Capítulo VII

Fingí serenidad, esto no se podría salir de control

-Disculpe señor Aidan pero no se a que se refiere

-No hace falta fingir, el aura de su jefe es más dominante, como se comporta y se exalta ante sus comentarios

-Pura casualidad - mencionó- no es base para...

-Además, vi a la Srta Ana en el desfile luego de que anunciarán su salida de París, y anterior a esto la pude ver a usted con ella.

-Bueno -digo sin mas opciones- que desea de mi.

-Deseo que me ayude a diseñar un auto para mi, un auto como yo. Y antes de que se niegue se que ya lo hizo antes con CEOS de Corea, París, Italia, Madrid y Rusia.

-Los trabajos no han sido precisamente autos, Señor Aidan

-Pero yo, quiero un auto.

-Muy bien, debe tener en cuenta que para esto se le enviará una persona para que pase tiempo con usted y conozca sus gustos. También se contactará a una empresa de aut....

-Señorita, no hace falta lo de la empresa el modelo ya está; falta mi toque y tecnología para mí. Además quiero que sea usted quien me conozca y se encargue personalmente de mi

-Lo lamento pero no

Me levanté y Ana tira de mi brazo y me susurra "él es quien compró el terreno del orfanato"

-Le ofrezco el doble

-Acepto

-No hay nada que no compre el dinero ¿verdad?

-Señor sus comentarios no me ofenden - afirmé sentándome de nuevo- pero tengo una condición.

Aidan

Me molesto que al nombrar el dinero ella de inmediato se girará, luego pidió una condición ¿que podía pedir esta mujer?

-Dime, soy todo oídos

-Ana, ve a ver si Raúl ya llego y estate con el por favor.

Se levantó y le susurro algo, esto era de pésima educación

-Muy bien señor Aidan -decía mientras caminaba al balcón de mi oficina, se veía sublime- quiero que me del terreno del orfanato como parte del pago; lo demás lo utilice en dotación para el mismo

¿Qué? ¿Era cierto lo que estaba escuchando?

-Qué petición tan particular, señorita; por qué tanto interés.

-El contrato se basa en que yo debo conocer sus gustos he intereses. No usted los míos señor. Espero el contrato esté listo para mañana y comenzar esto de una vez por todas.

Luca

Llegue a la empresa de mi hermano, no me dejaron pasar, ya que estaba en una reunión muy importante; así que fui a la cafetería. Un niño estaba sentado solo y se acercó a mi mesa, me laxan los niños pero con este sentía algo de ¿conexión?

-Hola señor, ¿cómo se llama usted?

- Soy Luca - dije tratando de sonar indiferente-

-Yo me llamo Gael, ¿te gusta el chocolate?

-Solo el blanco

-A mí también sabe mejor ¿verdad? -la emoción con la que hablaba era contagiosa- mira te regalo este chocolate

-Gracias Gael, y ¿qué es eso tan bonito que llevas en el cuello? Eres un niño de collares por lo visto.

-No soy un niño, soy un hombre. Y esto es mi hermanita. Mamá dijo que ella se fue y me dejó esto para cuidarme. Mamá siempre dice “tu corazón late de amor por los dos"

Observe el collar detenidamente, parecía un cuarzo pero era hueco y en ese centro tenía por lo visto cenizas completamente negras. Así que seguramente la historia del niño era verdad.

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