*DEPORTES*

Jathzy

Al parecer mis cinco minutos se convirtieron en el resto de la clase del profesor Carson, no podía dejar de oír las palabras de mi compañera Diana, sé que ella, no sabe lo de mi padre, y solo lo expreso su idea para el trabajo escolar, de esa manera simple y sin tacto, tal como es su manera de actuar, pero al final ella tenía una buena justificación al ver la efectividad de una empresa de ese giro.

Pero el solo hecho de escuchar mi triste historia reflejada en un proyecto personal sin fundamentos reales, me afecto y mucho.

Pude escuchar el sonido del timbre, el cual indica el termino de la clase, aun me mantenía sobre la cama de la enfermería, entre sollozos y un par de lágrimas que salían sin permiso alguno, Sammy permanecía a un lado de la camilla, según ella acomodando el material de ese estante el cual estaba mas que acomodado y en perfecto orden numérico y alfabético.

Intente levantarme y ella me ayudo a recuperar la vertical de mi cuerpo en el piso, me sonrió con cariño y me dijo que si necesitaba hablar con alguien en algún otro momento la buscara, le agradecí, me encontraba a la mitad de la enfermería cuando de pronto en la puerta aparecieron cuatro rostros muy conocidos, pero se veían que estaban muy angustiados por mi permanencia en el área de enfermería.

Aby y Saul, que son mis compañeros de equipo en varias clases, lograron localizar a mis mejores amigas para informales lo sucedido en el salón de clases, los cuatro me acompañaron al salón de clases donde tomaríamos la última clase les agradecí por su preocupación y al mismo tiempo para aligerar el mal rato, los invité a todos a comer en el centro comercial, principalmente era para evitar las molestas preguntas.

Todos aceptaron muy gustosamente, era un buen motivo para hacernos amigos ya que al final del día y por todo el semestre tendríamos unas materia en común, al salir le indique a Ian que no llevara a el centro comercial del norte, donde están los mejores restaurant de la zona, Saúl tomó el asiento del copiloto a un lado de Ian, mientras las chicas y yo nos hacíamos chiquitas en la parte trasera del auto, entre risas y malos comentarios pasaron los 10 minutos de trayecto, todos votamos por un tipo de comida distinto que deseábamos comer, pero al no encontrar consenso, tome la decisión de ir al buffet internacional, donde cada uno tomaría lo que más se le antojara.

La mesa donde nos sentamos y más tarde comeríamos, pronto se llenó de varios platillos tan diversos como los mismos países del mundo, Saul opto por comida Rusa, Liss su tradicional comida China, Aby se dejó seducir por la Italiana, Yildiz se puso un poco romántica con algo comida Francesa y yo en cambio solo escogí fruta picada, ya que mis ganas de comer eras escasas, pero tenía que fingir para tener una linda tarde con las personas que se han convertido en mis amigos en la universidad.

Los primeros días de la semana, en mi nueva vida en la universidad fue realmente complicada, nada comparado con el semestre pasado en literatura, donde el romanticismo de las novelas, pasando de libro en libro, lo que me generaba un ambiente de paz y relajación, pero todo aquello se ha convertido en un remolino, casi tornado de emociones y eventos desafortunados, al parecer la competición del mundo empresarial, tiene sus orígenes en los pasillos de la universidad, ya que todos caminan como ciegos, solo viendo hacia su destino final y sin fijarse en los daños colaterales que sufre su competencia directa, a causa de sus decisiones, el mundo de los negocios es un constante cambio.

Hoy paseaba por uno de los pasillos que lleva al gimnasio de deportes, ya que al menos debemos permanecer a un club deportivo, para liberar nuestro carnet de actividades extra curriculares, por ello la escuela programa la primera y segunda semana de clases muestra, para permanecer a algún grupo o club deportivo, por eso me dirijo a una clase muestra de basquetbol, nunca he jugado este deporte, solo lo he visto por la televisión, y me gusta ver esos enorme chicos, los cuales en su mayoría son de una linda piel bronceada, la cual brilla con el sudor de sus muy ejercitados músculos efecto de la actividad deportiva, claro que yo no quería sudar como ellos, pero si, verme un poco llamativa a los chicos, ustedes saben una chica linda intentando ser deportista, lo más emocionante es el poder ver a un que otro chico guapo el cual recree mi pupila, con sus movimientos deportivos.

En fin, el profesor Gill, es un hombre muy alto, se podía calcular que es casi 1.90 o tal vez 2 metros, con un cuerpo muy atlético, musculoso y fibroso, él acostumbra a llevar playera de tirantes ajustada al pecho, donde resaltan sus pectorales y fuertes hombros efecto de sus varios años practicando deporte, según su historial dice que el formo parte de la selección de basquetbol, siendo representante de la ciudad de Mares en las olimpiadas, por lo tanto, todos le tiene mucho respeto al profesor. O mejor dicho a sus ojos negros y a su expresión casi militar, que nos indica que hay que cumplir con cada una de sus indicaciones ya que la mejor manera de hacernos ver nuestros errores es dar 5 vueltas a la cancha.

Esta mañana ya llevo 3 vueltas y media debido a que al parecer no se debe caminar más de tres pasos sin votar el balón y yo caminé como una buena chica, cuando vi a un chico de cabello azulado, que me sonrió, pero al parecer lo hiso solo para que me castigaran, ya que en cuanto escucha al profesor mandarme a dar vueltas, choco las manos con sus amigos y todos se rieron y veme aquí casi sin aliento mientras termino mis 5 vueltas a la cancha. Después de eso el profesor Gill me envió a las regaderas.

Triste por mi vergonzosa actuación en basquetbol, opte por escoger algún otro deporte menos complicado, lo interesante será descubrir para que deporte soy buena, ya en las regaderas me encontraba aplicando en mi cabello el molesto shampoo que cuando me cae a los ojos, me los deja irritados casi todo el día, de pronto se escucharon un par de risitas a mi espalda, también se escuchó cuando fue cerrada la puerta del baño, mis instintos de supervivencia se activaron, de repente dos chicas las cuales no puede ver ya que aún tenía jabón en mi cabeza y la espuma ya había atacado mis ojos, solo escuche sus vocecilla chillonas enmarcando su maldad con ese sonido, de pronto me empujaron contra los azulejos de la regadera, el impacto fue tan fuerte que por unos segundos me sentí mareada, tal vez por el golpe o el movimiento tan repentino, mi cabeza dolió y entre lágrimas pude ver un hilo rojo bajar hasta mis pies.

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