...Encuentro...
Andy caminaba de lado al lado, alarmado, mientras pensaba en mil formas de pedir disculpas. El tic tac del reloj lo estaba volviendo loco ¿por qué precisamente ellos de todas las personas? ¿Acaso no podía dejar de ser torpe? Lo único que le faltaba para arruinar su día por completo, era meterse en una pelea, y, ese chico pelirrojo, era capaz de ayudar con eso.
El pelirrojo empujó de un golpe la puerta a pesar de que no tenía seguro y no había necesidad de forzarla.
— ¡¿maldito, quieres pelea, verdad?! — gruñó Alex. Se acercó con violencia haciendo que Andy retrocediera y chocara con el escritorio de Luis. Algunos libros y hojas cayeron al suelo, pero Alex no le dió tiempo al castaño para preocuparse por eso — ¿Qué tienes en contra de mi amigo? Estoy empezando a sospechar que lo de esta mañana no fue un accidente — el pelirrojo lo agarró del cuello de la camisa y lo acorraló de un empujón contra la pared.
— no es eso, suéltame — pidió el castaño con firmeza asiéndolo del brazo con fuerza y soltando el agarre. Estaba nervioso, pero no iba a dejarse, sabia por experiencia que si flaqueaba ahora, después sería peor.
Alex se sorprendió de la fuerza de Andy, por su aspecto, casi podía jurar que lo cobarde lo tenía igual que lo de débil, pero se había equivocado.
— basta, Alex — intervino el azabache con hastío al entrar en la sala — es solo agua.
— ¿qué tienes con este tipo? tú nunca dejas pasar este tipo de cosas — sé quejó el pelirrojo. Odiaba la preferencia que parecía tener por Andy. Sentía que en cualquier momento iba a robar su lugar, porque Johan solo solía hacer concesiones con él. Exhaló con fuerza mientras mordía su labio inferior, reprimiendose. Saber que habían sido amigos mucho antes de conocerlo, solo empeoró como se sentía.
— no digas tonterías, no soy ningún salvaje, simplemente esto es una estupidez.
«Una estupidez» se repitió en la cabeza de Alex, quedándose sin palabras.
El silencio permitió a Andy intervenir. Debía disculparse de alguna manera.
— tengo una camiseta, puedo prestartela... — interrumpió el castaño quien se había puesto a recoger las hojas y libros caídos.
— no es para tanto... Se secará pronto.
Andy alzó la vista al azabache y este le mantuvo la mirada. ¿Por qué sus miradas se conectaban tanto? ¿Estaba pasando algo de lo que no se daba cuenta?
Alex notó la línea recta que marcaban sus miradas, en la que él no estaba. Él era solo un punto no colineal en esa línea perfecta y eso lo enfureció.
— ¡trae la estúpida camiseta para que se cambie! — ordenó el pelirrojo. El castaño se molestó por la arrogancia en sus palabras, pero decidió obedecer porque él mismo lo había propuesto.
El castaño buscó en uno de los cajones de los muebles. Sacó una camiseta blanca muy bien doblada que olía a suavizante y se la entrego a Johan, este dudó en tomarla, pero finalmente lo hizo.
Se sacó la camiseta mojada y se puso la seca, demostrando que no era de su talla. Todo su cuerpo quedaba marcado con aquella camiseta, era algo provocativo pero no obsceno.
— ¡¿qué le miras pervertido?! — gruñó Alex.
— ¡no le estoy viendo nada! Él es hombre, no tiene nada que yo no tenga ¿Qué le puedo ver? — protestó el castaño para defenderse pero sonó a rechazó hacía Johan.
El azabache sintió su orgullo herido. ¿Andy se había atrevido a decir "qué le puedo ver"?. Bufó bajito. Trabajaba mucho su cuerpo y estaba muy orgulloso de él, estaba convencido en hacerle cambiar de opinión al castaño, hombre o no, nadie debía despreciarlo.
— ¿Me estás despreciando? ¿te disgusto tanto? — preguntó el azabache. Clavó su mirada inquisitiva sobre el castaño mostrándose muy intimidante.
— ¡No! ¡Me gustas! — respondió el castaño sin siquiera pensarlo provocando que el pelirrojo estallara en risa.
— eso parece una confesión — dijo el azabache con una sonrisa ladina.
Andy abrió la boca intentando defenderse pero su lengua se enredo ¿Por qué estaba escupiendo palabras sin siquiera pensar? Respiró profundo para aclarar su mente, aunque, la ruidosa risa de Alex, no se lo dejaba fácil. Tenía claro que Johan le agradaba, pero solo porque parecía una buena persona.
— lo... que quiero decir, es que... me agradas, y, no te estaba viendo de ninguna forma morbosa como "ESE DE AHÍ... AFIRMÓ" — se excusó señalado al pelirrojo.
— ¡no me señales, maldito cretino! pude ver en tus ojos todos tus pensamientos sucios — se apresuró a acusarlo señalandolo de vuelta.
Era seguro que el castaño había visto con gran interés el cuerpo del azabache, pero no de una forma lasciva, más bien, con admiración, pero el pelirrojo había exagerado, parecía un fósforo, que por la mínima fricción, encendía el fuego.
— ¡no inventes cosas! — se defendió el castaño siguiéndole el ritmo en la discusión al energético pelirrojo.
Johan se burló de ellos en su interior, aprecian amigos de toda la vida peleando por tonterías.
— ¡basta! ¿Qué les pasa? Parecen niños — intervino para que dejaran de discutir.
Los acusados fruncieron el ceño ofendidos, pero, la reacción de Alex, se ganó el premio, el pelirrojo con su boca abierta parecía haber recibido un flechazo en su pecho.
El castaño no dijo nada. Tomó la camiseta mojada de Johan y la puso en la ventana con la esperanza de que secara pronto.
— ¡tienen TV aquí! — comentó asombrado el pelirrojo — ¡incluso tienen un refrigerador! — se apresuró a abrirlo sin importarle mucho lo que Andy dijera.
— ¡espera! No toques nada de eso, no es tuyo — sé quejó Andy cerrando el refrigerador.
— esas chocolatadas de ahí son las favoritas de Johan — susurró intentando convencer al castaño. Había notado que tenía preferencia por Johan, después de todo, hace pocos minutos atrás, había gritado que le gustaba. Andy dudó un poco en dárselas, pero al final se las entregó con unas galletas que había comprado.
Pasaron los minutos y Andy estaba sentado en silencio en uno de los sillones bebiendo su chocolatada mientras los otros dos veían la TV. Sabía que estaba prohibido dejar entrar al salón a personas que no pertenecían al consejo, pero estaba relajado porque estaban a dos día de terminar las clases.
El azabache musitó algo al pelirrojo y este salió de la sala sin decir nada.
— ¿A dónde va?. — preguntó Andy. Estaba feliz de deshacerse del pelirrojo, pero, quedarse a solas con el azabache lo ponía inquieto. Veía a Johan como una persona impresionante y él se veía a si mismo como alguien soso, aburrido. Temía no ser lo suficientemente interesante para ser su amigo.
— no tiene importancia... — los dos guardaron silencio dejando el ruido del televisor y una gran incomodidad que solo afectaba al castaño.
Andy sintió como Johan le clavaba su mirada pero fingió no darse cuenta. En las pocas horas que llevaban de conocerse, habían conectado unas quince veces su mirada de una forma muy profunda. El castaño era gay, por esa razón, lo menos que quería hacer, era malinterpretar al azabache.
— Andy ¿No te parece que estás muy lejos? — Johan dió unas palmaditas en el cojín a un lado. Andy se dijo así mismo que no debía malinterpretarlo, que su poca experiencia en socializar le estaba haciendo pensar mal, pero no debía hacerlo. Obedeció la señal de Johan, pero tomando cierta distancia que hizo que este mofara — tú me haces acordar a un amigo del pasado, también se llamaba Andy — comentó para ver la reacción del castaño.
— ¿De verdad?.
— si, éramos muy buenos amigos. Él se escapaba de sus clases de francés solo para salir a jugar conmigo.
— parece que eras una mala influencia para él — el azabache sintió como si una daga atravesase su pecho, era cierto, Johan nunca fue bueno para Andy, pero aún así, seguía aferrándose a él. Rió para ocultar su ego herido.
— ¿Tú no tuviste a algún amigo así? Alguien por quien escaparías de casa para pasar tiempo con él.
— tuve una infancia complicada, nada que valga la pena recordar — el orgullo del azabache estaba siendo pisoteado. Odió esa sensación. Sentía que debía golpear a alguien, pero, sabía que ese alguien no era al castaño, sino más bien a sí mismo. Al castaño prefería hacerlo sufrir lentamente, debía hacerlo sufrir, así como el había sufrido.
El azabache elimino la distancia de los dos y tomó el rostro del castaño con su mano.
— tienes unos hermosos ojos
— No te acerques así — respondió hostil — Soy gay, no querrás que un gay te malinterprete — Empujó al azabache para alejarlo pero sus manos enrollaron sus fuertes pectorales, este miró como su pecho era sujetado y Andy los soltó de golpe. Sintió tanta vergüenza que hubiera salido corriendo si no tuviera que pasar al lado de Johan para salir — p-perdon.
— no es un malentendido — Johan se abalanzó al castaño en un beso, pero este lucho para alejarlo, aún así, el azabache no se dió por vencido e insistió con más intensidad, derribando de a poco las barreras del castaño.
Andy era fuerte, pero no tan fuerte como el azabache. Johan estaba desquitando toda su frustración contra el castaño, pero lo que empezó como un juego para burlarse de Andy, estaba empezando a gustarle.
El castaño no podía apartarse, el peso y fuerza del azabache eran mayor de lo que podía lidiar, poco a poco iba perdiendo el interés de zafarse y aumentaba el deseo del tacto.
Un fuerte golpe en la puerta alertó a los amantes.
— Johan, aquí está tu chaqueta... ¿Qué estaban haciendo? — Alex notó el rostro enrojecido del castaño ¿Johan lo estaba intimidado?. Decidió que no le importaba al ver a su amigo acercarse.
— nada, ya vámonos — Johan se puso su chaqueta, salió de la sala y el pelirrojo lo siguió.
Para suerte del castaño, Alex era como un gato con cascabel. Se podía escucharlo a metros de distancia y eso les había permitido separarse a tiempo.
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Updated 58 Episodes
Comments
Griss Romero
Si empiezan por un juego, están jugando con fuego y después que seguirá, acaso la antigua amistad se convertirá en otra cosa ? Veamos que sigue, esta interesante 🌹🌺🌹
2023-05-17
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Angi Jose
atrapada es poco ❤️❤️❤️
2023-02-03
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