capítulo 12

sí que si, esto se ve mejor por dentro que por fuera.

- aquí donde me ves así soy yo sin este traje.

Ríe y me guiña el ojo Alexander.

- de verdad eres insoportable, no te cansas de ser tan narcisista, un día de estos vas a terminar enamorado de ti mismo.

Ja, ja, ja

- es que mírame soy un bombón.

- hay mejor Cállate.

El resto del viaje fue en silencio, Alexander revisaba su teléfono y yo veía por la ventana, era una de las mejores zonas de Sicilia, hermosas villas, con grandes mansiones, el contraste de una vida de lujos en comparación a mi barrio marginado.

- Apuesto lo que sea que ninguna de estas personas que viven aquí conocen a sus vecinos.

Rompo el silencio.

- No del todo niña, en estas villas viven personas importantes de Italia, políticos, empresarios y obviamente la mafia.

- pero no visitan a sus vecinos para tomar el té o de saber como están.

Ja, ja, ja

- por Dios niña te imaginas a Santino visitando a su vecino para contarle cuantos enemigos torturó el día de hoy.

- pues si no.

- bien ya estamos llegando.

Es una entrada con muros altos de piedra caliza y enredaderas verdes muy bien cuidadas, con un inmenso portón negro, con grandes letras" villa Greco". Al entrar es un camino de piedra y cemento amplio con árboles alrededor que giran al rededor de una fuente de mármol de tres damas griegas en el medio rodeado de agua cristalina, y en toda su majestuosidad en el medio del lugar una gran Mansión blanca inmensa y hermosa.

- uf esto es mucho mejor que el auto.

- ja, ja, ja vamos pasa, que nuestro capo debe estar a punto de colapso si no llegamos pronto.

¿Nuestro capo? Yo no pertenezco a la organización.

- permíteme corregirte desde el momento en que empezaste a trabajar en el bar eres parte de la organizando.

- pero yo no sabía.

- pero ya lo sabes

Dios mío donde me metí

- tranquila, puedes salir de la organizando cuando el capo lo crea conveniente

- no pues gracias por el ánimo

- y quita esa cara niña pareces que fueras al matadero.

- y no es lo mismo.

Ja, ja, ja

- en verdad eres muy graciosa.

Llegamos a una puerta caoba grande y Alexander gira la manilla sin avisar.

- cuando putas veces te he dicho que toques antes de entrar.

- aquí está el ángel como me pediste mi capo.

Alexander hace una reverencia exagerada.

- puedes retirarte, y por favor que nadie me moleste por ahora y si regresas toca la maldita puerta primero.

Con un saludo militar Alexander se despide y a mí me guiña el ojo. Creo que es muy íntimo con el capo no lo respeta en lo absoluto, pero a Santino no parece importarle.

Él me mira de arriba abajo y siento otra vez esa corriente por mi columna, me detalla de pies a cabeza maldigo haberme puesto pantalones cortos y una blusa de tiras hoy día me siento desnuda sigo con mis libros en las manos y mi mochila. Él está vestido con un traje de dos pies hecho a la medida y puedo ver lo bien que se le ve y lo mucho que debe trabajar ese cuerpo para estar así. Anoche no lo había visto tan bien por la falta de iluminación, pero hoy puedo ver cada rasgo de su rostro y es jodidamente guapo y sexy.

Acabo de decir sexy ja, ja, ja.

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