Capítulo 4

Rillen

        Despierto escuchando pasos apresurados dirigiéndose en mi dirección. ¿Me encontraron? Imágenes de como todo se fue a la mierda llegan a mi mente. También de cuando escapé hacia el mundo humano, tratando de sobrevivir. Si tan sólo no hubiera confiado en las personas equivocadas…

Los pasos se acercan y me doy cuenta de que sólo es una persona. Mi mano se estira hacia mi costado, pero mi espada no está allí. Suspiro, casi derrotado. Si me encontraron, no hay nada que hacer. Siento las heridas en mi cuerpo, lo que me hace resignarme a mi destino.

Una pequeña luz baila y luego se detiene directamente en mi cara, cierro los ojos y me preparo para lo peor.

-Hola, pequeño- escucho la voz de una mujer. ¿Pequeño? No entiendo nada, ¿No está aquí para atraparme? –Te preguntarás que hago aquí en medio de la noche, bueno… también me lo pregunto.

¿De qué está hablando? 

Siento como se acerca a mi lado y me tenso. Aunque esté herido y débil, creo que soy capaz de encargarme de ella. Pero lo que siento a continuación me descoloca. Esa persona cubre mi cuerpo con mantas.

-Listo. No es lo mejor, pero por ahora debería servir- habla la mujer, sin ser consciente de que estoy despierto. –Trataré de conseguir un saco de dormir mañana, así no duermes tan incómodo.

Lily habla demasiado… Espera ¿Lily? ¿De dónde salió ese nombre?  

Fuerzo mi mente y una vaga conversación aparece finalmente. Alguien diciéndome que estaba curando mis heridas y diciéndome su nombre. Pero no puedo recordar ni siquiera cómo se ve.

Así que alguien me encontró y ahora me cuida… El peso de las mantas da un poco de calidez a mi cuerpo, en contraste con el frío ambiente. Se siente bien… Pienso, aunque no estoy seguro si mi pensamiento es porque las mantas ayudan con el frío o si es porque alguien está ayudándome en uno de mis peores momentos.

-Eso es todo entonces. Buenas noches, pequeño. Mañana volveré y te traeré algo para comer- ella se despide y se va. Abro mis ojos y sólo veo la oscura silueta de su espalda desaparecer.

-Buenas noches- susurro a la noche.

*********

 Al día siguiente, después de dormir por momentos durante toda la noche, por fin puedo relajarme un poco al ver donde me encuentro y sobre todo, ver mi espada no demasiado lejos de mi alcance. Cuando empieza a aclarar más, veo en el suelo a mis pies las marcas de arrastre. Creo que Lily me trajo a un lugar fuera de la vista…

Bajo la parte superior de mi cuerpo y me recuesto nuevamente. Dejando que el tiempo avance, pienso en lo que haré a continuación. Sin un lugar donde volver, sin amigos o familia a la que recurrir y en un lugar desconocido y como si no fuera suficiente, herido.

Las heridas duelen, pero creo que al menos Lily se encargó de limpiarlas. No es que sean las peores heridas que he visto, pero sí son las peores que he tenido. Sobre todo la pierna. Decido quedarme acostado, sin tratar de levantarme por ahora.

Cuando los rayos del sol se filtran por los arboles, puedo sentir pasos cerca. Cierro los ojos inmediatamente, en el caso de que sea la mujer, pero igualmente me mantengo en guardia, por si son mis perseguidores.

-Buenos días, pequeño Rillen- saluda una voz alegre. Inmediatamente me relajo. –Espero que estés mejor. Traje una sopa para ti, aunque no estoy segura cómo se supone que te la daré…

No respondo, simplemente me pregunto qué razón puede tener para que trate de ayudarme tanto. No lo entiendo.

-Revisaré tus heridas primero, luego intentaremos hacerte comer ¿ok?- informa y después saca las mantas que me cubrían y remueve las vendas de mi pierna. Siento como limpia la herida cuidadosamente con algo que quema un poco y luego vuelve a poner vendas. –Creo que está bien así- murmura, antes de seguir con mi estómago. En cuanto pone sus manos en mí, siento un dejo de lujuria y casi le pido que coloque sus manos un poco más abajo, pero rápidamente lo olvido cuando la quemazón, al limpiar la herida empieza. Un sonido de protesta involuntario se cuela por mi boca. –Lo sé, sé que duele, pero es necesario. Aguanta un poco más ¿sí?

Está bien. Le respondo en mi mente. No estoy seguro por qué estoy todavía pretendiendo estar dormido, pero quiero esto un poco más. Saber lo que hace, cuando piensa que no me doy cuenta. Supongo que de esta manera puedo descubrir si puedo confiar en ella o no. Después de todo, no es la primera vez que doy mi confianza y me estrello contra el suelo. 

-Ya estamos- murmura y luego vuelve a tapar mi cuerpo con las cobijas. –Ahora la sopa.

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