulo su mirada hacia la ventana. En el parque notó a una pareja de enamorados que reían felizmente.
Estaban soplando burbujas, esa chica parecía una chica feliz y enamorada. Parecía una ardilla tierna al inflar sus mejillas para soplar más burbujas.
Hace años, Estela también tenía esa expresión de mujer enamorada. Incluso el mismo día de su boda. Ella seguía mostrando esa cara de enamorada pero en realidad era falso, ya que solo fingía estar enamorada ya que se acostaba con Ernesto. Al menos esa idea pasaba por la mente de Max.
Raúl notó la distracción de Max por el retrovisor, al girar su mirada para ver hacia donde miraba él. Notó a esa pareja feliz que reían.
Max le llamó tanto la atención esa chica, quería saber si de verdad amaba al chico que estaba junto a ella o simplemente fingía amarlo. Poco sabía Max que él destino se encargaría de volver a encontrarla y que podría comprobar si ella amaba de verdad o solo fingía.
El carro comenzó a moverse y poco a poco el parque fue quedando atrás.
Al llegar a casa entró sin decir nada y antes de subir las escaleras, volteó a ver a la sirvienta que estaba limpiando.
- más tarde, puedes subir y tirar lo que está en el cesto de basura. Comienza a ponerme de mal humor ver esa basura ahí - dijo sin mirarla.
- si jovén Max - dijo la criada.
Su padre solo lo vió subir sin decir nada.
- Danny, has favor de deshacerte de este periódico. No quiero que Max lo vea - mencionó Manuel.
En primera plana aparecía la noticia de la boda de Max. Con el título "Novio es plantado en el altar" el artículo mencionaba sobre todo lo que había pasado, hablaba también del vídeo y sobre que la novia se había ido con el mejor amigo del novio.
A la media hora Max volvió a bajar con una maleta en la mano.
- hijo... ¿Y esa maleta? - mencionó Camila sorprendida y confundida a la vez.
- me iré de aquí, renté un departamento y me estaré quedando ahí por un tiempo - respondió él al mirarla.
Su voz era fría y su rostro serio, era difícil decir que Max era el mismo con esa nueva persona delante de ellos.
- pero...
- madre, no los voy a correr de la casa. Esta casa también es de ustedes, yo necesito salir un tiempo de aquí. Ay recuerdos que quiero olvidar - dijo Max al bajar la Mirada.
Estela se había quedado muchas veces en esa casa, prácticamente ya eran como una familia y él quería olvidarse de eso, principalmente de ella.
- Max, visítanos de vez en cuando - habló la abuela.
Max se acercó a su abuela y le dió un beso en la frente.
- claro abuela, los vendré a visitar de vez en cuando - respondió con una sonrisa.
Su abuela era muy importante para él y no podía negarle nada.
Se puso de pie y jaló su maleta hacia afuera. Camila comenzó a llorar después de que él se fue, era su hijo y le dolía ver todo lo que estaba pasando su hijo.
La perdida del bar no era problema para él, desde que empezó a generar ganancias el bar, Max había sabido administrar su dinero y había guardado mucho en sus cuentas que creó.
Había comprado en pagos la casa que le daría a Estela y por supuesto, tenía dinero para empezar otro negocio más pequeño.
Respecto a la casa, él pensaba venderla pero prefirió mantenerla y terminar de pagarla para regalarsela a sus padres en un futuro más adelante.
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Comments
Leida Rosa Jimenez
ase debe ser no te vas a morir por esa traicionera se fue con tu amigo
2025-02-05
0
Omis Mendoza
ojalá cuando regrese la zorra barata no le valla dar el gusto dé volver con ella por qué vá a regresar arrepentida la muy malvada y el supuesto amigo ojalá quede debajo de un puente por deshonesto y envidioso malditas serpientes los dos
2024-12-08
1
Maria Correa Olaya
ya regresará Estela con la cola entre las patas
2024-06-27
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