...Andy...
Los camiones habían llegado una hora tarde y algunos voluntarios se habían marchado a sus casas, Andy estaba a cargo de organizar y llevar los insumos para la donación pero todo estaba yendo mal, todo se había convertido en un caos, tenía la mitad del tiempo y voluntarios para resolverlo todo.
El castaño estaba agobiado, la incompetencia de los voluntarios empeoraba aún más la situación. ¿Los juguetes van con los víveres?,¿Como acomodo está caja?, Esta caja está muy pesada ¿Como la subo? Preguntaban una y otra vez lo mismo dejando a Andy mentalmente cansado, nunca había estado a cargo de dirigir a tantas personas, estaba agotado y arto, se dijo a si mismo que nunca más estaría a cargo de nada pero hizo sus palabras para atrás al recordar a su padre, ¿Como iba a dirigir una empresa si no podía ni organizar a un pequeño grupo de personas?. Debía esforzarse más.
- ¡Hola! ¿Me recuerda? — Carlos intentó llamar la atención del castaño pero este estaba tan sumergido en su mundo que no le prestó atención - ayer me prometiste tu número — insistió parándose frente a Andy
- ¿Para que quieres mi número? No estoy interesado en conocerte, mejor no pierdas tu tiempo — dijo Andy yendo de un lado para otro intentando ayudar en todo lo que podía - estoy muy ocupado por favor retírese que está obstruyendo el camino a los demás
El rubio no pensaba darse por vencido, tenía un cierto interés por Andy y en la relación que tenía con Johan, el azabache había sido muy tenaz mostrando su interés por el castaño. Andy podía ser el conductor perfecto para encontrar lo que él buscaba.
- ¿ Cuando termines podemos hablar ?
El sol estaba en el punto más alto, los voluntarios estaban en su límite y les faltaba la mitad del trabajo. El tiempo se estaba terminando.
- si termino a tiempo pero... Creo que eso no va a pasar
El castaño ya estaba preparado para ser regañado, él debía llevar los insumos al orfanato, se culpaba por arruinar el día a los niños aunque no era su culpa el retraso de los camiones y la irresponsabilidad de los voluntarios, Andy siempre se culpaba aunque la carga fuera demasiada para él, siempre estaba intentando cargar con todo el peso solo. Así era Andy, nunca culpaba a los demás, siempre se culpaba a él por no ser capaz de más.
- si te ayudo a terminar a tiempo ¿Me das tu número? — Carlos mostró su sonrisa perfecta pero el castaño lo miro incrédulo, aunque el ayudara no terminarían a tiempo
- claro
Carlos corrió a la bodega e inspeccionó toda la carga, los quintales de arroz, harina, azúcar eran lo más pesado que faltaba subir al camión.
El atlético rubio se dió cuenta que era casi imposible terminar en esas condiciones en media hora, los voluntarios que quedaban lucían débiles y cansados. Sacó su celular y mandó un mensaje, pocos minutos después llegó un gran grupo de deportistas para ayudar.
El castaño no sabía que Carlos era Capitán de unos de los clubes, eso explicaba su complexión atlética y todos los subordinados que tenía a su mando.
Terminaron con pocos minutos de retraso pero Andy estaba muy agradecido, incluso algunos chicos se ofrecieron como voluntarios porque el trabajo aún no terminaba. Subieron todos en el autobús y por fin pudieron descansar un poco.
Andy repartió refrescos y hamburguesas a todos y por fin se sentó.
El castaño era muy inseguro de si mismo por eso se esforzaba en mostrar lo mejor de él para compensar su inseguridad pero a veces había cosas que no estaban en sus manos y eso le resultaba demasiado estresante y abrumador.
- te fui de ayuda ¿Verdad? — Carlos se había sentado junto al castaño pero este apenas se había dado cuenta. Siempre andaba perdido en sus pensamientos.
- si, gracias, si tienes tiempo te invitaré a comer un día de estos, por ahora ten un hamburguesa — el rubio acepto la hamburguesa y comió de ella.
Para el castaño la comida era lo más valioso, había pasado los últimos tres años luchando para poder comer todos los días, siempre que estaba agradecido intentaba compartir lo más valioso aunque muchos no entendieran lo eso significaba para él.
- gracias pero... ¿Dónde está la tuya?¿No hay más hamburguesas?
- mmm... A decir verdad no me gustan las hamburguesas prefiero los sandwiches... — Andy se sintió cohibido al confesarlo, muchas veces había sido tachado de soberbio por decir lo que no le gustaba.
- ya veo... Entonces ¿por qué las compraste?
- porque a todos les gusta — el castaño rió nerviosamente y llevó su vista a la ventana, no estaba acostumbrado a hablar de si mismo
- tendré ese dato presente — Carlos sonrió, no juzgó al castaño, le hizo sentir validación - ¿Recuerdas que prometiste darme tu número? — Andy lo había olvidado por completo, había prometido su número al pensar que no lo lograrían, se había equivocado y no podía echarse para atrás.
- bueno... — el castaño tomo el celular de Carlos y marco a su número - pero... ¿Para que lo quieres? No estás coqueteando ¿Verdad? — Andy se rió de lo absurdo que se escuchaba, tomó un sorbo de su refresco para calmarse, el castaño siempre había sido popular con las chicas pero nunca con los hombres, incluso hacer amigos era algo casi imposible para él, aunque estaba bien para Andy, se decía que así no perdía tiempo y energía.
- si, lo hago — en castaño casi se ahoga con el refresco en su garganta al escuchar su afirmación, ¿Por qué había dicho eso? En menos de una semana dos hombres atractivos se habían interesado en él cuando le resultaba difícil incluso hacer amigos ¿Era una broma?
Si no hubiese sido porque la familia Mendoza y Rodríguez eran socias desde hace mucho tiempo el castaño ni siquiera fuera amigo de Luis y Lucia.
- ¿Por qué? ¿Quién dice que me gustan los hombres? — Andy era gay pero no estaba interesado en el amor, el amor hacia crear la necesidad de confiar y depender de alguien más y eso era algo que el castaño no estaba dispuesto a hacer
- ¿No te gustan? — Andy se avergonzó, ¿Era tan obvio?
- me gustan... Pero no estoy interesado en salir con nadie
A pesar de ser educado y amable con todos, tenía una personalidad blanda que hacía que todos se aprovecharan de él, Andy dejaba que la gente atravesase sus límites y se decía a si mismo que solo era tolerante, dejaba que se aprovecharan de él sin consecuencias y se decía que solo estaba siendo comprensivo, se decía a si mismo que no le importaba pero no era cierto, él sabía que era un blanco fácil, vulnerable, por eso no podía confiar su corazón a nadie.
- ¿Por qué?
- es una perdida de tiempo... — el castaño observó por la ventana, estaban estacionando en el orfanato - ya llegamos
Andy bajo dejando a medias su conversación, se encontró con los otros miembros del consejo que ya estaban ahí organizando todo, hubo una reunión con la directora del orfanato y después una fiesta para los niños, Andy era malo para cuidar niños, cuando él era niño nunca lo cuidaron ni jugaron con él ¿cómo se suponía que se debía cuidar y jugar con niños? Nunca lo había visto, Andy estaba en un conflicto, pero lo superó rápidamente, correr y reír con ellos era suficiente para los niños, darles atención y tiempo era todo lo que querían pero aún así a muchos padres les es difícil dar eso.
El tiempo pasó y llegó la hora de la partida, Andy se entristeció por lo rápido que pasó el tiempo pero se alegró de haberlos visto sonreír, era todo lo que podía hacer en ese momento.
El cielo tenía una especie de mezcla de lila, rosa, y amarillo. Andy a quien le encantaba las cosas hermosas de la vida quedó fascinado con el cielo, verlo era reconfortante. De regreso volvió a compartir asiento con Carlos, pronto se hicieron amigos, ante los ojos de Andy el chico rubio era una buena persona, se había ofrecido a ayudar aunque no tenía que hacerlo además había sido muy bueno con los niños, sus expresiones indicaban que se había divertido ayudando.
El autobús acercó a muchos a sus casas, todos estaban exhaustos pero Andy aún no podía ir a casa, debía ver a Johan, había prometido invitarlo a comer y tenía que darle el celular que compró por romper el suyo.
Llegaron a la universidad, Andy, Carlos y todos los demás bajaron. El frío de la noche estaba llegando, el viento sopló en la cara del castaño haciendo que el polvo entrara en sus claros ojos.
- ¿Estás bien? — Carlos se apresuró a revisar a Andy pero este se sintió tímido, lo esquivó y se dió prisa en frotarse los ojos para evitar ser ayudado, no le gustaba ser ayudado, no le gustaba verse como alguien que necesitaba ayuda, no quería verse débil porque era eso lo que siempre intentaba ocultar con su apariencia "madura".
- estoy bien — Andy sonrió al reincorporarse, Carlos se acercó peligrosamente más para inspeccionar sus ojos hasta dejar centímetros de distancia entre ellos
- no debes frotarte los ojos, eso es malo, ahora tus ojos están rojos — el rubio aguanto el aire en sus pulmones, se alejó y después botó todo el aire guardado - nos volveremos a ver — Carlos dió la vuelta y se alejó con algunos de sus subordinados.
El castaño quedó irreflexivo viendo cómo se marchaba.
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Comments
Griss Romero
Creo que estos chicos todos son vulnerables por su propia juventud, aunque el rubio es malicioso y va más adelante como que ya hace las cosas con maldad, veamos que se trae entre manos 🌺
2023-05-17
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